Yo he reembolsado el fondo hace unos días, obteniendo ganancias. No ha sido por aversión al riesgo de la RV, en la que llevo media vida, sino por una elemental prudencia ante un objetivo estado de sobrevaloración de unos mercados en máximos históricos, con unos índices insosteniblemente elevados. Ahora, creo yo, es momento de retirarse los cuarteles de invierno de la liquidez, pasando la previsible borrasca -o tormenta- bursatil a cobijo. Escampará luego y será momento de volver a entrar más abajo. Porque habrá más abajo, seguro, nada sube eternamente. Y porque entraré, en este u otro de los tres fondos que llevo, a los que veo quizá con más potencial de revalorización y para los que necesito liquidez, porque mis ingresos no son infinitos.
Aun para ir a 15 años -o a 20 o a 30- es mejor comprar barato que caro. Y ese es el razonamiento de mucha gente no necesariamente aversa a la renta variable, sino cautelosa ante lo que muchos indicadores parecen sugerir: una burbuja en renta variable, cuyo pinchazo conviene esperar fuera.