Re: Cataluña se desangra
El socio preferente de Artur Mas y dirigente de ERC Oriol Junqueras lleva a cabo una intensa y a la vez discreta actividad durante las últimas semanas, en las que ha visitado más de una docena de empresas en crisis o que han decidido trasladar producción y servicios a otras partes de España. La marcha de compañías de Cataluña es calificada por la prensa económica como "fuga masiva" ante la inestabilidad institucional recurrente y las graves incertidumbres económicas que suscita el proceso separatista.
En los últimos meses abundan las informaciones sobre trasvases empresariales de Cataluña a Madrid. Se cifran en más de 1.500 las medianas y grandes empresas que han cambido Barcelona por Madrid en los últimos cuatro años, desde que el "president" Mas emprendió la deriva secesionista.
El cierre de algunas multinacionales, como Sony, Sharp o Yamaha, ha recobrado la notoriedad por los negocios de intermediación para facilitar su salida en lo que supuestamente habría participado uno de los hijos de Jordi Pujol, Oriol, el que ejercía de número dos y portavoz convergente. Otras, como Piaggo, General Electric, Bayer o Cobega, también han dado el paso de cerrar sus instalaciones en Cataluña y/o trasladarse a Madrid, cual es el caso de la embotelladora de refrescos.
Los comités de empresa de las compañías que echan el cierre en la región son, según fuentes sindicales y de la propia ERC, los que Junqueras pretende convertir en caladeros de votos separatistas con el argumento de que las deslocalizaciones y la reducción de plantillas son una "maniobra" orquestada por el Gobierno central y los "poderes" económicos de "Madrit" con la "excusa" del proceso y que cuando Cataluña consiga la independencia regresarán las multinacionales.
La recién creada asocación "Empresaris de Catalunya" cifra el coste de la independencia en una caída del PIB del 11%, un 30% de paro y una nueva oleada de cierres y deslocalizaciones. A pesar de las peticiones de empresarios, economistas y organizaciones patronales para que Mas baje el pistón, el proceso sigue adelante y Junqueras cree haber encontrado un filón en la situación de precariedad laboral provocada por el separatismo.