Jordi Évole
El separatismo de la derecha
La derecha ya no es lo que era, amigos. Siempre había tenido fama de ser una, grande y fuerte pero, en cambio, ahora se está separando. Es increíble. Ya no te puedes fiar de nadie, ni siquiera de la derecha. Con lo que me gustaba a mí esa derecha unida, donde todo estaba clarísimo. Daba gusto. Si tú preguntabas a alguien si era de derechas, te respondía que no, que era de centro. No había ninguna duda, todo estaba clarísimo. Y ser de centro significaba, por ejemplo, denegar la asistencia sanitaria a los inmigrantes sin papeles. Porque eso no es de derechas, amigos, es de centro. Y también es de centro crear un problema con los no nacidos en vez de dedicarse a abortar los problemas de los que ya hemos nacido. Eso es puro centro, y lo demás son tonterías. Es imposible estar más centrado en la crisis. Era maravilloso.
Al ser tan de centro, la derecha se había caracterizado por su 'seny'. Sin ir más lejos, Alicia Sánchez-Camacho nunca hubiese comparado lo que ha sucedido en el País Vasco con lo que está ocurriendo en Catalunya. Es que eso no lo habría entendido nadie. Y la gente de centro siempre se hacía entender. Eran políticos abiertos, que admitían todas las preguntas. Y al ser tan abiertos, los acababas conociendo perfectamente. Por eso, si a un ministro se le escapaba una frase como «a tomar por culo», rápidamente sabías que, en el fondo, lo que te estaba diciendo es a dónde iban a mandar a la clase media. Es que querían tenernos informados de todo. ¡Viva la transparencia! Y todos eran así. Una piña. Era fabuloso.
Un PP blando
De golpe, la piña se ha roto. Cuando parecía que todo el centro estaba de acuerdo en que Catalunya no tiene derecho a decidir, resulta que unos cuantos han decidido que el PP es demasiado blando, y se han ido. No sé si Artur Mas conseguirá que Catalunya se separe pero, por lo menos, ya ha conseguido una separación: que Alejo Vidal-Quadras se independice del PP. Vidal-Quadras se ha ido con la música a otra parte, a la Vox. Suena a concurso musical de la tele pero es un partido que creo que también es de centro. Madre mía, ya está el lío montado, con lo unida que estaba la derecha. Lástima, porque esto va a crear confusión. Imagínate que, durante la campaña para las europeas, hay dos mítines en una ciudad a la misma hora, uno de Mariano y otro de Alejo. ¿A dónde vas? Por ganas, seguro que irías a los dos, pero no puede ser. Hay que elegir quién gana, como en un concurso musical. Y no te olvides, los dos son de centro. Como supongo que también lo es Leandro de Borbón, partidario de enviar La Legión a Catalunya. ¿Cómo va a venir? ¡Si no hay un céntimo! Que se lo pregunten al Príncipe. Tiene un avión que pertenece al Ejército del Aire cuando lo natural sería que pasara a depender del de Tierra, porque volar no es lo suyo. Y don Leandro insistiendo en mandar legionarios. Como no vengan en coches particulares.
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