Con menos de un año de vida como partido, Podemos se ha convertido en refugio salarial y de negocio para una significativa parte de los miembros de la cúpula tejida por su líder, Pablo Iglesias, y para un nutrido grupo de próximos a ellos. Los intereses privados han enraizado en las arcas de esta formación. Un ejemplo son las retribuciones fijas encubiertas como servicios profesionales de «autónomos» que cobra desde el primer día Íñigo Errejón, número dos de Podemos.
Juan Carlos Monedero sigue bajo sospecha por los 425.000 euros cobrados de la órbita de gobiernos «bolivarianos», y el responsable de Participación Interna del partido y candidato en Madrid, Luis Alegre, se ha tenido que justificar tras destaparse que cobró de esos mismos lares 150.000 euros. Dice que fue un premio por su doctorado en una universidad iberoamericana. Mientras, la supuesta renuncia de Pablo Iglesias a parte de su sueldo de eurodiputado se queda en realidad en sus feudos personales: ese dinero, mes a mes, no se lo ahorran las arcas públicas, sino que lo reparte entre al partido y su productora de televisión, Con Mano Izquierda (CMI). Además, otro miembro de su Ejecutiva ha conseguido garantizarle ingresos fijos del partido a la cooperativa a la que está vinculado desde hace años.
Cooperativa Kinema. Al servicio de Ecuador
La cooperativa Kinema nació y tiene su sede en la madrileña localidad de Rivas, cuna de la pareja de Pablo Iglesias, Tania Sánchez (IU) –comprometida por las jugosas adjudicaciones municipales en beneficio de otra cooperativa, en este caso de su hermano–. Kinema nació en 2006, con socios vinculados a las filas de IU. Es el caso del comunista Jorge Rochet, que ya en 2007 unía fuerzas con Tania Sánchez en los pulsos internos de la coalición de izquierdas.
Esta cooperativa ofrece servicios de gestoría, jurídicos, de formación, de psicología y de informática. Se autodefinen como «una empresa de propiedad colectiva y gestión plenamente democrática». En las facturas que Podemos paga a Kinema, Jorge Rochet aparece como «agente» de los servicios contratados.
La crisis económica y el drama de los desahucios hicieron crecer la actividad de Kinema. Se especializó en este campo y disfruta desde hace años del servicio de asesoría hipotecaria que la Embajada de Ecuador presta a sus nacionales residentes en España.
La parte del sueldo a la que 'renuncia' Iglesias acaba en su productora y en Podemos
Destacado miembro de Kinema, el abogado Rafael Mayoral fue nombrado por la Embajada de Ecuador coordinador de ese servicio creado en 2012, adjudicado a esa cooperativa. A la par, Mayoral ha progresado políticamente en Podemos, codo con codo con Pablo Iglesias, que lo ha elegido para su «núcleo duro» de los diez principales de la dirección. Y Kinema está viéndose muy beneficiada con Podemos. Mes a mes, recibe miles de euros, sobre todo desde que Podemos se sienta en el Parlamento Europeo: por llevar la «gestión laboral» de los asesores de los eurodiputados, Kinema cobra unos 2.000 euros al mes –2.240 con IVA–, pagados con fondos que el partido recibe a su vez del Europarlamento.
Al mismo tiempo factura también a Podemos como formación política: del 13 de mayo al 28 de noviembre le cobró 7.408 euros, con una «cuota» fija mensual de 391 euros más IVA, que se engordó durante las semanas que duró la campaña de los comicios europeos –un gasto con «retorno» en forma de subvenciones públicas electorales–. Mayo le resultó muy rentable a Kinema. El 13 y el 28 de ese mes emitió dos facturas a Podemos que sumaron 5.989,50 euros. Además, también cobra cantidades menores, mes a mes, a la Asociación por la Participación Social y Cultural, el antecedente inmediato de Podemos y que sigue funcionando en paralelo al partido. En total, en menos de nueve meses Kinema ganó con Podemos más de 11.000 euros.
Eurodiputado Iglesias. Solidaridad muy «casera»
Otra de las entidades beneficiadas gracias a las siglas de Podemos es Producciones CMI, la productora audiovisual montada en 2011 por Pablo Iglesias, Errejón, Monedero y otros miembros de la actual Ejecutiva del partido. De los 4.000 euros de retribuciones que los eurodiputados de Podemos se comprometieron a donar para fines «sociales», en el caso de Pablo Iglesias todo se queda en casa: 2.000 euros mensuales para el partido y los otros 2.000 para CMI.
Íñigo Errejón. De campaña, pero cobrando
El número dos de Podemos, Íñigo Errejón, también ha hecho del partido un medio económico de vida. Cobra un salario encubierto como si fuera un asesor autónomo. Errejón percibe un fijo de 1.200 euros netos mensuales. Parte de lo que le han pagado también se incluyó como «gasto electoral», a fin de que acabara cubriéndose con fondos públicos, con subvenciones electorales. Los importes y la regularidad evidencian que lo que Errejón cobra del partido es un sueldo fijo; pero, al embolsárselo facturando como autónomo, Podemos elude lo que tendría que pagar por él a la Seguridad Social si lo tuviera con contrato laboral.
Su vinculación monetaria con Podemos fue precoz: empezó a facturar cuando ni siquiera se había constituido formalmente el partido y solo funcionaba la asociación «cultural» que le sirvió de germen. A esa Asociación por la Participación Social y Cultural le cobró 900 euros por «asesoramiento» en febrero del año pasado. Desde el mes siguiente elevó la minuta: 1.200 euros mensuales facturados a Podemos.
Mitin va, mitin viene, Errejón cobró específicamente por la campaña de las europeas 2.400 euros netos, y los facturó por anticipado, el 7 de mayo –la campaña arrancó el 9 y acabó el 23–.
Íñigo Errejón cobró de Podemos como autónomo a la par que disfrutaba del polémico contrato que le asignó la Universidad de Málaga –otros 1.825 euros al mes–. De hecho, ese contrato en Málaga lo firmó el 17 de marzo del año pasado, cuando ya cobraba de Podemos como asesor «autónomo».
Otro sueldo para su novia, colocada en el partido
Errejón hace casa con Podemos y lo hace en pareja, porque no solo él cobra del partido: también su novia. A Rita Maestre se le hizo hueco en la plantilla de la formación pocos días antes de que fuera incluida en el Consejo Ciudadano de Podemos –órgano directivo del que también es miembro Alberto Montero, de quien dependía laboralmente Errejón en la Universidad de Málaga–. Así que, al mismo tiempo que Maestre está en la cúpula del partido, cobra de él por un trabajo a tiempo parcial. Percibe 705 euros mensuales.
Proliferan los contratos. En la cúpula y a nómina
Eso sí, el caso de la novia de Errejón no es único. En Podemos abundan los partícipes de su cúpula que se han hecho rápidamente con un sueldo en el joven partido. Ya hay una decena de miembros del Consejo Ciudadano de Podemos a nómina del partido. Directamente o al calor de los fondos que la formación recibe del Parlamento Europeo, además de Rita Maestre también tiene sueldo en Podemos la que fue jefa de producción en el negocio televisivo de CMI, Sarah Bienzobas, así como Miguel Bermejo, Lucía Ayala, Miguel Ardanuy, Guillermo Paños, Jorge Moruno, Segundo González, Jesús Gil Molina o Beatriz Rilova. Algunos son «agentes» territoriales de Podemos. Es el caso de Beatriz Rilova, a la que se ha encomendado extender la presencia del partido en Cataluña. O Guillermo Paños, asignado a la «extensión en Andalucía oriental». A esta decena se añaden dos más de la cúpula de Podemos, en este caso dos miembros de la Comisión de Garantías Democráticas: Denis Thomas Maguire y Raquel Huerta Bravo, ambos colocados de asesores.
En la lista de todos los asalariados de la «nueva política» de Iglesias y Monedero –varias decenas más aparte de los miembros de la cúpula a sueldo– abundan quienes en su día se curtieron en el activismo «indignado» del 15-M y en movimientos como «Juventud sin futuro» –por ejemplo, Rita Maestre o Segundo González–. En total, los asalariados en Podemos ya son más de 50, entre dirigentes y próximos a ellos.
La ética económica de Ongil. También hace caja
El joven economista Miguel Ongil lleva tiempo fustigando a vueltas con la financiación, la contabilidad, la transparencia... Y también ha acabado haciendo caja en Podemos. Como Errejón, su retribución fija mensual no cotiza a la Seguridad Social como asalariado porque la percibe como servicio profesional «externo», pese a existir vinculación, continuidad y cantidades regulares encadenadas.
Ongil se explayó en reproches a los partidos mayoritarios cuando, en abril del año pasado, compareció en el Congreso de los Diputados mientras se discutía sobre su financiación. Acudió como compareciente invitado por la Izquierda Plural. «Necesitamos otro tipo de partidos y otro tipo de políticos», proclamó Ongil con vehemencia. Escasos meses después, empezaba a cobrar de Podemos. Su primera factura, de 750 euros, en septiembre de 2014, por «asesoría para la presentación y la visualización de las cuentas de campaña electoral» de este partido.
Curiosamente, esa primera contabilidad que Podemos ha rendido ante el Tribunal de Cuentas no ha salido inmaculada del examen. De todos los partidos analizados, Podemos ha sido el único al que el Tribunal de Cuentas le ha puesto una cruz por «incoherencias formales» en sus estados contables. Tras esa primera factura de septiembre, Ongil ha seguido cobrando de Podemos. Hasta donde llega la contabilidad publicada por el partido –que va con unos meses de retraso–, Ongil aparece cobrando mes a mes: 1.340 euros netos en octubre, 1.341 euros en noviembre.