Las medidas propuestas, que no he tenido tiempo de ver en profunidad, no se alejan mucho de lo ya acordado en IMO. Son un poco más exigentes con el ritmo de reducción de las emisiones, pero tampoco escandalosamente más. Es algo que afectará, como la mayor parte de las regulaciones, principalmente a los barcos viejos de las flotas.
En cuanto a la entrada del sector en el sistema de derechos de emisiones (ETS), algo que ya se venía comentando y que he repetido aquí que se acordaría este julio, hay que ver cómo se implementa. De momento se ha deslizado que se hará gradualmente desde 2023 y en un período de 3 años.
En principio
Shipowners will have to buy permits under the ETS when their ships pollute or else face possible bans from EU ports.
Además se cargará también el 50% de las emisiones entre transporte con salida/entrada en puertos de la UE y destino afuera. Incentivando que otros países se sumen a una medida que IMO, a pesar de haber sido propuesta, no adoptó en su última reunión. Era evidente que si ellos delegaban la regulación del sector, serían los países los que la cogiesen por los cuernos. Creo que no tardaremos ver a USA sumarse.
“The coverage of a share of the emissions from both incoming and outgoing voyages between the Union and third countries ensures the effectiveness of the EU ETS, notably by increasing the environmental impact of the measure compared to a geographical scope limited to voyages within the EU, while limiting the risk of evasive port calls and the risk of delocalisation of transhipment activities outside the Union,” the EC stated, explaining the rationale for including emissions from outside the continent – something that could now be matched when other nations and regions such as the US and China contemplate adding shipping into their own emission trading schemes.
Veremos cómo se van desarrollando los acontecimientos y cómo se llevan a cabo todas las medidas que van a entrar en vigor en los próximos 18 meses. Pero está claro que los barcos más contaminantes tendrán más problemas, más costes (sean impuestos o sean adaptaciones en forma de capex o reducción de velocidad). Y que incluso pueden crearse "mercados premium" adonde determinados barcos no tengan acceso.
Esto generará muchas disrupciones en el sector y debido a la incertidumbre en las futuras regulaciones provocará que haya muchas dudas a la hora de reponer una flota que, como nuestra pirámide de población, se acerca al momento de jubilar a la generación del baby boom del auge de China de la década de los 2000.
Estoy seguro de que esta década veremos muy buenos retornos en el sector y también estoy seguro de que habrá unas que se beneficiarán más que otras. El inversor medio sigue viendo el sector cómo lo que es esencia: un sector malo, sin ventajas competitivas, con managements dudosos, etc. Cuando en realidad se aproximan unos años en los que en mi opinión se pueden hacer muy buenos retornos al calor de las disrupciones y la incertidumbre creadas por el entorno regulatorio.