El Rubius y la fiscalidad
El Rubius, famoso youtuber, se llama en realidad Rubén Doblas Gundersen. Supe de su existencia a través de la editorial Espasa, en la cual he publicado varios libros, al enterarme de que -lo ha recordado ahora Ana Rosa Semprún, la directora editorial de Planeta- había vendido un millón y medio de ejemplares de un libro (que él no había escrito). Pero
el negocio de Rubén Doblas es mucho más amplio.
Según he leído en El Mundo, de la mano de Martín Mucha, cada una de las marcas de El Rubius en las redes se estima que vale una decena de millones de euros, más de cincuenta millones si decidiera venderlo todo.
Hay que sumarle su patrimonio, que Celebrity Net Worth estima en seis millones de euros. Sin contar su vivienda madrileña en las afueras, de casi mil metros cuadrados de parcela. Y un piso céntrico de cincuenta metros. Es dueño de una empresa, Snofolkk S.L., cuyo último rendimiento de cuentas data de 2015, por 938.000 euros.
En junio de 2020 El Rubius ya anunció lo siguiente:
"Yo tengo que pagar los impuestos y créeme que pago muchísimo, tío. Y cada vez que se me viene encima Hacienda, me duele el corazón. Bueno, es lo que hay".
Pero El Rubius se cansó y ahora se larga para pagar un 10% de su renta en Andorra, frente a los entre 45 y 50% que paga en España.
Yo creo que tiene razón El Rubius. No lo creo sólo yo, también Jordi Sevilla ha dicho que considera
necesaria una profunda revisión de nuestro sistema tributario, con tres objetivos:
"Cumplir mejor la Constitución en lo relativo a que pague más quien más tiene; adaptarlo a una economía del siglo XXI donde manda la tecnología, los intangibles y la globalización; por último, mejorar su capacidad recaudatoria por unidad de PIB".
Sea como sea,
la verdad es que el sistema fiscal español y el europeo son un desastre y para demostrarlo aquí va un dato:
el 90% de la recaudación por IRPF en España viene de los bolsillos de los asalariados, pero los asalariados ingresan apenas el 45% del PIB. No es de extrañar que haya
cerca de 500 empresas en Andorra que asesoran no sólo a youtubers, sino a todo tipo de profesionales que se han instalado allí. Y que, sin ser vecinos, youtubers y profesionales del comercio electrónico han empezado a montar negocios en Andorra.
Para terminar, contaré mi caso. Tenía a mi nombre la mitad del piso en el cual vive uno de mis hijos y a finales del año pasado (2020) decidí donárselo, y así lo hice ante notario. Pues bien, en concepto de plusvalía municipal he pagado 11.000 euros, pero lo peor me llegará en 2021, pues resulta que Hacienda considera que esta donación es un ingreso, no para mi hijo sino para mí, y por ese supuesto ingreso tendré que pagar en mi IRPF ¡23.000 euros! Un auténtico atraco. Y yo me pregunto: ¿de dónde ha salido esa ley atracadora según la cual una donación es un ingreso para el donante?
En España sólo pagamos a Hacienda los tontos, y el tal Rubius no quiere estar en esa nómina.