* Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, las reservas identificadas de Uranio en todo el Mundo ascienden a 7.096 toneladas, suficientes para satisfacer la actual demanda global hasta cerca del año 2.100. Además, el Uranio se puede extraer al aire libre, sin las penalidades que sufren, por ejemplo, los que trabajan en las minas de carbón. Se extrae con dinamita, nada de pico y pala, y se recoge en camiones. Es un trabajo costoso económicamente, y hay que evaluar para saber si es rentable: los estudios iniciales deben revelar, como mínimo, concentraciones de 1 gramo de Uranio por cada 5 kg. de tierra.
* Recientemente Queensland, región situada en Australia que cuenta con unas reservas de Uranio valoradas en 18.000 millones de dólares, ha autorizado su extracción, que desde hace más de 30 años estaba prohibida. También el Parlamento de Groenlandia ha aprobado derogar una prohibición, vigente desde el año 1.988, para extraer Uranio. Incluso en España se apuesta por la minería del Uranio. La Junta de Castilla y León ha autorizado a la compañía australiana Berkeley Resources para la explotación de las minas de Uranio situadas en la provincia de Salamanca, donde se prevé la extracción de 675 toneladas de Uranio anuales durante los próximos 11 años.
* Detallados estudios realizados por la Asociación Internacional de la Energía indican que la capacidad de generación nuclear crecerá en todo el Mundo desde los 375 GWe de 2.010 hasta los 745 GWe de 2.035, y que la demanda de Uranio aumentará en un 115%, lo que presionará sus precios al alza. De hecho, según la World Nuclear Association, en la actualidad existen 438 reactores nucleares operativos en todo el Mundo, hay 64 reactores nucleares en construcción y se proyectan otros 495 nuevos reactores. Y según la consultora UxC, una de las mejor consideradas de la industria nuclear, un reactor nuclear nuevo necesita tres veces más Uranio que un reactor en funcionamiento.
* Cada vez son más los analistas y gestores que recomiendan tomar posiciones en la energía nuclear, afirmando que es la más económica y competitiva. Así, las inversiones de Richard Fisher, titular del Banco de la Reserva Federal de Dallas, responden en su mayoría a lo que se esperaría de cualquier estadounidense adinerado: una mezcla de acciones, bonos y fondos de inversión. Pero Fisher es la excepción que confirma la regla. Su cartera incluye inversiones en Uranio. Las materias primas son vistas, tradicionalmente, como buenas protecciones contra la inflación. Pese a ello, el Uranio resulta una elección inusual incluso entre quienes temen un alza inflacionaria. No obstante, Richard Fisher posee 250.000 dólares en acciones de una compañía que replica la cotización del Uranio.
* El mercado del Uranio se ha encontrado en una situación deficitaria desde 1.990. Este déficit se ha estado supliendo con la utilización de Uranio procedente de armas nucleares que se encuentran fuera de servicio, según un tratado entre Rusia y Estados Unidos que finalizó en 2.013. No obstante, lo que está claro es que la demanda es muy superior a la capacidad de producción. Así, se producen alrededor de 65.000 toneladas y se necesitan anualmente cerca de 80.000 toneladas. Al mismo tiempo hay que tener en cuenta que el 65% de la producción mundial de Uranio proviene únicamente de 10 minas, con el riesgo que ésto supone en el caso de que hubiera algún problema en alguna de éstas minas.
* Por otro lado, hay que tener en cuenta que las posibilidades de revalorización del Uranio son casi infinitas, al contrario que otras materias primas como el petróleo, que si duplica su precio pone al Mundo contra las cuerdas. En el caso del Uranio no es así, ya que tiene tal capacidad energética que aunque triplique su precio la repercusión final en el precio energético sería mínimo: tan sólo 5 gramos de Uranio producen la misma electricidad que 810 kg. de carbón, 585 litros de petróleo ó 480 metros cúbicos de gas natural.
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