Una estrategia value
Esto es un intento, dentro de mis posibilidades, de valorar la inversión value, una novedad para mí, más allá del caso concreto de Paramés y sus errores panaderos y bucaneros.
Se trata de probar una estrategia con una cartera de 20 posiciones, constituida solo con criterios value.
Tres apuntes para empezar:
- Los precios de compra y venta de un backtest son siempre teóricos. Sin embargo, los precios de los backtests de quantopian se ajustan mucho a la realidad, incluso con compras muy fuertes. Igualmente, están corregidos por splits, dividendos y mergers.
- He tomado la comisión por defecto de la plataforma: 0,5 céntimos por acción, mínimo 1$. Son exactamente las comisiones de Interactive Brokers.
- La estrategia es, hasta cierto punto, deliberadamente simple. Aplicar más factores es fácil, pero aumenta el peligro de introducir optimización, de la que siempre hay que intentar huir, y habría que afinar mucho más.
Lógica de la estrategia:
- Se parte del universo de acciones que quantopian llama QTradableStocksUS: como su nombre indica acciones USA, muy líquidas, entre otras muchas cosas.
- Se filtra para acciones small and mid-cap. Motivo: históricamente tienden a ser algo más rentables que la media.
- Se ordena la base de datos filtrad, en orden decreciente, por dos factores:
- Un factor de calidad: ROIC (cuanto más arriba, mejor rentabilidad sobre capital invertido de la compañía)
- Un factor value: La ratio FCF/EV (cuanto más arriba, compañía peor valorada según su EV)
- Se van abriendo ventanas desde el tope de 150 (y luego 200, 250 y 300) registros hasta que se encuentran 20 compañías colocadas en esa ventana por el factor combinado: es decir, compañías entre las 150 mejores por rentabilidad y, a la vez, entre las 150 peores por valoración. Algún año sólo aparecen 19/18 compañías que cumplan la condición.
- Se abren equiponderadamente las 20 posiciones largas en la apertura del año.
- No hay stop loss ni take profits.
- Se rebalancea anualmente.
Primer test. Periodo máximo: De 2003 (fecha más temprana con datos de fundamentales) a 2018: 16 años. (En todos los gráficos he puesto el cursor a finales del 2013, para que se vean los rendimientos del algoritmo y del SPY en ese momento)
La estrategia va como un tiro hasta el 2014, punto de inflexión a partir de cual la rentabilidad se deteriora. Sigue ganando dinero, pero ya no bate al SPY. El drawdown es muy grande, debido al año 2008.
Segundo test. 10 años: Como el 2008 está implicado, hago dos 2008-2017 y 2009-2018.
Tras el 2008, el drawdown es razonable y a principios del 2014, la estrategia triplica al SPY. Después, el rendimiento se modera.
En todo caso, los números son buenos. Son producto de una realidad o debidos al azar? Pregunta siempre difícil de contestar, pero se puede hacer una contraprueba, una estrategia inversa o antivalue, usando las 20 compañías con peor rendimiento y mejor valoración, para ver si arroja alguna luz. Esta es la ventaja de los lenguajes orientados al objeto, basta cambiar top por bottom en el código. Pongo los tres gráficos seguidos en el mismo orden temporal.
La estrategia inversa también es ganadora, después de todo estamos en un mercado globalmente alcista, pero sus números son muy inferiores a la estrategia value, como deseábamos. Usando la jerga de los estadísticos, la contraprueba no nos permite rechazar la hipótesis nula de que el value añade rentabilidad a una inversión, comparada con la gestión pasiva.
Resultados y comentarios
Queda demostrado que, por suerte o virtud, se ha podido ganar mucho dinero con una inversión value, sin llamarse Paramés. Sin embargo, es buena una estrategia con un CAGR del 16,26% en 18 años, y del 36,98% en sus mejores 5? Con los criterios de quantopian, no lo es: tiene mucha beta y muy poca alfa. Claro que lo mismo le pasa a la cartera del Paramés del pasado. Si la hubiéramos presentado ante sus jueces, la hubieran mandado directamente a la papelera. Digamos que 'sabían' que, tarde o temprano, iba a pasar lo que está pasando. Entonces, qué hacer?
Lo canónico, convertir la estrategia en market neutral, por ejemplo poniéndose largo en 10 posiciones en los percentiles altos del factor combinado y corto en 10 posiciones en los bajos. Automáticamente, baja la beta y, naturalmente, también la rentabilidad y, casi siempre, más que proporcionalmente. Pero se gana en robustez, que es lo que valoran los teóricos de los sistemas, porque conseguida, es ya todo cuestión de fuerza bruta (millones de euros, siempre darán buen dinero por baja que sea la rentabilidad porcentual).
Si sigo mi propio camino, los cortos no me gustan, incluso desde un punto de vista ético. Otro tipo de 'hedge', tampoco. Considero que matan la alegría de la inversión para los que no vivimos de ella. Poder decir a los colegas en una comida de Navidad en 2013 que estás ganando un 37% anualizado en los últimos 5 años, no tiene precio. La bolsa no es un depósito a plazo fijo.
Naturalmente, sin hedge sufriré más. Pero no demasiado, los años malos los gestiono con un stop de pérdidas anual (no de drawdown desde máximos sino de cabeza debajo del agua) de valor en dólares dependiente de los resultados de años anteriores. Una vez alcanzado, es perder para aprender, cerrar todo y tomar vacaciones bursátiles hasta el año siguiente, aunque estemos a mediados de enero. Siempre se puede seguir en modo demo. Basta que los años malos no sean demasiados, claro.
Lo de Paramés, no tiene ni hedge ni stop loss. Su cartera va mal. La rentabilidad de mi estrategia en los últimos 5 años empeora, en lo que va de año pierde más de un 12%. Nada invita al optimismo. Entrar en el fondo, supone aceptar que, pese a todo, las capacidades de análisis de Paramés no son cuantificables y vencerán a las alfas y betas de cualquier estrategia que yo sea capaz de diseñar...
Veredicto final
Oídas las partes, el jurado no está en condiciones de llegar a una decisión. Se suspende la vista hasta dentro de seis meses.