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España, mejor rota que asimétrica.

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España, mejor rota que asimétrica.
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#137

Re: España, mejor rota que asimétrica.

Podemos no descartó este martes dar su apoyo al Ejecutivo si tras las elecciones de este domingo, ante el hipotético triunfo de Junts pel Sí, decidiese aplicar la Constitución y suspender la autonomía de Cataluña si los independentistas inician la ruta separatista que habría diseñado Artur Mas.
En rueda de prensa en Madrid, el secretario de Organización de Podemos, Sergio Pascual, dijo que no van a apoyar la hoja de ruta de Mas porque "no hay hoja de ruta que valga de aquí a las elecciones generales". "Todo lo que se produzca en este plano electorero, que ya no electoral, son fuegos de artificio", afirmó.

Leer más: Podemos abre la puerta a apoyar a Rajoy si suspendiera la autonomía de Cataluña - EcoDiario.es http://ecodiario.eleconomista.es/interstitial/volver/robsep15/politica/noticias/7019596/09/15/Podemos-abre-la-puerta-a-apoyar-a-Rajoy-si-suspendiera-la-autonomia-de-Cataluna.html#Kku8k1j4aHpeVvrh

#138

Re: España, mejor rota que asimétrica.

Estas elecciones huelen a ilegalidad. Todos percibimos el tufo, pero nadie se atreve a denunciarlo. Lo que sí dicen muchos es que los independentistas han ganado la primera batalla de estas elecciones al conseguir que sean de facto plebiscitarias. Y tienen razón. Lo demuestra que lo único de lo que se debate es de la independencia de Cataluña y de lo mucho o poco que conviene ésta a los catalanes. Asimismo lo prueba que el ministro de Asuntos Exteriores viaje a Cataluña a discutirlo y el que la izquierda ofrezca una oscura reforma constitucional a cambio de que los independentistas depongan su actitud. Los hay que añaden que Cataluña no será independiente sea cual sea el resultado porque falta el cauce legal. Si fuera verdad, ¿a qué estar discutiendo día y noche la conveniencia y las consecuencias de la independencia? ¿A qué suplicar a los que no la quieren que acudan a votar?

Es patente que lo que de facto se juega en estas elecciones es la independencia de Cataluña. No tanto porque vaya a proclamarse automáticamente si los independentistas las ganan, sino porque es seguro que éstos encontrarán el modo de intentar alcanzarla si vencen. Y, por el solo hecho de ser así las cosas, estas elecciones son ilegales. Lo son porque lo que se pretende que resuelvan, y con ese fin exclusivo han sido convocados los electores a ellas, es algo ilegal, además de diferente de aquello para lo que la ley las prevé. Estamos acostumbrados a que los independentistas hagan siempre su santa voluntad porque quienes tienen la obligación de impedírselo han sostenido que nada podían hacer mientras los sediciosos no cometieran formalmente ninguna ilegalidad. El argumento es falaz. Es verdad que hay muchos actos jurídicos que para ser legales requieren una forma. Pero eso no quiere decir que la única manera de ser ilegales que tienen sea incumplir la forma que las leyes les exigen. Hay otras. Y una de las más obvias es perseguir un fin contrario a la ley. Un contrato de arrendamiento de servicios en el que uno contrata a otro para que asesine a un tercero es nulo por mucho que el contrato reúna todos los requisitos de forma que la ley pudiera exigir a los arrendamientos de servicios. Con estas elecciones ocurre lo mismo. Formalmente han sido convocadas como elecciones autonómicas, pero en la práctica son un referéndum sobre la independencia de Cataluña. Y, puesto que el fin es ilegal, lo son también las elecciones por mucho que formalmente no tengan tacha.

Naturalmente, los habrá que digan que esto es un disparate y que declararlas ilegales no haría más que incrementar las huestes de los independentistas. También lo vienen diciendo de la aplicación del artículo 155 de la Constitución y ya ven a dónde nos ha traído el exquisito cuidado que se ha tenido en no alimentar el victimismo nacionalista. Al final, Mas y Junqueras declararán la independencia de Cataluña y podrán vanagloriarse de que lo hicieron ateniéndose exquisitamente a la ley porque quienes tenían la obligación de velar por su cumplimiento sólo se preocuparon de que no faltara la firma del presidente al final del decreto que la proclamó. ¡Vaya forma de cumplir el juramento que hicieron!
Emilio Campmany

#139

Re: España, mejor rota que asimétrica.

Jorge Gallardo afirma mediante videoconferencia que la declaración unilateral de independencia tendría efectos negativos para la economía.

El presidente de la farmacéutica catalana Almirall, Jorge Gallardo, ha avisado este viernes a sus trabajadores de las consecuencias de una declaración unilateral de independencia para los intereses de la empresa y de la economía en general. El empresario ha mantenido una videoconferencia con sus empleados para analizar el presente de la compañía frente al escenario político catalán.

Gallardo ha señalado que una secesión unilateral sería negativa para los intereses de la empresa ya que Cataluña quedaría fuera de la Unión Europea. El empresario ha defendido el diálogo político. Fuentes de la empresa niegan rotundamente que el empresario haya pedido el voto para alguna formación o opción política. En este sentido, han señalado que el presidente de la firma cotizada realiza videoconferencias habitualmente con sus trabajadores para abordar diferentes aspectos de la empresa.

El presidente de Almirall no es un empresario que habitualmente se manifieste en clave política. De hecho, es conocida su aversión por la esfera pública. Las palabras de Gallardo llegan después de que el presidente de Freixenet y de la Cámara de Comercio Española, Josep Lluís Bonet, pidiera a los empresarios que explicasen a sus trabajadores las consecuencias de una eventual secesión.

#140

Re: España, mejor rota que asimétrica.

Salvo sorpresa mayúscula y movilización total de la pretendida Cataluña silenciosa, los separatistas ganarán las elecciones del 27-S de calle, con una superioridad aplastante, suficiente para plantear a España el mayor reto de su historia democrática. Un vendedor de enciclopedias, un vigoréxico y un manipulador capaz de llorar en público y en directo por la independencia (Mas, Romeva y Junqueras) tendrán en su manos el futuro de más de cuarenta millones de personas. Puede que Romeva y Junqueras se carguen a Mas, puede que Mas sobreviva porque la CUP se abstenga, puede que Mas y Junqueras se turnen en la presidencia. Puede ser cualquier cosa, pero lo que empieza a estar claro es que el lunes no va a ser un buen día para los catalanes que se sienten españoles, a los que encima quiere dejar sin nacionalidad Margallo.

La mayoría de escaños le vale a los separatistas, pero es que las últimas encuestas les acercan al cincuenta por ciento de los sufragios. Quizá sea una trampa demoscópica, pero la sonrisa perdonavidas de algunos tertulianos y periodistas separatistas parece indicar que las encuestas no están tuneadas. El separatismo va a votar en bloque, en masa, todos a una. La admonición del corralito presagia una movilización masiva de los jóvenes. La gente odia a los banqueros, sea porque no tiene ni un duro o porque no le convencen los tipos de interés.

La intensidad dramática de la campaña da alas al separatismo, que ha logrado convertir unos comicios autonómicos en el referéndum, las plebiscitarias o lo que sea que quisieron hacer y no pudieron el pasado 9 de noviembre. Tres décadas de frivolidad, necedad y torpeza nos han llevado al borde del despeñadero. El pujolismo ha ganado la partida. El viejo patriarca está recluido en su cáscara. La miseria moral de sus partidarios les impide rendir a Jordi Pujol el homenaje que se merece. Sí, es un delincuente confeso, pero también el artífice de que en Cataluña haya un número suficiente de sujetos satisfechos de ser masa, rebaño, pueblo, mientras los presidentes de Gobierno españoles han respondido históricamente al reto con lecturas mal digeridas de Gaziel y Pla. Los nacionalistas les sostenían. Era suficiente. A partir de ahí, que hicieran lo que quisieran con sus escuelas, sus medios y sus mozos de escuadra.

Sólo una movilización integral del electorado que se abstiene en las autonómicas podría equilibrar las cosas. Caso contrario, a preparar las maletas. Lo indispensable, muda, cepillo, tarjetas, móvil y tableta. Eso o fundirse en el magma separatista. No hablar, sonreír todo el rato y mover los labios cuando suene el Cara el Sol, digo Els Segadors, afilando las herramientas, bon cop de falç.

#142

UNILATERAL es una palabra que solo pueden usar los nacionalistas.... vaya vaya

http://m.deia.com/2015/10/07/politica/euskadi/urkullu-no-vamos-a-permitir-una-modificacion-unilateral-del-concierto-economico

De aquí se explica el silencio vasco, los pitidos y el pruses están poniendo en peligro sus injustos privilegios. Ya saltó la liebre.

El uso de unilateral recalca que no van a amenazar con la secesión. Qué pena!

#145

Re: España, mejor rota que asimétrica.

JOSÉ MARÍA AZNAR
ACTUALIZADO 16/10/201501:26El Majestic es un magnífico hotel de Barcelona que desde mayo de 1996, además de a su calidad, debe algo de su fama a un pacto político. En realidad, no fue un pacto lo que se celebró allí sino una cena con la que se selló una negociación larga y compleja. El Partido Popular había ganado las elecciones generales, pero no disponía de mayoría suficiente para gobernar y Convergència i Unió se había mostrado dispuesta a apoyar un Gobierno del Partido Popular. El primer Gobierno del Partido Popular. Se trataba de acordar los términos en que ese apoyo podía prestarse por CiU y podía ser aceptado por el PP.El Majestic, hotel y pacto político, ha adquirido una tercera acepción, convertido por algunos argumentarios, bastante torpes por cierto, en un episodio que, en el mejor de los casos, debería ser olvidado o en una suerte de precursor de todos los males que el independentismo catalán nos ha traído.Como toda decisión política, este acuerdo está abierto a cualquier consideración crítica. Soy muy consciente, como lo fui entonces, de que el acuerdo entraba en el terreno especialmente sensible de la relación del PP con el nacionalismo catalán, precisamente cuando el Partido Popular tenía que asumir la responsabilidad de gobierno. Pero, frente a las críticas razonadas y, con mucho más motivo, frente a las descalificaciones movidas por el gregarismo argumental, la animosidad, o el simple oportunismo, precisamente hoy cuando a los catalanes les venden el caos bajo el envoltorio de la independencia, reivindico aquel acuerdo, como lo hice entonces. Fue un acuerdo muy positivo para toda España y muy bueno también para Cataluña. Hizo posible un Gobierno bajo cuyo mandato nuestro país asentó la recuperación, el crecimiento y el empleo, adquirió credibilidad y proyección internacional, se enfrentó al terrorismo con una movilización social sin precedentes y consiguió entrar en el euro como Estado fundador, llegando a tiempo por primera vez en muchas décadas a una gran cita histórica. El Gobierno del Partido Popular siempre estuvo en condiciones de decidir y de hacer lo que creyó necesario. El pacto no generó privilegios; en su gran mayoría, los contenidos acordados -y sin duda los más importantes- tuvieron aplicación general. El acuerdo no sólo sustentó un Gobierno estable, y al mismo tiempo activo, sino que representaba un esfuerzo de encuentro en la mejor línea del espíritu constitucional, para hacer posible lo que entonces reclamaba el interés de España, que en aquella primavera de 1996 reclamaba mucho.
"Hay bastante miopía en quien exculpa a los nacionalistas de sus responsabilidades y las trasladan a los 'inmovilistas'"
El catalanismo se mantenía alejado de pretensiones maximalistas y podía comprobar cómo la vocación de intervenir en la política española, que presentaba como una de sus señas de definición, podía realizarse por cauces razonables, sin tener que pasar necesariamente por la izquierda y sin plantear el interés de Cataluña como un juego de suma cero con el del resto de España.En el pacto no se hizo ninguna cesión tributaria singular a Cataluña. Se acordó "la puesta en marcha de un nuevo modelo de financiación autonómica para el próximo quinquenio 1997-2001", dentro del cual los firmantes se comprometían a "atribuir a las Comunidades Autónomas -y preciso, a todas- una participación en el Impuesto sobre la Renta de las Persona Físicas correspondiente a los residentes en sus respectivos territorios del 30 por ciento que se fijará en función de su nivel competencial y del volumen de recursos". En Sanidad, el PP aceptaba "los compromisos de la legislatura anterior respecto a la financiación sanitaria de 1994 de las Comunidades con competencia transferida" y se precisaba que al Gobierno de Cataluña le correspondía el 15,99%. Estuvimos de acuerdo en desarrollar el modelo policial "sobre la base de los acuerdos adoptados en la anterior legislatura en la Junta de seguridad" y expresamos "voluntad política de avanzar en el estudio y la negociación" para que la Policía autonómica asumiera las competencias de tráfico, como así ocurrió. Se trataba de una competencia que ya tenía la Policía foral en Navarra y la Ertzaintza en el País Vasco.El pacto fue una elección de éxito del Partido Popular. De todo el Partido Popular. Conté con un equipo de negociación comprometido y competente, con una conciencia muy clara de las exigencias del momento. Para los lectores suspicaces, aclararé que precisamente una de las personas clave en este acuerdo fue Mariano Rajoy y que nunca lo ha ocultado. En varias ocasiones durante la legislatura anterior, en circunstancias bien distintas desde luego, habló de un posible "Majestic II" y en su autobiografía, publicada en 2011 ('En confianza', Planeta), lo explica bien:
"El acuerdo en el hotel Majestic supuso un retroceso del nacionalismo en Cataluña. Muchos lo critican, pero antes se jactaron de sus logros"
"El objetivo de las negociaciones estaba muy claro para nosotros. Se trataba de hacer un pacto para cuatro años con luz y taquígrafos; un pacto que fuera un compromiso público para toda la legislatura, con transparencia y claridad y con un mecanismo de seguimiento y cumplimiento... La imagen de ese acuerdo de apoyo de CiU al Gobierno del PP, en el cual yo tuve una participación muy activa llevando gran parte de la negociación y alcanzando puntos de entendimiento, fue la fotografía de la cena en el hotel Majestic de Barcelona. Por eso se bautizó como 'el pacto del Majestic'... Gracias a ello hicimos posible una de las etapas más brillantes de la reciente historia contemporánea de España".El pacto obtuvo el respaldo mayoritario de los españoles, que se hizo abrumador en el caso de los catalanes, fueran del partido que fueran. Los votantes del Partido Popular de Cataluña manifestaron un apoyo del 76,1% (CIS, estudio 2215 de mayo de 1996). Supuso un notable crecimiento electoral a medio y largo plazo para el Partido Popular de Cataluña, que pasó de 8 a 12 escaños en las generales de 2000 (y que se recuperó muy significativamente en las autonómicas de 2003) y, lejos de fortalecer al nacionalismo, produjo un significativo retroceso político y social de éste, cuyo estado actual tiene un origen muy posterior. Quiero recordar que entre 1996 y 2003 la suma de CiU y ERC descendió en votos y en escaños en las elecciones autonómicas y en las elecciones generales. En las autonómicas, desde 1.625.000 hasta 1.568.000 votos, desde 73 hasta 69 escaños y desde el 50,4% del voto válido hasta el 47,3%. En las generales, desde 1.314.000 en 1996 hasta 1.160.000 en 2000, de 17 a 16 escaños y desde el 25,7% del voto sobre censo hasta el 21,9.
"El acuerdo no sólo sustentó un Gobierno estable y activo, sino que representaba un esfuerzo de encuentro en la mejor línea del espíritu constitucional"
Además, la media de la escala de nacionalismo catalán elaborada por el CIS (1=mínimo grado de nacionalismo; 10=máximo grado de nacionalismo) descendió durante aquellos años de gobierno del PP desde el 5,72 en 1995 hasta el 5,42 en 2003; el último registro, de noviembre de 2012, la sitúa en el 5,9. Quienes declaran un grado máximo de nacionalismo catalán (9-10) han pasado del 10,2 en noviembre de 2003 (mínimo valor de toda la serie histórica del CIS, iniciada en 1991) al 24,7 en noviembre de 2012. Como conviene distinguir entre voces y ecos, hay que fijarse en los dedos acusadores que apuntan al Majestic, porque muchos de ellos hasta ahora no dejaban de adoctrinarnos sobre las maldades de las mayorías absolutas y las bondades de "la cultura del pacto". Y eso sin contar con todos los que de repente exhiben una portentosa clarividencia retrospectiva desde la que adivinan el pasado pero que no les da para recordar dónde estaban o qué escribían sobre el acuerdo hace ahora casi 20 años. Me parece que hay mucha inconsistencia y bastante miopía en estas reacciones que, al final, exculpan a los nacionalistas de sus responsabilidades y las trasladan a los que son tachados bien de entreguistas o bien de inmovilistas, según lo dicte el argumentario del día o la conveniencia en tiempos difíciles. Y esta sí que es una cuestión de lealtad. A la verdad, por supuesto.José María Aznar es ex presidente del Gobierno.

#146

Re: España, mejor rota que asimétrica.

Un estudio de la escuela de negocios francesa IESEG aboga por resolver esta cuestión de forma negociada.

Una declaración unilateral de independencia de Cataluña tendría consecuencias económicas negativas no sólo para esta comunidad, sino también para España y el conjunto de la UE.

El director de estudios económicos de IESEG, Eric Dor, es el autor de este informe, que se presenta como un análisis objetivo e independiente del proceso soberanista catalán.

Dor destaca que Cataluña es una de las comunidades más ricas de España y que su sostenibilidad económica estaría asegurada en un contexto de independencia negociada que le permitiera permanecer "desde un principio" en la Unión Europea (UE) y la zona euro.

Sin embargo, el experto reconoce que esta salida, aunque deseada por las formaciones soberanistas, no es realista, dada la firme oposición del Gobierno español a negociar la secesión.

El profesor alerta que una independencia unilateral que deje a Cataluña fuera de la UE provocaría la deslocalización de empresas, la caída de la actividad turística -los turistas españoles disminuirían considerablemente-, elevaría el precio de las importaciones por los aranceles, hundiría la demanda interna, se reducirían las exportaciones y aumentaría el déficit público, poniendo en peligro la solvencia de un gobierno altamente endeudado.

Todo ello generaría un escenario de inestabilidad e incertidumbre política, lo que a su vez socavaría el consumo y la inversión en toda España, que en la actualidad es el principal socio comercial de esta comunidad.

En este escenario, los mercados financieros se mantendrían alejados de la deuda pública de España, que podría experimentar otra grave crisis que, a su vez, podría afectar al conjunto de la zona euro.

"El coste para España de oponerse a cualquier acuerdo con Cataluña podría ser mayor que el coste de una independencia negociada", señala el autor del estudio, que ve incluso probable que los socios europeos "presionen" al Gobierno español para que negocie, temerosos de que la nueva crisis financiera se expanda a toda la zona euro.

"¿Pero qué están dispuestos a hacer (los socios de la UE) para facilitar dicho acuerdo?", se pregunta Dor.

Hasta ahora, ha sido la Comisión Europea la que, en relación al proceso catalán, ha dicho en diversas ocasiones que la independencia de una parte de un Estado miembro supone quedar fuera de la UE y la zona euro y que Cataluña, en tal caso, tendría que presentar su solicitud de ingreso en la Unión Europea.

Eric Dor subraya, a este respecto, que las interpretaciones del Tratado de la UE son "completamente arbitrarias" ya que, en realidad, el texto no hace ninguna referencia a la independencia de un territorio que forma parte de un Estado miembro.

Por eso, explica Dor, unos interpretan que una declaración unilateral de independencia dejaría a Cataluña automáticamente fuera de la UE, mientras que otros creen que se convertiría en un nuevo Estado miembro.

"La cuestión -resume el profesor de la escuela parisina- es puramente política", por lo que entiende que la solución al conflicto catalán ha de venir también de la negociación política.

#147

Re: España, mejor rota que asimétrica.

Pasada la resaca de las elecciones catalanas, parece obvio lo que tendría que hacer cualquier gobernante con la mínima visión de estadista.

Paso uno: recordar sin descanso a los olvidadizos nacionalistas que han de seguir los procedimientos legales para cualquier propuesta. ¿Que quieren convocar referendos en los que solamente los catalanes puedan decidir si España se liquida o no? Pues que se presenten a unas elecciones generales con ese punto en el programa y, obtenidos los votos y los apoyos necesarios de otros partidos, que propongan modificar la constitución que ellos votaron con entusiasmo en 1978 o redactar una nueva que así lo contemple. Y si consiguen redactar esa constitución y que la mayoría necesaria de diputados y después los ciudadanos la aprueben, adelante.

Paso dos: mientras llega ese momento, que, salvo golpe de estado, puede retrasarse muchos, muchos años, los gobiernos españoles desde hoy hasta entonces tienen que ponerse manos a la obra para desactivar legal e ideológicamente el nacionalismo, cosa que no se ha hecho en cuatro décadas de régimen.

De la desactivación ideológica mejor no hablar, pues se trata de conceptos desconocidos para nuestros gobernantes, especialmente para los de la supuesta derecha, esos marxistas vulgares (que, evidentemente, no tienen ni idea de quién fue Gramsci) totalmente incapaces de concebir que el gobierno de una nación va algo más allá de cuadrar las cuentas de la economía nacional.

Respecto a la dimensión legal del asunto, el flagrante, constante e insultante incumplimento de leyes y sentencias por parte de los nacionalistas ha crecido hasta convertirse en un clamor contra todos los gobiernos anteriores y especialmente contra el de Rajoy por empeñarse en destruir el Estado mediante el sencillo procedimiento de no aplicar la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico.

El más alto representante del Estado en Cataluña, Artur Mas, se ha reído con razón de nuestro falso Estado de Derecho cuando ha recordado a sus complacidos seguidores que saltarse las leyes españolas no tiene consecuencias y que España es un Estado fallido. Efectivamente, como aquí saltarse las leyes a la torera es deporte nacional, la bola de nieve ha crecido mucho, por lo que sorprende que haya quienes todavía se sorprenden de que el rebaño separatista, debidamente dirigido por sus pastores vara en mano, presione a los jueces catalanes para que dicten una sentencia nacionalistamente correcta sobre el mesías cuya imputación se concibe, hoy con el sedicioso Mas igual que ayer con el estafador Pujol, como un ataque contra Cataluña.

Pero no parece que la cosa vaya a cambiar. Pues el presidente del gobierno declara constantemente su voluntad de negociar con quienes aspiran a desguazar la nación que él preside y de hacer la vista gorda a graves incumplimientos de la ley que en cualquier país serio hace ya mucho que habrían provocado el procesamiento de los gobernantes nacionalistas, entre otros muchos delitos, por traición y sedición. Incluso ha llegado a declarar su deseo de que los tribunales no decidan la inhabilitación de Artur Mas y de que no se apliquen los artículos constitucionales pertinentes, en concreto el 155. Es decir, el presidente del gobierno de un Estado de Derecho ¡desea que ese Estado de Derecho no funcione como tal para así poder echar una manita a delincuentes que pretenden destruirlo! ¡Un presidente del gobierno desea que la arbitrariedad se imponga a la ley y que los ciudadanos no estén sujetos a ella, empezando por quienes, por su condición de gobernantes, deberían dar ejemplo! ¡Y para colmo sostiene que semejante aberración jurídica "vendría a demostrar la grandeza del imperio de la ley"! Es imposible concebir mayor degradación política. Cuando un Estado de Derecho deja de serlo, pierde todo derecho a existir. Además, si Rajoy y los suyos no acaban de comprender que la actual hegemonía nacionalista se debe en buena medida a la inobservancia de la ley, al menos deberían ser capaces de comprender sus propios intereses partidistas: pues el motivo del tremendo despoblamiento de su electorado es, precisamente, su hartzago por la inobservancia de la ley.

Mientras tanto los nacionalistas, esos consumados estadistas que, cuando sopesan sus decisiones políticas, no lo hacen pensando en las siguientes elecciones sino en las siguientes generaciones, siguen dedicándose a lo suyo con la profesionalidad y constancia que les caracteriza. Y lo suyo consiste en construir su dominio totalitario de la sociedad sin prestar atención a obstáculos morales, legales o constitucionales que, al fin y al cabo, les consta que son papel mojado porque así lo demuestra el propio presidente del gobierno que tendría que activarlos.

Su análisis es certero y no se han preocupado por ocultarlo: si esta vez no han podido conseguir sus objetivos, otra vez será. Al fin y al cabo la perversa lógica autodeterminista consiste en que el camino es sólo de ida: el número de votaciones es infinito hasta que se consigue el resultado deseado, momento en el que ya no se vota más. Según los estudios de la Generalidad, el voto antiseparatista se ha concentrado en las personas de más edad, mientras que el retrato del votante separatista es el de una persona joven, en concreto menor de treinta años. ¿Milagro? ¿Imperativo biológico? ¿Mutación genética? ¿A qué se deberá el curioso fenómeno de que las generaciones que vivieron el horrorosamente horroroso genocidio cultural y lingüístico sufrido por Cataluña bajo el franquismo son las que votan a favor de la permanencia en España y las nacidas ya en democracia, bajo la Constitución promovida por CiU y en el Estado de las Autonomías diseñado a imagen y semejanza de los deseos de CiU, son las que votan por la secesión? ¿Qué ha sucedido en estas cuatro últimas décadas en Cataluña para que la sociedad, en concreto los catalanes que han pasado por las aulas, haya experimentado un cambio de opinión y sentimiento tan contundente?

No insultaremos al lector dando la respuesta. Simplemente señalaremos un hecho muy sencillo: ¿por qué será que los recién llegados separatistas valencianos se han apresurado a controlar las consejerías de Política lingüística y Educación? La explicación nos la da Vicent Marzà, nuevo consejero de Educación: "En diez o quince años, el País Valencià será parte de los Països Catalans".

No se puede ser más claro.

Jesus Lainz

#148

Re: España, mejor rota que asimétrica.

Pablo Iglesias aboga por el mantenimiento del concierto vasco.

Pues no te voto. Partido que defiende los privilegios de los ricos.. a la olla!

Qué tienen en común el PP y Podemos? Los privilegios de los ricos vascos aprovechados. A l o s castellanos que les follen.

Pablo vete a chuparla.

#149

Re: UNILATERAL es una palabra que solo pueden usar los nacionalistas.... vaya vaya

Es normal que diga eso. Una de las características del Concierto es que es paccionado. Por tanto las unilateralidades son muy peligrosas porque permiten que la otra parte haga lo propio.

En cuanto al silencio, no hay peor sordo que el que no quiere oí. Parece que la mayoría de éstos son vascos:
http://www.elperiodico.com/es/noticias/politica/miles-personas-piden-san-sebastian-libertad-arnaldo-otegi-4596498

El silencio es hermoso cuando no es impuesto.

#150

Re: España, mejor rota que asimétrica.

desgraciadamente es asi se cedieron cosas cuando se hizo la constitucion que han generado diferencias insalvables entre regiones de primera y de segunda...mal se empezo pero quedemonos con lo bueno 35 años de progreso libertad y paz
saludos

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