Yo sigo muy despistada con el tema inmobiliario. No sé bien cuál es la consigna.
Lamento que mucha gente siga pensando que las decisiones que se toman, a nivel estructural, tienen que ver con gobiernos que votamos nosotros. Para mí es evidente, hace años, que las grandes decisiones vienen "de arriba".
Decisiones como la peatonalización de los centros urbanos, las Zonas de Bajas Emisiones, los bonos gratis de cercanías, etc. son órdenes cumplidas, nada más. Ha dado igual que el ayuntamiento de turno fuese de izquierdas o de derechas.
La vivienda no será menos, también tendrá una orden superior que cumpliremos fielmente, sea cual sea el gobierno, como ha ocurrido hasta ahora. Es lo único que tengo claro. Ojalá al menos tuvieran la decencia de decirnos cuál es el verdadero programa electoral.
La frase "No tendrás nada y serás feliz" me hace pensar que el fin último de la vivienda es que toda será de propiedad estatal, y se nos alquilará a bajo precio. Pero para llegar hasta ahí queda un largo camino de destrucción del mercado, y de momento solo veo caídas mundiales de precio (que ya llegarán a España, paciencia) que incentivan la compra a tocateja. Dudo que eso esté en el guion.
Entonces, ¿dónde estará el truco? Quizá a la larga se pongan unos impuestos tan bestias sobre la propiedad de vivienda, se exijan unos estándares ecológicos y de bajo consumo tan alucinantes, que no merezca la pena pagar por ser propietario.
Algo parecido a lo que va a pasar (está pasando ya) con los coches. Subes la gasolina, dificultas el uso, cobras peajes, regalas bonos...= menos coches privados.
No creo en absoluto que esta burbuja sea como la de 2008, porque esta es el preludio de un nuevo orden de cosas. Me parece interesante hacer una lectura más en frío, más global, y centrarse un poco menos en el tanto por ciento que ha bajado en tal o cual ciudad, porque realmente eso carece de importancia.