El retraso en la ejecución de determinados proyectos en Catalunya está perjudicando la economía local de algunas zonas y supone una pérdida de oportunidades de inversión. Otras infraestructuras se han tenido que redimensionar, como es el caso del BCN World, que ha quedado reducido a un tercio del proyectado en un primer momento. Más noticias en la revista gratuita elEconomista Catalunya
Los reclamos por contar con infraestructuras de primer nivel se han convertido en algo habitual en los últimos años y resuenan en este año electoral, en el que todavía hay pendientes grandes obras que han supuesto la pérdida de inversiones, como recientemente ha sucedido en Tarragona. La falta de conexión ferroviaria con ancho europeo ha impedido al Puerto de Tarragona hacerse con un contrato con la empresa automovilística alemana Daimler, que buscaba un puerto para exportar 200.000 vehículos al año a Oriente Medio.
El proyecto para el tercer carril en el tramo Castellbisbal-Tarragona está adjudicado desde finales del año 2013 y tienen un plazo de ejecución de veinte meses desde que se inicien las obras, que el Puerto de Tarragona confía en que sea a finales de este año. El coste del proyecto es de 400 millones de euros y Adif está a la espera de recibir los Fondos Europeos para empezar estas obras, que son un reclamo desde hace tiempo. Por su parte, el Puerto de Tarragona ya lleva dos años trabajando para adecuar sus instalaciones para la llegada del ancho de vía europeo y ya ha adaptado las vías de ferrocarril internas que conectan la terminal intermodal, la terminal de contenedores y la Zona de Actividades Logísticas (ZAL).
Autovía Tarragona-Lleida
Otra de las infraestructuras pendientes en Tarragona es la ejecución del último tramo de la autovía A-27 hasta Montblanc. Tal y como precisan desde el Ministerio de Fomento, encargado de financiar esta vía que debe conectar Tarragona con Lleida para descongestionar la carretera N-240, "a día de hoy se han invertido 167,9 millones de euros de un total de 261,9 millones".
Por su parte, para el tramo Valls-Montblanc no hay fecha para retomar las obras y los dos municipios reclaman la ejecución de este último tramo, que es el más costoso presupuestado en más de 100 millones, cuyos trabajos quedaron parados en julio de 2010.
Otro proyecto que también se ha visto reducido, pero en este caso por falta de financiación, es el de la estación de la Sagrera, que costará 150 millones de euros menos de lo presupuestado inicialmente. El Ministerio de Fomento, la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona alcanzaron un acuerdo en 2013 para abaratar el proyecto y rebajar de 800 a 650 el coste final de esta infraestructura, cuyo resultado será una estación más pequeña. Está previsto que las obras de la estación finalicen el año 2019 y que se ponga en marcha en 2020.
Este proyecto, que tenía que ser la gran estación del AVE en Barcelona, se quedó sin financiación al iniciarse la crisis y ha visto reducido su presupuesto inicialmente previsto. Según el pacto original, firmado en 2009, el Estado tenía que aportar 161 millones a través de Adif, la adicional tercera del Estatuto garantizaría 255 millones y 287 millones se obtendrían a través de plusvalías.
A partir de 2013, las administraciones competentes pactaron que el nuevo presupuesto aprobado para la estación se financiaría con 255 millones de la aplicación de la disposición adicional tercera del Estatuto de Autonomía de Catalunya, 28 millones de las plusvalías urbanísticas y entre 300 millones y 350 millones del concurso que convocará Adif para la gestión a 60 años de los 6.000 metros cuadrados de techo comercial en el vestíbulo de la estación.
En octubre de 2014, la sociedad encargada del proyecto presentó un anteproyecto con un nuevo diseño más atractivo para los inversores y, desde diciembre, la sociedad, Adif y el Ayuntamiento de Barcelona siguen trabajando en el ajuste y concreción del coste.
Metro al aeropuerto El Prat
La L9 será la línea de metro subterránea más larga de Europa con 47,8 kilómetros, conectará los municipios barceloneses de Santa Coloma de Gramenet, Badalona, Barcelona, l'Hospitalet de Llobregat y el Prat de Llobregat y puntos estratégicos como centros logísticos, zonas de equipamientos y de servicios como el aeropuerto, la Zona Franca, la Fira, la ampliación del Puerto y la Ciutat de la Justícia, entre otros. Las obras de esta gran infraestructura no avanzan al ritmo inicialmente previsto.
De un total de 52 estaciones con las que contará -de las cuales 20 serán intercambiadores-, en estos momentos tan solo una decena están en funcionamiento. En diciembre de 2009 se pusieron en servicio las estaciones del tramo de Santa Coloma de Gramenet y en abril entraron en funcionamiento las de Badalona y del Bon Pastor. En verano de 2010 se pusieron en marcha dos estaciones más y la última inauguración fue la de Santa Rosa, que entró en servicio en septiembre de 2011.
La Generalitat ha invertido 1.470 millones de euros para los tramos en servicio, a los que se suman 3.216 millones para los que se están construyendo, pero que todavía no se han puesto en marcha, entre los que se incluyen los 2.763 millones del tramo de Zona Universitaria al Aeropuerto. El presupuesto total de este proyecto asciende a 5.942 millones, siendo el tramo de la Zona Franca el próximo en desencallarse. La Generalitat está buscando los recursos económicos para llevarlo a cabo, para lo que contempla la colaboración privada a nivel económico para este tramo.
La ejecución de estos proyectos que se encuentran encallados es la baza que están jugando algunos políticos en este año electoral, que prometen la reanudación de estas obras.
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