Re: Podemos gobernará España en las proximas generales
Podemos sacó un 7,97% y 1.245.948 votos.
Podemos sacó un 7,97% y 1.245.948 votos.
por cierto el frente nacional frances saco en las ultimas europeas un 25% del voto ejercido mas de 4,5 millones...
invierto, eres un poco cansino ...pero te contesto por educacion yo pongo articulos de diversos medios sobre los temas tratados para generar polemica y que surja el debate,pero creo que te equivocas al marcar ideologias y al menos que yo sepa no es obligatorio indicar la procedencia de los articulos ...animo campeon y busca de donde son ...lo cual para una persona normal es muy facil
saludos democraticos
La ambigüedad de Podemos respecto al proceso soberanista catalán mantiene en vilo a los partidos independentistas, que han identificado al partido de Pablo Iglesias como una de las principales amenazas en el camino hacia la secesión. Aunque Podemos no es hoy según las encuestas una alternativa clara al poder establecido en Cataluña, su irrupción en el Parlamento sí puede hacer peligrar la mayoría soberanista. Y esto preocupa seriamente a Convergència Democràtica, que ayer tildó a la formación de Iglesias como "el caballo de Troya" del proceso.
Podemos conseguiría, según el sondeo de la Generalitat de diciembre, la quinta plaza (9-11 diputados) en unas elecciones autonómicas en las que CiU y ERC están en situación de empate técnico. La irrupción de Podemos coincide con una caída de once puntos del sentimiento independentista. Esto, sumado a que el partido de Pablo Iglesias sí encabeza la intención directa de voto en Cataluña en unas elecciones generales, ha encendido todas las alarmas entre el soberanismo, que daba por hecho la consolidación del poder en manos de CiU o de ERC.
La ambigüedad del nuevo partido sobre Cataluña inquieta a todas las formaciones
La preocupación es especialmente fuerte en Convergència Democràtica. Su líder, Artur Mas, sigue sin aclarar si convocará elecciones después de Reyes. Algunos dirigentes de su partido creen que el auge de Podemos no hace más que complicar un panorama que ya era un verdadero campo de minas. El debate interno ahora en CDC es si es mejor convocar elecciones ya, antes de que Podemos crezca más, o si esperar a otoño, cuando el fenómeno del nuevo partido podría haberse desinflado con los comicios de mayo.
El coordinador general de Convergència, Josep Rull, aprovechó la amenaza de Podemos para volver a presionar a Esquerra Republicana para que acceda a formar una candidatura conjunta con CiU para las elecciones autonómicas. Rull dijo a la agencia ACN que la unión de ambos partidos daría a estas elecciones un fuerte carácter plebiscitario sobre la independencia. Y en este terreno, aseguró, Podemos se movería con menos facilidad. "Cuanto más normales sean las elecciones más facilidad tendrá Podemos para avanzar", advirtió antes de decir que esta formación es el "caballo de Troya del proceso".
Convergència aprovecha para presionar a ERC con la lista conjunta
El partido de Pablo Iglesias defiende el "derecho a decidir" de Cataluña pero insiste que debe enmarcarse en un proceso constituyente previo a nivel nacional. La falta de un horizonte temporal claro para ello es lo que inquieta a los partidos soberanistas, que ven en las promesas de Iglesias una suerte de repetición del proceso de redacción del Estatuto de autonomía de 2006 que posteriormente fue recortado por el Tribunal Constitucional. Según Rull la oferta de Iglesias es la "versión 2.0" de las promesas que el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero hizo sobre Cataluña.
Las críticas a Podemos llegan en Cataluña desde todo el arco parlamentario. El PP le reprocha que para nada garantiza la unidad de España. Esquerra Republicana, aunque evita las críticas frontales a Podemos, les reprocha sin embargo que condicionen un referéndum en Cataluña a la consecución de un proceso constituyente en el conjunto de España. El portavoz del Gobierno catalán, Francesc Homs, dijo la semana pasada no esperar "nada" del modelo territorial que ofrece Podemos en caso de ganar las elecciones generales.
Rosa Díez aún no ha decidido si se presenta a las generales y asume que UPyD puede verse afectado por Podemos
Dentro de un año, aproximadamente, se celebrarán nuevas elecciones generales. Un año, como se sabe, es bastante tiempo en política. Una eternidad en algunas ocasiones.
Como apuntaba recientemente un lector de El Confidencial, hace apenas 365 días Podemos no existía. UPyD aparecía para ciertos sectores como la alternativa al bipartidismo, mientras que Ciudadanos no era más que la representación formal de una resistencia numantina contra el independentismo catalán. Izquierda Unida se relamía con el derrumbe socialista; ERC crecía sobre las ruinas de CiU -lo que hoy no está tan claro- y hasta Bildu disfrutaba de una cómoda cuota de poder en el País Vasco ahora amenazada por la formación de Pablo Iglesias. Hace un año, incluso, el PP tenía una estimación de voto (según el CIS) equivalente al 34% de los sufragios, lo que con la Ley D´Hondt en la mano le acercaba a una confortable mayoría parlamentaria.
Todo ha saltado por los aires. Y no sólo por la irrupción de Podemos. El deterioro de las instituciones es un clamor y hoy todo el sistema de representación está bajo sospecha. Un niñato como el pequeño Nicolás tiene, para muchos, más credibilidad que algunas instituciones del Estado, lo que revela un estado de ánimo por los suelos y un problema de autoestima nacional que no presagia nada bueno.
Todo ha saltado por los aires. Y no sólo por la irrupción de Podemos. El deterioro de las instituciones es un clamor y hoy todo el sistema de representación está bajo sospecha. Un niñato como el pequeño Nicolás tiene, para muchos, más credibilidad que algunas instituciones del Estado
El Gobierno confía, quizá con una lógica excesivamente racional, en que la recuperación de la actividad económica le permitirá recuperar la preferencia del electorado. Sin embargo, como sostenía el sagaz lector de este periódico, la lógica no es siempre la mejor guía para anticipar hechos históricos. Y ponía un ejemplo verdaderamente lúcido: la Revolución Francesa se inició cuando reinaba el reformista Luis XVI (que acabó sus días en la guillotina) y no, como hubiera sido más “lógico”, cuando lo hacía el despótico Luis XIV. A Mariano Rajoy le puede suceder lo mismo.
Es evidente que la economía se ha enderezado, pero eso no es incompatible con el hecho de que todavía hoy la situación de millones de familias siga siendo angustiosa. Sin duda, por un error de bulto en la estrategia de política económica diseñada por Alemania -para salvar a sus multinacionales instaladas en España- y acatada disciplinadamente por el Gobierno, que consistió en hacer un ajuste más severo de lo razonable. Hoy, ese injusto y desmesurado ajuste -subiendo el IRPF de forma absurda, bajando salarios, precarizando las relaciones laborales hasta más allá de lo prudente y favoreciendo los despidos de forma indiscriminada- es lo que le pasa factura a Rajoy.
Un problema de credibilidad
Los ciudadanos recelan de las cifras oficiales. Y eso significa lisa y llanamente que pocos creen lo que diga el presidente del Gobierno por mucha convicción que ponga en sus palabras. Es un problema de credibilidad. Y aunque Rajoy dijera que éste es o ha sido el último domingo del año, muchos ciudadanos no le creerían. Así de simple.
Un dato lo corrobora. En octubre de 2011, poco antes de llegar a Moncloa, la estimación de voto del PP alcanzaba el 46,6%, según el CIS, y hoy apenas llega a la mitad. Y aunque las encuestas valen lo que valen a un año vista, lo que parece obvio es que el país ha dejado de creer en muchos de sus líderes. Algo que explica que se abrace con fervor a cualquier salvapatrias que diga lo que la gente quiere oír. Un Robespierre de medio pelo que hace bueno a aquel catedrático de Universidad de quien se decía que su única obra literaria era su tarjeta de visita.
Y es que en tiempos de angustia, la gente busca héroes. Y los encuentra cundo el presidente del Gobierno yerra en su análisis ofreciendo a los ciudadanos una salida a la crisis en clave exclusivamente económica, sin duda necesaria. Lo que ahora quieren escuchar los ciudadanos son reformas políticas que dignifiquen la arquitectura institucional del Estado. Y soluciones como una especie de Gobierno de concentración tras las próximas elecciones, como reclaman buena parte de la aristocracia empresarial a través de sus órganos de expresión, principalmente el diario El País, es simplemente no entender nada. Sólo agravaría los problemas. Lo que es bueno para ese fantasmagórico Consejo de Competitividad -impensable en cualquier democracia consolidada por su capacidad de influencia en la vida pública- no siempre es bueno para el país. Apelar al voto del miedo es un atropello democrático.
Zapatero se equivocó cuando no entendió que a España se le venía encima una formidable crisis que acabó poniendo al descubierto la ínfima calidad de la democracia española en términos institucionales (de ahí la crisis política y la extensión de fenómenos como la corrupción por ausencia de controles internos). Y Rajoy comete ahora el error inverso.
17 ‘miniestados’
Piensa que si la economía crece los problemas políticos se irán diluyendo. Pero eso es desconocer la esencia de la convivencia democrática, que no es otra que la creencia en las instituciones. Y cuando los ciudadanos desconfían de ellas sólo hay una forma de volver al punto de partida: anunciar reformas políticas de calado que afecten a cuestiones como la propia credibilidad del poder judicial, al modelo de elección de los miembros del Tribunal Constitucional, al sistema electoral cerrado imperante desde 1977 o al propio régimen de administraciones territoriales que ha creado de forma insensata 17 miniestados a imitación del Estado español al tiempo que subsisten decenas de diputaciones provinciales. Dicho de forma sencilla: la puesta al día del pésimo entramado institucional que explica por qué las crisis económicas son siempre más intensas en España que en los países de su entorno.
España tiene un problema político y no sólo económico. Otros países con peores indicadores no tienen tantos problemas institucionales ni su clase política está tan desprestigiada. Hollande será un desastre como gestor, pero casi nadie cuestiona la esencia de la República francesa
España tiene hoy un problema político y no sólo económico. Y la violencia de la crisis lo pone de manifiesto. Otros países con peores indicadores macroeconómicos -como reconoció el propio Rajoy en su comparecencia del viernes- no tienen tantos problemas institucionales ni su clase política está tan desprestigiada. Hollande será un desastre como gestor, pero casi nadie cuestiona la esencia de la República francesa.
El poeta Heine dijo en una ocasión una frase sublime: Dios me perdonará: es su oficio. Los ciudadanos no son dioses y su capacidad de olvidar y de perdonar es muy limitada. Lo que la mayoría quiere es volver a creer en la política y en los políticos. Algo que explica la eclosión de nuevas alternativas simplemente por el hecho de que no están contaminadas por el ‘antiguo régimen’. Aunque sean absurdas y puedan llevar al país a un retroceso histórico.
Ese es el problema y no si el PIB crece un 2% o los pensionistas ganan medio punto de poder adquisitivo. No hay más que echar la vista atrás y recordar lo que sucedió en 1977. En medio de una profunda crisis económica -tras el primer choque petrolífero de 1973- el país se puso manos a la obra para cambiar el sistema político heredado de la dictadura, y gracias a ello España salió adelante alumbrando una Constitución respetada por la inmensa mayoría. Esa corriente de fondo que llevaba agua limpia es la que tenido fuerza durante casi 40 años. Pero ahora el agua está estancada. Y sólo la política puede solucionar un problema político que ayudará a resolver la cuestión económica.
grecia esta mucho peor y evidentemente hay un buen caldo de cultivo para organizaciones radicales seguro que los partidos extremistas sacaran un buen resultado y espero que no sea tan alto como que consiga el gobierno y con ello la posible salida de la UE cosa que no nos conviene.
españa si las previsiones se cumple ira a mejor economicamente y eso se reflejara en las elecciones donde PSOE y PP mejoraran sin duda lo que dicen las encuestas ...cierto es que podemos sacara un buen resultado pero...las generales son elecciones muy distintas a las europeas y como comente hace tiempo no creo que superen el 15%...
Te equivocas porque sí es obligatorio indicar la fuente ya que hay unos derechos de autor detrás.
A partir del próximo día 1 te puede salir muy caro, como ya te indiqué en otro mensaje que supongo que no servirá de nada "as usual".
El silencio es hermoso cuando no es impuesto.