¿Te has preguntado qué hace que los corzos a veces corren hacia las luces en la carretera? Es simplemente su primera reacción: ven una situación inesperada, se asustan, tratan de salir corriendo sin saber hacia dónde y terminan atropellados. Lo peor de todo es que si se quedaran quietos, al lado del camino, no les pasaría nada.
El mundo financiero también esta lleno de situaciones inesperadas: Bajada del dolar, Trump ganó las elecciones, el Reino Unido eligió separarse de la Unión Europea, cayó el precio del cobre, bajo el precio del petróleo, etc. Estos eventos ocurren con tanta frecuencia que es normal que nos preguntemos si deberíamos alarmarnos frente a ellos.
Y la respuesta simple es:
NO.
Por mucho que el mercado reaccione a un evento en forma violenta, es muy probable que la estrategia de inversión que habías elegido inicialmente no haya cambiado. Sobre todo si se trata de una estrategia de largo plazo. Y si es así, entonces no deberías hacer nada.
A veces sí hay que cambiarse, pero no siempre, no a cada rato.
Es por eso que los inversionistas serios no intentan predecir ni lucrar de los vaivenes del mercado a corto plazo. Lo que hacen es establecer muy precisamente una estrategia diversificada, con un riesgo y un plazo de inversión bien definidos, y luego compran y venden activos para mantenerse dentro de dicha estrategia.
No hay que olvidar que toda decisión seria de inversión ya considera el riesgo de pérdidas; estos eventos están dentro de lo esperado, y es muy probable que se reviertan.
Por otro lado, si te cambias a cada rato en la mayoría de los casos solo conseguirás aumentar tu volatilidad y disminuir tu rentabilidad. Esto es porque, en general, tratar de comprar justo cuando haya bajado un activo para luego venderlo justo cuando haya subido en la práctica
es casi imposible de hacer en forma consistente (a menos que tengas información privilegiada).
saludos