Estrategias de Inversión - Comprar y Mantener (Buy and Hold)
Una de las estrategias pasivas más antiguas en materia de inversión, es la de comprar y mantener. Bajo la premisa de “visión de largo plazo”, muchos especialistas han logrado demostrar que el saber esperar rinde abundantes frutos.
Sin embargo, esto no siempre es cierto. Comprar y mantener una inversión es una estrategia que tiene ciertos riesgos importantes, y que debe aplicarse con cuidado y conocimiento. Sería muy lamentable mantener durante muchos años una inversión perdedora por no haberla sabido elegir. Y llegar, por ejemplo, al retiro, con recursos insuficientes por esta razón.
Durante la crisis financiera de 2008, muchas personas vieron cómo en pocas semanas el valor de sus inversiones había bajado en más de un 50%. Algunas de ellas reaccionaron intempestivamente, abandonando su estrategia y liquidando su inversión con pérdidas. Otras muchas se dieron cuenta de que su asignación de activos no era adecuada para el horizonte de su inversión, y aprendieron una dolorosa lección. Algunas más simplemente no supieron qué hacer. En cualquier caso, la efectividad de esta estrategia ha entrado en un amplio debate.
Sin embargo, muchos analistas y expertos, entre ellos un servidor, concluyen que el problema no es la estrategia en sí, sino que en muchas ocasiones la forma en que se aplica ha sido deficiente y ha olvidado el aspecto más importante en cualquier metodología de inversión: cuidar los riesgos.
¿Qué Significa Comprar y Mantener?
Comprar y mantener es simplemente el nombre de una estrategia pasiva de inversión, que tiene por objetivo dejar madurar nuestro portafolio a largo plazo, independientemente de las fluctuaciones normales de los mercados financieros. Entonces, es fundamental saber elegir un portafolio que verdaderamente tome en cuenta nuestros objetivos, horizonte de inversión y tolerancia al riesgo.
Por lo tanto, comprar y mantener es fundamentalmente una estrategia de asignación de activos. El inversionista que la emplea, selecciona cuidadosamente a los instrumentos que formarán parte de su portafolio. Una vez definido, no se preocupa por la volatilidad de corto plazo, ni por indicadores técnicos, ni por crisis financieras.
Esto no significa, sin embargo, que una vez elegido el portafolio, nos tengamos que olvidar de él. Esto sería un gravísimo error, y es una de las causas por las cuales la estrategia ha fallado para algunas personas.
Cuidar los Riesgos
Como ya mencioné, en toda estrategia de inversión se tienen que cuidar los riesgos, aún en estrategias pasivas. En este caso, se suele hacer de tres maneras diferentes:
* Diversificación Inteligente - Debemos elegir cuidadosamente una asignación de activos que sea adecuada con nuestros objetivos, horizonte de inversión, y tolerancia al riesgo.
* Rebalanceo trimestral - Debido a que las diferentes clases de activos se comportan de manera distinta (las acciones pueden bajar en un periodo determinado, por ejemplo), la asignación de activos que elegimos en un inicio va cambiando. Por lo tanto, debemos hacer un rebalanceo de nuestro portafolio para que cada clase de activos vuelva a tener el peso que queremos. Por ejemplo, si esas acciones bajaron, ahora representan un porcentaje menor de nuestro portafolio, y los activos que subieron de precio ahora tienen una ponderación menor. Entonces, tenemos que vender una parte de esos activos para comprar acciones, de tal manera que las ponderaciones de cada clase vuelvan a ser las que nos fijamos desde un inicio.
* Modificar nuestra asignación de activos a medida que se acerca nuestra meta. Un portafolio con un horizonte de inversión de 20 años es muy distinto a uno con horizonte de 1 año. Nuestro portafolio debe reflejar en todo momento una asignación de activos consistente con el monto que nos falta para alcanzar nuestra meta. Lamentablemente mucha gente falló al hacer esto, y le tocó la crisis financiera justo un año antes de retirarse, porque tenían el 70% de sus inversiones en bolsa.
Una Estrategia Eficiente en Costos
La estrategia de asignación de activos es normalmente eficiente en costos, ya que al no estar operando constantemente, evitamos las comisiones correspondientes (que pueden sumar mucho dinero con el tiempo). Por otro lado, en países donde las ganancias de capital están gravadas (no es el caso de México), esta estrategia es también fiscalmente eficiente.
En Resumen
La estrategia de comprar y mantener por lo general se usa cuando invertimos una cantidad única - un dinero que ya tenemos, aunque desde luego poco a poco se puede ir añadiendo más a nuestro portafolio. Funciona de la siguiente manera:
1. Determinar una Asignación de Activos que sea adecuada a nuestro horizonte de inversión, y tome en cuenta nuestro perfil de riesgo.
2. Elegir cuidadosamente los instrumentos que compondrán nuestro portafolio, de acuerdo a la Asignación de Activos que determinamos en el punto anterior. Al ser una estrategia pasiva, se recomienda el uso de fondos de inversión que hayan tenido un desempeño competitivo contra su benchmark (indicador con el cual puede compararar su rendimiento). Para la parte de renta variable, por ejemplo, el uso de fondos indizados que mejor se hayan desempeñado respecto de los índices que intentan replicar.
3. Rebalancar nuestro portafolio de manera trimestral. Comprar y mantener no significa que no tengamos que hacer nunca ajustes a nuestro portafolio, los cuales en ocasiones resultan muy necesarios. El rebalanceo es uno de ellos, y nos ayuda a controlar mejor nuestro riesgo.
4. Revisar cada año nuestro portafolio. En ocasiones es conveniente a hacerlo, incluso, dos veces al año. Nos tenemos que preguntar lo siguiente: ¿Este fondo de inversión cumplió con mis expectativas? ¿Me siento bien con él? ¿Sigue cumpliendo mis necesidades y es congruente con mis metas?
5. Ir modificando nuestra Asignación de Activos, a medida que nos vamos acercando a nuestra meta. Nuestro portafolio debe ser consistente con el tiempo que nos falta para llegar al objetivo, y no con el horizonte de inversión original.
Fuente:Blog planea tus finanzas.