Buenas tardes. Nueva actualización de los datos de mi cartera: +1,2% en mayo; +8,3% en el año; +6,8% en el acumulado 2022-2024.
Sin cambios para este mes que empieza. 62,7% en renta variable, 17,1% en oro, 13,7% en monetarios € y 6,5% en plan de pensiones de renta fija CP €.
En la renta variable estable, suman a la rentabilidad del mes los indexados globales y los quality growth y restan los small-cap value. En el conjunto del año están todos en positivo, pero con clara ventaja de los indexados en mi cartera.
En la cartera móvil, marcha muy bien la inversión en el S&P 500 (+18.6% en el año; +25,7% desde que la inicié en junio y agosto del año pasado), va sumando la inversión en emergentes (+4,9% desde que la inicié hace tres meses), registra ligeras pérdidas la inversión en el EuroStoxx 50, gracias a M. Macron (-0,7% desde que la inicé hace también tres meses) y sigue mortecina la inversión en inmobiliarias (+0,1% desde que abrí la posición en enero de este año).
Poco que añadir a lo que comenté en la revisión de mitad de mes. Mirando las “tripas” del S&P 500, siguen vigentes las señales de alerta que mencioné, que presagian un posible mercado bajista de importancia. Tal es el caso, entre otras, de la línea de avance-descenso (número de compañías que suben menos número de compañías que bajan) que apunté entonces, que viene bajando desde mediados de mayo al tiempo que el índice ha seguido haciendo nuevos máximos. Un fenómeno infrecuente que se produjo también, por ejemplo, antes del mercado bajista de 2000-2002.
Entonces, si lo veo así, ¿por qué no cierro posiciones en renta variable? En primer lugar, porque un presagio no es una certeza. Y en segundo lugar, incluso más importante, porque estar acertado antes de tiempo vale tanto como estar equivocado. Con anterioridad al mercado bajista de 2000-2002, la línea de avance-descenso empezó a caer a primeros de enero de 1999 y el S&P 500 no empezó a caer en serio hasta primeros de septiembre de 2000, dieciocho meses después. Entre tanto, subió en torno a un 24%. Como para haber estado fuera. Procuro no anticiparme, sino reaccionar. La situación es indicativa, a mi modo de ver, de que cuando empiece a llover puede llover muy fuerte, así que para entonces no será cuestión de aguantar estoicamente, sino de ponerse firmemente a resguardo. Pero todavía no ha empezado a llover.
Bien es cierto, he de añadir, que no creo que esta vez resista tanto tiempo ni suba tanto como entonces antes de empezar a caer, por lo que seguramente terminará resultando que habría sido mejor cerrar posiciones ahora que esperar. Pero la disciplina es la disciplina y sin disciplina puede que te salga bien a veces, pero a la larga la cartera se va al garete.
Saludos y buenas inversiones.