Re: Habrá independencia, porque no habrá referéndum. Una opinión y un pronóstico
Me parece que el que no conoce el significado del himno es usted.
Le dejo el original, no el himno actual que es el que cantamos los catalanes en la actualidad.
Un saludo.
http://www.goear.com/listen/74fce6c
http://www.youtube.com/watch?v=0h49GPA7C7M
Catalunya, comtat gran,
qui t'ha vist tan rica i plena!
Ara el rei Nostre Senyor
declarada ens te la guerra.
Segueu arran!
Segueu arran,
que la palla va cara!
Segueu arran!
Lo gran comte d'Olivars
sempre li burxa l'orella:
-Ara es hora, nostre rei,
ara es hora que fem guerra.-
Contra tots els catalans,
ja veieu quina n'han feta:
seguiren viles i llocs
fins al lloc de Riu d'Arenes;
n'han cremat un sagrat lloc,
que Santa Coloma es deia;
cremen albes i casulles,
i caporals i patenes,
i el Santíssim Sagrament,
alabat sia per sempre.
Mataren un sacerdot,
mentre que la missa deia;
mataren un cavaller,
a la porta de l'església,
en Lluís de Furrià,
i els àngels li fan gran festa.
Lo pa que no era blanc
deien que era massa negre:
el donaven als cavalls
sols per assolar la terra.
Del vi que no era bo,
n'engegaven les aixetes,
el tiraven pels carrers
sols per regar la terra.
A presencia dels parents
deshonraven les donzelles.
Ne donen part al Virrei,
del mal que aquells soldats feien:
-Llicència els he donat jo,
molta més se'n poden prendre.-
Sentint resposta semblant,
enarboren la bandera;
a la plaça de Sant Jaume,
n´hi foren les dependències.
A vista de tot això
s'és avalotat la terra:
comencen de llevar gent
i enarborar les banderes.
Entraren a Barcelona
mil persones forasteres;
entren com a segadors,
com érem en temps de sega.
De tres guàrdies que n'hi ha,
ja n'han morta la primera;
ne mataren al Virrei,
a l'entrant de la galera;
mataren els diputats
i els jutges de l'Audiència.
Aneu alerta, catalans;
catalans, aneu alerta:
mireu que aixís ho faran,
quan seran en vostres terres.
Anaren a la presó:
donen llibertat als presos.
El bisbe els va beneir
Amb la ma dreta i l'esquerra:
-On es vostre capità?
On és vostre bandera?-
Varen treure el bon Jesús
Tot cobert amb un vel negre:
-Llicència els he donat jo,
molta més se'n poden prendre.-
Sentint resposta semblant,
enarboren la bandera;
a la plaça de Sant Jaume,
n´hi foren les dependències.
A vista de tot això
s'és avalotat la terra:
comencen de llevar gent
i enarborar les banderes.
Entraren a Barcelona
mil persones forasteres;
entren com a segadors,
com érem en temps de sega.
De tres guàrdies que n'hi ha,
ja n'han morta la primera;
ne mataren al Virrei,
a l'entrant de la galera;
mataren els diputats
i els jutges de l'Audiència.
Aneu alerta, catalans;
catalans, aneu alerta:
mireu que aixís ho faran,
quan seran en vostres terres.
Anaren a la presó:
donen llibertat als presos.
El bisbe els va beneir
Amb la ma dreta i l'esquerra:
-On es vostre capità?
On és vostre bandera?-
Varen treure el bon Jesús
Tot cobert amb un vel negre:
-Aquí és nostre capità,
aquesta es nostre bandera.-
A les armes catalans,
Que ens ha declarat la guerra!
Segueu arran!
Segueu arran,
que la palla va cara!
Segueu arran!
Re: Habrá independencia, porque no habrá referéndum. Una opinión y un pronóstico
Hay una cosa que Jordi no contempla...y es...que un estado democrático no debería dotar a sus policías con centenares de cientos de chalecos antibalas sin antes haber pagado sus facturas médicas o farmacéuticas...ni tampoco el contemplar partidas para armas de guerra...un abrazo...
Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen
Re: Habrá independencia, porque no habrá referéndum. Una opinión y un pronóstico
De wiki...un abrazo...
Pau Claris, al frente de la Generalidad de Cataluña, proclama la República Catalana. Pero la revuelta también escapa a este primer y efímero control de la oligarquía catalana. La sublevación derivó en una revuelta de empobrecidos campesinos contra la nobleza y ricos de las ciudades que también fueron atacados. La oligarquía catalana se encontró en medio de una auténtica revolución social entre la autoridad del rey y el radicalismo de sus súbditos más pobres.
Conscientes de su incapacidad de reducir la revuelta y sus limitaciones para dirigir un estado independiente, los gobernantes catalanes se aliaron con el enemigo de Felipe IV: Luis XIII (pacto de Ceret). Richelieu no perdió una oportunidad tan buena para debilitar a la corona española. Olivares comienza a preparar un ejército para recuperar Cataluña con grandes dificultades ese mismo año de 1640 y, en septiembre, la Diputación catalana pide a Francia apoyo armamentístico.
En octubre de 1640 se permitió a los navíos franceses usar los puertos catalanes y Cataluña accedió a pagar un ejército francés inicial de 3.000 hombres que Francia enviaría al condado. En noviembre, un ejército de unos 20.000 soldados recuperó Tortosa para Felipe IV, en su camino hacia Barcelona; dicho ejército provocó sobre los prisioneros unos abusos que determinaron a los catalanes a oponer una mayor resistencia. Cuando el ejército del marqués de los Vélez se acercaba a Barcelona, estalló una revuelta popular el 24 de diciembre, con una intensidad superior a la del Corpus, por lo que Claris tuvo que decidirse por una salida sin retorno, que tampoco era la deseable: Pactar la alianza con Francia en contra de Felipe IV. El 16 de enero de 1641 anunció que Cataluña se constituía en república independiente bajo la protección de Francia. Pero el 23 del mismo mes pasó a anunciar que el nuevo conde de Barcelona sería Luis XIII de Borbón, rememorando el antiguo vasallaje de los condados catalanes con el Imperio Carolingio. En enero de 1641, Cataluña se sometió voluntariamente al gobierno del rey de Francia y la Generalidad proclama conde de Barcelona y soberano de Cataluña al rey Luis XIII de Francia como Luis I de Barcelona. Ese mismo año, el 26 de enero, un ejército franco-catalán defendió Barcelona con éxito. El ejército de Felipe IV se retiró y no volvería hasta diez años más tarde. Poco tiempo después de esta defensa victoriosa moriría Pau Claris.
Cataluña se encontró siendo el campo de batalla de la guerra entre Francia y España e, irónicamente, los catalanes padecieron la situación que durante tantas décadas habían intentado evitar: Sufragar el pago de un ejército y ceder parcialmente su administración a un poder extranjero, en este caso el francés. La política francesa respecto a Cataluña estaba dominada por la táctica militar y el propósito de atacar Valencia y Aragón.
Tratado de los Pirineos.
Luis XIII nombró entonces un virrey francés y llenó la administración catalana de conocidos pro-franceses. El coste del ejército francés para Cataluña era cada vez mayor, y mostrándose cada vez más como un ejército de ocupación. Mercaderes franceses comenzaron a competir con los locales, favorecidos aquellos por el gobierno francés, que convirtió a Cataluña en un nuevo mercado para Francia. Todo esto, junto a la situación de guerra, la consecuente inflación, plagas y enfermedades llevó a un descontento que iría a más en la población, consciente de que su situación había empeorado con Luis XIII respecto a la que soportaban con Felipe IV.
En 1643, el ejército francés de Luis XIII conquista el Rosellón, Monzón y Lérida. Un año después Felipe IV recupera Monzón y Lérida, donde el rey juró obediencia a las leyes catalanas. En 1648, con el Tratado de Westfalia y la retirada de la guerra de sus aliados, los Países Bajos , Francia comienza a perder interés por Cataluña. Conocedor del descontento de la población catalana por la ocupación francesa, Felipe IV considera que es el momento de atacar y en 1651 un ejército dirigido por Juan José de Austria comienza un asedio a Barcelona. El ejército francocatalán de Barcelona se rinde en 1652 y se reconoce a Felipe IV como soberano y a Juan de Austria como virrey en Cataluña, si bien Francia conserva el control del Rosellón. Felipe IV por su parte firmó obediencia a las leyes catalanas. Esto da paso a la firma del Tratado de los Pirineos en 1659.
Esta inestabilidad interna y su resultado final fue dañino para España, pero mucho más para Cataluña. Por otra parte, Francia aprovechó la oportunidad para explotar una situación que le rindió grandes beneficios a un coste prácticamente nulo.
Como resultado final, Francia tomó posesión definitiva de las tierras transpirenaicas de Cataluña.
Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen
Re: Habrá independencia, porque no habrá referéndum. Una opinión y un pronóstico
Me parece que el que no conoce el significado del himno es usted...un abrazo parafraseando...
Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen
Re: Habrá independencia, porque no habrá referéndum. Una opinión y un pronóstico
Uf, uf, uf
Esa wiki tiene muchas lagunas. El himno resume perfectamente la relación histórica de los catalanes con los castellanos.
El corpus de sangre, entre 1.500 y 3.000 campesinos se dirigieron a Barcelona, armados con la herramienta para segar el trigo, "la falç" y mataron al Virrey y a unas 20 personas más, casi todos los muertos estaban relacionados con la monarquía. No con la oligarquía catalana.
Los campesinos eran pobres, abusaron de ellos y al final lógicamente se cabrearon. Es lo que suele pasar cuando no existe la justicia y se abusa de las personas.
Saludos.
pd: yo no tengo que conocer el significado del himno. Simplemente lo tengo que leer. Es muy sencillo.
Re: Habrá independencia, pero no manipulen...
Una de Historia.
La memoria es corta. Tendemos a interpretar el pasado filtrándolo por el tamiz de lo que vemos en el tiempo presente. Si en una charla de cafetería preguntásemos cuál de estas dos regiones, Cataluña o Galicia, contaba con más población en el siglo XVIII, indudablemente la mayoría de los parroquianos nos dirían que Cataluña, pues hoy la comunidad mediterránea aventaja a la atlántica en 4,8 millones de habitantes. Sin embargo, lo cierto es que en 1787 Galicia tenía más población que Cataluña: 1,3 millones de gallegos frente a 802.000 catalanes. Los saludables datos demográficos del confín finisterrano eran además un síntoma de pujanza. En el siglo XVIII algunos pensadores ilustrados presentaban a Galicia ante otros pueblos de España como un ejemplo de sociedad bien articulada económicamente.
Bendecida por un clima templado y con generosos dones naturales, ya bien conocidos desde los romanos, buenos amigos de su oro y su godello, entre 1591 y 1752 se estima que Galicia duplicó su población. Su éxito se basaba en una agricultura autosuficiente, que recibió un empujón formidable con la perfecta y temprana aclimatación del maíz a los valles atlánticos. Pero había más. Una primaria industria popular, cuyo mejor ejemplo era el lino. Y también, claro, los recursos de las salazones de pescado, donde tanto ayudaron empresarios catalanes; la minería, las exportaciones ganaderas, el comercio de sus puertos… Todo ese edificio gallego, tan perfectamente ensamblado durante siglos y triunfal en el XVIII, entrará en crisis súbitamente en el XIX y se vendrá abajo. Fue un colapso de naturaleza maltusiana (Galicia se torna incapaz de atender las necesidades que genera su bum demográfico) y da lugar a un éxodo de magnitudes trágicas: desde finales del siglo XVIII hasta los años 70 del siglo pasado se calcula que un millón y medio de personas huyeron de la miseria de Galicia. Buenos Aires fue durante largo tiempo la segunda ciudad con más gallegos y ese gentilicio todavía es allí sinónimo de español.
¿Por qué se hunde Galicia en el siglo XIX? Porque decisiones políticas externas voltean su modo de vida tradicional. La apuesta por la industria del algodón mediterránea, que será protegida con reiterados aranceles por parte del Gobierno de España, arruina la mayor empresa de Galicia, la del lino. Los nuevos impuestos del Estado liberal, que sustituyen a los eclesiásticos, obligan al campesinado a pagar en líquido, en vez de en especie, y lo acogotan. Aislado del milagro del ferrocarril, el Noroeste languidece, lejano, ajeno a los nuevos focos fabriles, establecidos en Cataluña, con su monopolio de la industria del algodón, y en el País Vasco, cuya siderurgia pasa a ser también protegida como empresa de interés nacional.
Stendhal ante el proteccionismo
El declive de Galicia en el XIX coincide con el espectacular ascenso de Cataluña, debido al ingenio y laboriosidad de su empresariado y a su condición de puerta con Francia. Pero hubo algo más. En su Diario de un Turista, de 1839, Stendhal, el maestro de la novela realista, recoge con la perspicacia propia de su talento sus impresiones tras un viaje de Perpiñán a Barcelona: «Los catalanes quieren leyes justas –anota–, a excepción de la ley de aduana, que debe ser hecha a su medida. Quieren que cada español que necesite algodón pague cuatro francos la vara, por el hecho de que Cataluña está en el mundo. El español de Granada, de Málaga o de La Coruña no puede comprar paños de algodón ingleses, que son excelentes, y que cuestan un franco la vara». Stendhal, que amén de escritor era también un ducho conocedor de la administración napoleónica, para la que había trabajado, capta al instante la anomalía: el arancel proteccionista, implantado por los gobiernos de España en atención a la perpetua queja –y excelente diplomacia– catalana, ha convertido al resto de España en un mercado cautivo del textil catalán, cuando es notorio que es más caro y peor que el inglés. Un premio colosal, pues no había entonces industria más importante que la del algodón, que será pronto matriz de otras, como la química. Esa descompensación primigenia, el arancel, reescribe toda la historia económica de España. A partir de esa discriminación positiva inicial, que le permite arrancar con ventaja frente a las otras comunidades, pues España era un páramo industrial, Cataluña va acumulando más y más espaldarazos por parte del Estado. Aunque también hay que ensalzar el ímpetu y la capacidad de la burguesía catalana.
Cataluña, siempre lo primero
La primera línea férrea de España es la Barcelona-Mataró, en 1848. Galicia contará con su primer tren en 1885, ¡37 años después! La primera empresa de producción y distribución de fluido eléctrico a los consumidores se creó en Barcelona, en 1881, se llamaba, y es significativo, Sociedad Española de Electricidad. La primera ciudad española con alumbrado eléctrico fue Gerona, en 1886. La teoría del agravio a Cataluña no se sostiene. De hecho, el resto de España todavía aportará algo más: mano de obra masiva y barata para atender a la única industria que existía, la catalana (salvo el oasis de Vizcaya).
En el siglo XX llegaran más ventajas competitivas para Cataluña. En 1943, Franco establece por decreto que solo Barcelona y Valencia podrán realizar ferias de muestras internacionales. Ese monopolio durará 36 años. Fue abolido en 1979 y solo entonces podrá crear Madrid su feria, la hoy triunfal Ifema. Catalanas son las primeras autopistas que se construyen en España (Galicia completó su conexión con la Meseta en el 2001 y la unión con Asturias se culminó hace dos semanas). La fábrica de Seat, la única marca de coches española, se lleva a Barcelona. Otro hito son los Juegos Olímpicos del 92, un plató de eco universal, conseguido, concebido y sufragado como proyecto de Estado (o acaso cree alguien que aquello se logró y se costeó solo por obra y gracia del Ayuntamiento de Barcelona y el gracejo de Maragall). En los años noventa se completará la entrega a empresas catalanas del sector estratégico de la energía, un opíparo negocio inscrito en un marco regulado. En 1994, el Gobierno de Felipe González vendió Enagás, monopolio de facto de la red de transporte de gas en España, a la gasera catalana, por un precio inferior en un 58% a su valor en libros. Repsol, nuestra única petrolera, también pasará a manos catalanas. Los modelos de financiación autonómica se harán siempre a petición y atención de Cataluña. También es privilegiada en las inversiones de Fomento y se le permite aprobar un estatuto anticonstitucional que establece algo tan insólito como que la instancia inferior, Cataluña, fije obligaciones de gasto a la superior, España. Todas las capitales catalanas están conectadas por AVE en la primera década del siglo XXI, mientras que la línea a Galicia todavía no tiene fecha cierta y los próceres de CiU presionan que no se construya.
Retroceso con la libertad
Cuando llegan las libertades económicas y se evaporan los aranceles y los monopolios, España logra crear, contra todo pronóstico, la mayor multinacional textil del planeta, Inditex. Resulta harto revelador que la compañía nazca en La Coruña, en el confín atlántico, y no en la comunidad que durante un siglo largo disfrutó del monopolio del algodón y el textil. Lo mismo sucede con las ferias de muestras de Barcelona y Madrid.
En realidad la libertad económica, unida al ensimismamiento nacionalista, sienta mal a Cataluña, acostumbrada a competir apoyada en la muleta del Estado intervencionista. Según la serie histórica de desarrollo regional de Julio Alcaide para BBVA, en 1930 la primera comunidad en PIB por habitante era el País Vasco y la segunda, Cataluña; Galicia se perdía en el puesto quince. En el año 2000 Baleares era la primera; Madrid, la segunda; Navarra, la tercera, Cataluña caía al cuarto lugar; y el País Vasco, al sexto; por su parte Galicia recortaba varios puestos.
Las sorpresas del siglo XXI
El corolario de esta historia es que hoy Galicia coloca sus bonos y presenta unas cuentas saneadas, mientras que Cataluña vuelve a estar sostenida por el Estado, pues su deuda padece la calificación de bono basura y se ha quedado fuera de mercado.
Galicia ha vadeado el sarampión nacionalista (Fraga fue un disperso presidente regional, pues su gobernanza era un atolondrado ir de aquí para allá sin proyectos claros, pero tuvo una idea genialoide: ocupó el espacio del nacionalismo, creando un galleguismo sentimental e intrusivo, pero imbricado en España).
Los gallegos saben que si un café vale 1,20 euros en Tui y 90 céntimos al otro lado del río, en Valença do Minho (Portugal) es porque formar parte de España reporta un mayor nivel de vida, y asumen que ese plus es lo que hace viable a Galicia.
Por el contrario Cataluña, desconcertada al verse obligada a competir en el mercado abierto, desangradas sus arcas por la entelequia identitaria, se deja embaucar por los cantos de sirena de la independencia, inculcada sin descanso por el aparato de poder nacionalista, con técnicas de propaganda de trazas goebbelianas.
España es una buena idea. La libertad, también. Y a veces, como ahora, libertad y España son sinónimos.
LUIS VENTOSO
Re: Habrá independencia, porque no habrá referéndum. Una opinión y un pronóstico
Que cosas verdad...al virrey y no a los nobles catalanes...que hay una parte de la historia que no nos gusta...la quitamos y ya esta...es usted muy utilitarista...pero vamos que si quieres le traigo parte de esa historia ...sí hombre...la que sufre el pueblo cuando sus políticos se dedican a joderlos...y a echar la culpa a otros políticos...en fin un abrazo y espero que empiece a reconocer la historia de los segadores ...
Quien tiene dinero tiene en su bolsillo a quienes no lo tienen