En el caso de una acción, hay que tener en cuenta dos aspectos: la primera la capacidad gestora del equipo directivo, y su capacidad para componer y hacer ganar dinero a los accionistas; y la segunda nuestra habilidad para hacer un timing adecuado, comprando cuando el mercado dé la opción de comprar barato.
En un fondo, la situación es en cierta medida similar. La gestión de Paramés, llevando en 7 años el vehículo de 100 a 110, es la que es. Ahora bien, el mercado nos dio la opción de comprar en 41. Eso es haber tenido la posibilidad de haber ganado mucho dinero.
Y de eso se trata este asunto. No de poseer empresas bonitas, ni de tener razón, ni de flagelarnos por el coste de oportunidad. Él ha hecho lo que ha hecho, cierto es, ¿pero qué hemos hecho cada uno de nosotros?
En la reflexión y respuesta a esa pregunta está la semilla del dinero que vamos a ser capaces de generar en nuestro futuro en los mercados. A mí no me importa Paramés; me importo yo. Sólo la autocritica y el conocimiento de uno mismo lleva a ganar dinero, no lo que hagan los demás, a los que resulta tan consolador como improductivo echar las culpas.
Yo, en este negocio, no estoy para solazar mis penas en los errores ajenos. Estoy para ganar dinero; para lo otro me pagaría un psicólogo.