El Impuesto Sobre el Patrimonio es un impuesto que genera mucho debate entre los contribuyentes. Como en todo, hay personas que están a favor de su existencia y otros que opinan que es injusto y debería retirarse.
Sabemos que se aplica de manera individual sobre el patrimonio personal de las personas físicas, calculándose como la suma del valor de la totalidad de los bienes del sujeto pasivo.
Apoyando el impuesto, podríamos argumentar varios puntos:
- Incrementa los ingresos del Estado, beneficiando así a toda la población.
- Redistribuye la riqueza, pues los que más tienen, más pagan.
- Hace que el sistema fiscal sea más justo, ya que la obligatoriedad de tributar en este impuesto es a partir de una cifra elevada.
- Es justo que los que más tienen paguen más impuestos, ya que se benefician más que otros ciudadanos de los servicios que ofrece el Estado (educación pública, carreteras, justicia,...).
Estos argumentos son comprensibles si suponemos un funcionamiento en el que se tributa proporcionalmente al patrimonio individual de cada uno. Pero el funcionamiento en la práctica no es perfecto: hecha la ley, hecha la trampa.
Al ser un impuesto de aplicación nacional en algunos países del mundo, aquellas personas que tengan un patrimonio grande por el que estén obligados a pagar más impuestos, tienen la posibilidad de expatriar sus capitales a otros lugares del mundo, ahorrándose así el pago del impuesto. Las críticas negativas al impuesto vienen por las consecuencias de esto:
- La fuga de grandes fortunas supone un empobrecimiento del país en el que se aplica el impuesto.
- Esta salida de capital conlleva pérdida de empleos.
- Fuga de cerebros debido a lo anterior.
- La recaudación de los impuestos es menor de la que se pretendía: la pérdida que causa el empobrecimiento es mayor de lo que pueda recaudarse.
- Grava el ahorro, que es básico para la financiación y el desarrollo. Además recae sobre la renta disponible que se ha conseguido ahorrar, lo que no es fácil para todo el mundo
- Doble imposición al pagar impuestos por algo que ya tributó en el momento de su adquisición. Aunque esta doble imposición también habría que analizarla mejor, ya que es difícil creer que realmente las grandes fortunas de propietarios de importantes compañías tributan primero por su IRPF.
- No es realmente cierto que quien tenga más, pague más.
Este impuesto no se encuentra en todos los países, y en algunos ya se suprimió en su día. En España también se quitó y se volvió a implantar para intentar recaudar más en la crisis. Ahora, según la reforma legal, este impuesto debería de desaparecer el año que viene.
¿Vosotros que opináis?