Yo era más físico que clase. Era de "a mí el pelotón, Sabino, que los arrollo".
Y los tapinos, ay, me acuerdo de un día un partido de guaje en el campo del Estudiantes, en la Providencia, que del frío que hacia tuvimos que ducharnos con botas porque no sentíamos las manos para desatarlas.
Me preguntaba mi madre, cuando me lavaba las botas de guaje, si les había quedado prau de la cantidad de tapinos con barro que llevaba entre los tacos de aluminio...