Primero, mi postura es mía y solo mía. Nada de "vuestras". A veces, hasta expongo "mi" postura. Otras veces me limito a exponer argumentos mejor o peor formulados,desde un enfoque lo más racional posible.
Yendo al fondo de asunto, una ley es un acto humano. Como tal es falible y modificable. Las "leyes" no bajan de las montañas, escritas por un dios misterioso en unos pedruscos. No son verdades inmanentes. Son meros códigos y convenios, cuya vigencia se extiende hasta que los sujetos a dicha norma dejan de estar de acuerdo en mantener esa sujección. Como es algo que aun inmaterial, estructura una sociedad, es lógico y normal que tanto su instauración como su derogación sean investidas de ciertos procedimientos y solemnidades.
Cargo las tintas contra Rajoy por varias causas y cosas:
Si vas a un conflicto, y este es un conflicto institucional y político MUY serio, debes ir no solo con todo, sino sobre todo, con las máximas previsiones. No sirve eso de ir a luchar solo lleno de ardor guerrero y yastá! Aquí se ha improvisado, y se sigue improvisando demasiado sobre la marcha.
Se contaba con que quizás los indepes no se presentarían (por eso de la convocatoria ilegítima),
que si lo hacían sería o con candidaturas muy mediocres, y/o con gran conflictividad interna entre ellos (las diferencias internas haylas),
que entre el electorado de comarcas (Tractoria dicen algunos), habría desánimo y desmovilización,
que entre el electorado metropolitano (Tabarnia dicen esos algunos), existía una mayoria silenciosa abstencionista oprimida clarisimamente unionista,
que Puigdemont nunca obtendría un resultado demasiado digno,
que en todo caso, ERC quedaría claramente por delante de la candidatura de Puigdemont,
que entre el conjunto de partidos no indepes (155's e indefinidos-equidistantes) se lograría una mayoría dificil de gestionar, pero mayoría al fin y al cabo (obviando que desde 1980, en ninguna elección autonómica los partidos nacionalistas han bajado de la mayoría absoluta, con independencia de los candidados y la abstención),
que el Supremo habría puesto ya lógica procesal y jurisdiccional y se habrían comenzado a cerrar las heridas del agravio del talibanismo inquisitorial del poder judicial "independiente",
que a la vista de unos resultados tan fantásticos, Felipe "el preparao" habría podido hacer un dircurso navideño amable y paternal para volver a recojer en el redil hispano a los subditos casquivanos que osaron republicanear,
que...
Lo que no vale es que una vez tienes el desastre electoral, se intente corregir el voto "erroneo" y democrático por subterfugios reglamentaristas y procesales.
Hay un lema político que corre mucho ultimamente por el españolismo, y es usado hasta el abuso por un fotero de por aquí, que dice que nadie está por encima de la Ley. FALSO DE TODA FALSEDAD. El Legislador, que no es otro que el Soberano, que no es otro que el pueblo, actuando mediante sus legítimos representantes, está por encima de cualquier ley. Pues la Ley es la manifestación de esa potestad y voluntad del Soberano, y como tal, hoy puede hacer una y mañana deshacerla y hacer otra. Quienes no están por encima de la Ley (salvo en Españistán), son sus servidores, que quedan sujetos y obligados por la voluntad expresada por el Legislador: Su Majestad el primero, las autoridades ejecutivas, y sobre todo y muy especialmente quien más humildemente tendría que servir y acatar las leyes debieran ser los poderes judiciales. En Españistán, es justo al revés, un señor cuyo único mérito conocido es ser descendiente de otro señor, se autoproclama autoridad suprema autocéfala y por encima de la voluntad del Soberano, y sus fieles y lacayos servidores del poder Judicial aniquilan a todo un poder Legislativo, (origen último y único de su autoridad y legitimidad), mediante su arbitraria discreccional y personaísima interpretación ad hoc coyuntural.
Hay otro lema político españolista que también es usado de forma hipócrita y necia, el de la superioridad de la Constitución frente al resto de ordenamientos legales y formales. Ojalá fuese así, pero en España, los preceptos constitucionales de presunción de inocencia, soberanía del pueblo e inviolabilidad y libertad de ejercicio de sus legítimos representantes (todos ellos mandatos constitucionales), caen en el olvido si a conveniencia arbitraria de "los legítimos poderes" se contradicen meros Reglamentos penitenciarios.
Personamente estoy muy en contra de quienes han violentado la soberanía del pueblo, y la primacía de la Constitución por encima del resto del ordenamiento legal, así como de los que han usado indebidamente poderes e instituciones públicas con meros fines partidistas y particulares, que además de un afan de poder y ambición desmedidas, solo intentan tapar la incapacidad, irresponsabilidad y corrupción. Por eso fui crítico en su momento con los indepes, y por eso cargo las tintas contra el rajoyato borbónico y sus lacayos.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!