Lo paradójico de la renta básica es que su origen remoto está en la Escuela de Chicago americana, con Friedman a la cabeza y otros círculos libertarios norteamericanos.
Allí en vez de RBU se llamó en su origen NIT (Negative Income Tax) y era un impuesto negativo sobre la renta, de tal forma que lo que hacía el Estado era, en lugar de una paga mensual a cada ciudadano, un descuento en los impuestos por un importe similar. Evidentemente, eso, que a primera vista es el sueño de todo liberal, venía parejo a una reducción de los servicios públicos que el Estado provisionaba y que pasaban a ser concertados con gestores privados a un precio determinado o directamente lanzados al libre mercado.
Es decir, en vez de que me entreguen a cuenta 600 euros todos los meses, dejan de descontarmelos de la nómina, bien en concepto de IRPF o de contigencias comunes. Eso sí, luego educación, sanidad, prestaciones por IT, desempleo o pensión se verán reducidas en la medida en que los números digan. Es una brutal bajada de impuestos como tan brutal bofetón al Estado del Bienestar.
Esta es la única RBU sostenible y pagable por los estados actualmente. Cada uno sabrá si le compensa en función de su situación. Yo, que soy muy liberal, no sería partidario.
La otra, la que preconizan "los enemigos del comercio" es falsa ya desde su acrónimo. La pueden llamar renta; básica podría ser temporalmente -hasta que la inflación de productos básicos la diluya-; pero de universal no tendría nada, puesto que de serlo perdería su única razón de ser: la compra de votos y el chantaje político.