Seguimiento del Seilern Stryx World Growth

 Siempre sentí que quería ser responsable de mi propio desarrollo intelectual, como tal. Pero a medida que pasaban los años, me interesé cada vez más por la economía".
Seilern, de 37 años, quien se convirtió en CEO de Seilern Investment Management el año pasado después de 11 años en la compañía, anteriormente tenía un "gran interés en las humanidades" y estudió filosofía en el Trinity College Dublin, antes de graduarse en medio de la crisis financiera global. en 2008. “En ese momento, trabajaba para un fondo de capital riesgo que ofrecía financiación de proyectos de energía renovable en España. Obviamente, fue un momento muy difícil para ellos.

"A partir de ahí, consideré brevemente convertirme en diplomático para Austria, así que asistí a la Academia Diplomática en Viena. Ese fue el momento en que Peter, el presidente [de Seilern], que también es mi tío, es un negocio familiar, se me acercó y me preguntó si quería trabajar en Seilern, así que me mudé ".
Fondo Stryx Europa Tras incorporarse a la empresa como analista en 2010, Seilern pasó a ser gestor del fondo Stryx Europa de la firma cuatro años después y director de la empresa en 2015. En 2018, se convirtió en jefe de investigación y dejó de gestionar fondos. Luego, el año pasado, en medio de la pandemia de coronavirus, el director ejecutivo Jean-Michel Boehm se retiró del cargo y dejó a Seilern para que tomara el mando.

"Yo ya había sido director de la empresa durante varios años, y Jean-Michel ha pasado a la junta como director no ejecutivo. No hubo cambios abruptos", explica.
"El objetivo de que asumiera el cargo de director ejecutivo era que no sería un evento. Queríamos evitar una situación en la que surgieran grandes cambios repentinamente, porque la estrategia que la junta había establecido de antemano ya era la correcta". De hecho, Seilern dice que el proceso de inversión de crecimiento de calidad de la empresa se ha mantenido firmemente en su lugar durante los 32 años de vida de la empresa. Es riguroso y selectivo, dejando solo 70 de las acciones cotizadas del mundo que cumplen los criterios correctos para incluso ingresar a su universo de inversión