Hombre, Juan, que ese boy scout que parece ser un gran hombre de paz, pertenecía a un grupo de amiguitos que tiraban petardos a la puerta del cole y robaban gallinas (sí, esos tiernos infantes de eta y organizaciones afines, como las que intentó reconstruir el colega con gran afán democrático).
Si quieres, preguntamos en Alemania (o en cualquier parte del mundo semi civilizado) a ver qué opinan si una asociación de amiguetes decide reconstruir grupos de juegos de mesa y bailes de salón como el nationalsozialistische Deutsche arbei-terpartei o la Schutz Staffe; si es que el malvado estado alemán ilegalizó esas organizaciones de paz y convirtió a sus integrantes en perseguidos y presos políticos, muchos de los cuales se convirtieron en pobres refugiados políticos expulsados injustamente de su patria por defender ideas distintas y adelantadas a su tiempo; ¿a que sí?.
Si quieres, incluso, nos vamos un pelín más cerca; supongo que asimismo te parecerá correcto ver a otro grupo de hombres de paz y jovenzuelos inocentes cómo reconstruyen el movimiento nacional y pretenden incluirte amablemente en el sindicato vertical, o invitan educadamente a tu mujer e hijas a participar en la "sección femenina" (la creadora de la "sección femenina", Pilar Primo de Rivera, decía educadamente y como mujer de paz:
"las mujeres nunca descubren nada; les falta, desde luego, el talento creador, reservado por Dios para inteligencias varoniles; nosotras no podemos hacer nada más que interpretar, mejor o peor, lo que los hombres nos dan hecho"; gran mujer de paz, sí señor).
Juan, seamos serios; las bandas terroristas, dictaduras o asimilados, se constituyen con asesinos, desalmados y gente sin escrúpulos; no son presos políticos, ni hombres de paz.
Saludos llamando a las cosas por su nombre, con mordacidad e ironía sangrienta.