Y paradojicamente, gracias a ellos el fin del mundo se suele aplazar otro año más. Al asustar a los asustables, éstos venden y proporcionan precios más asequibles para los nuevos compradores. Así se evita la euforia, los precios desmedidos y las burbujas al subirse de manera más pausada. Yo siempre he pensado que la mitad de las tesis apocalípticas, aunque también haya permabears vocacionales, están dirigidas a regular inconscientemente los mercados.