En bolsa siempre se puede ganar y siempre se puede perder, no importa qué ideas tengamos ni qué instrumentos usemos. Pero ganar mucho es, desgraciadamente, muy difícil. Frente a lo que se escribe por ahí, perder mucho también es muy difícil, salvo en períodos puntuales que el tiempo irá normalizando, bastan gestión básica de riesgo y dinero, no buscar atajos apalancándose, aguantar el chaparrón (o tormentón) y no cerrar la tienda. Desgraciadamente, también, porque de existir ese sistema perdedor a ultranza bastaría darle la vuelta (comprar <-> vender) para ganar a lo grande. Lo normal a largo plazo es ganar o perder moderadamente, en sintonía con la marcha del mercado, y con probabilidades parecidas para el lado ganador y perdedor. La experiencia y los sistemas muy testeados y bien afinados pueden inclinar las probabilidades en nuestro favor, tanto más cuanto más flexibles sean frente a los cambios de humor de los mercados.
A este respecto, los indicadores del AT, fórmulas más o menos extravagantes sobre los precios, están probados ad nauseam y abundantemente desacreditados: no tienen 'edge', no aportan ventaja matemática. Lo demás, son suerte e historias (o lógica borrosa, si lo prefieren), además de terreno abonado para vendedores de cursos, charlatanes y fantaseadores.
Los sistemas value no viven ciertamente sus mejores días, pero tienen sentido; los basados en indicadores, no los han conocido (pero sí, ahora mismo baten a Paramés y compañía. Tener el dinero debajo del colchón, también).