El Economista
Todo el mundo miraba a Evergrande
"Con la atención del mercado ahora centrada en la crisis del gigante inmobiliario Evergrande, es posible que se haya subestimado o incluso pasado por alto otro gran impacto en la oferta", según advierten los analistas de Nomura en una nota en la que aseguran que la economía de China podría contraerse este trimestre.
El agravamiento de la crisis de energía en China es el reflejo de un suministro extremadamente ajustado a nivel mundial, que
ya ha desatado su ira sobre Europa. La fuerte recuperación económica tras el fin de las restricciones por el covid ha impulsado la demanda de los hogares y las empresas, mientras que producción de gas, carbón o petróleo muestra cierta rigidez ante la menor inversión del sector.
Hay miedo a que esa inversión en nuevas minas o pozos no se pueda rentabilizar ante la clara apuesta global por las energías renovables. El problema, ya comentado en varias ocasiones, es que este giro hacía la energía 'verde' se está produciendo cuando el mundo aún es muy dependiente de los energías fósiles. Ahora se están sufriendo las consecuencias.
La crisis energética de China es en parte causada por ella misma. El presidente Xi Jinping y su gobierno están inmersos en una política que pretende reducir la emisión de gases y la contaminación. Además, según revelan desde Bloomberg, Pekín tiene un objetivo claro a muy corto plazo: que el cielo sea totalmente azul en los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín del próximo mes de febrero
Escasez de carbón y gas
La economía corre el riesgo de sufrir una grave escasez de carbón y gas, que se utilizan para calentar hogares y mantener funcionando las fábricas. Hay indicios de que la crisis de energía está comenzando a afectar tanto a hogares como a negocios. La provincia de Guandong ha pedido a sus residentes que usen al máximo la luz natural y limiten el uso del aire acondicionado, después de recortar el uso de la energía en algunas fábricas.
Los futuros del carbón térmico de China se han disparado en el último mes, estableciendo récord tras récord, mientras que las preocupaciones sobre la seguridad de las minas y la contaminación limitan la producción nacional. Por otro lado, los precios del gas natural, tanto en Europa como en Asia, están disparados
en medio de una batalla por acumular inventarios de cara al invierno.
Cuando China ha racionado la energía durante otros inviernos, los productores han recurrido al diésel y otros derivados del petróleo para seguir produciendo. El problema es que estas fuentes de energía tampoco casan ahora con los objetivos de Pekín. Además de eso, el petróleo están tocando máximos no vistos desde octubre de 2018, por lo que tampoco sería una alternativa barata.
Además de las empresas y grandes proveedores que han anunciado una desaceleración de su producción, varias firmas más pequeñas también están comenzando a informar de que se les ha ordenado frenar o detener la actividad. Aunque estas pequeñas empresas pasan desapercibidas para los grandes inversores, el resultado final podría ser una escasez de todo, desde textiles hasta componentes electrónicos que podrían enredar las cadenas de suministro y consumir las ganancias de una gran cantidad de empresas multinacionales.
Escasez global de todo
"Las restricciones de energía se extenderán e impactarán en los mercados globales", asegura Lu de Nomura. "Muy pronto, los mercados globales sentirán
el impacto de una escasez de suministro, desde textiles, juguetes hasta piezas de máquinas".
Las reducciones son una nueva amenaza para una economía que se enfrenta a múltiples presiones después de la rápida recuperación que vivió durante 2020. Y al igual que con los problemas energéticos de Europa, la restricción plantea un desafío para los responsables políticos: cómo perseguir los objetivos medioambientales sin dañar unas economías aún frágiles.
"Los gobernantes parecen estar dispuestos a aceptar un crecimiento más lento en el resto de este año para cumplir con el objetivo de emisiones de carbono", asegura Larry Hu, jefe de economía de China en Macquarie Group. "El objetivo del PIB de más del 6% es fácilmente alcanzable, pero los objetivos de emisiones no son fáciles de alcanzar dado el sólido crecimiento en el primer semestre".