No voy a entrar en la discusión de si el humo del tabaco del vecino causa los mismos estragos en mis pulmones que en mi ropa (aunque, a pesar de los estudios contradictorios, tiendo a pensar que me hace más mal que bien) pero sí en la conveniencia o no de las leyes restrictivas; que creo que es el meollo de esta discusión; el debate sobre si hay que limitar el humo en los bares ya se ha votado; el debate que a mí me parece más interesante es si hay que cumplir las leyes que nos parecen subjetivamente injustas.
¿Cómo hemos llegado a esta ley? ¿Por qué el puño de hierro del estado se mete en mi sacrosanta libertad, oh? Pues porque el ser humano en general, el español en particular y el ser humano español fumador de bares en concreto se lo ha buscado, por maleducado. Sólo hay que ver al espécimen este de Marbella.
Antes, si se entraba en un bar y al lado había 5 personas que no fumaban, ¿el fumador preguntaba si les molestaba el humo? NO. Si acaso ofrecía tabaco. Antes, si uno entraba en un bar con dos carritos de niño, una vieja con un pulmón de acero, dos asmáticos, un camarero cetrino y dos pijas agitando el aire con cara de asco, ¿apagaba el cigarrillo? NO. Antes, si un niño de 7 años pedía dos paquetes de ducados y un mechero, ¿se le miraba raro? NO. Antes, en un viaje de autobús de 7 horas de Badajoz a Salamanca, si al entrar en el autobús a un fumador le apetecía un pito, ¿le pedía el megáfono al chófer para interesarse por si 7 horas de asqueroso humo apelmazado en un espacio cerrado en un viaje por carreteras nacionales podría cohartar la absurda libertad de respirar aire lo más puro posible? NO. ¿Le preguntaba a la azafata del avión? NO.
Así que a hablarle de respeto a Rita, a hablarle de libertad a su madre; los fumadores tienen lo que se han buscado, que yo sepa nadie ha prohibido fumar, no sé que manía con hablar de que se ha prohibido fumar... lo que se ha prohibido es hacer lo que a uno le sale de los huevos y quizá haya sido excesivo sí, pero se lo han buscado.
Y si cierran los bares que cierren, que os creéis, ¿que el dinero que no se gasta en bebidas se esfuma? A ver si ahora vamos a tener que añadir otro sector más a la teta subvencionadora, el que no tenga clientes que se busque la vida, como pasa con todos los sectores económicos.
Yo entiendo que el que está enganchado por el vicio de épocas más laxas y permisivas esté jodido, pero pensemos en las nuevas generaciones. A mí me tranquiliza que los chicos vean que fumar es un coñazo, que el hecho de fumar sea lo menos normal posible. Estoy seguro de que dentro de 20 años lo que parecerá inconcebible es el escenario que he pintado antes (del que no ha pasado tanto tiempo) y no que un estado dictatorial impusiera una ley anti-tabaco.