- Francia: existen unos 60.000 taxistas, mientras que el número de conductores privados se aproxima a los 26.000, una cifra que se ha doblado en los últimos cuatro años por el éxito de las aplicaciones tecnológicas. La ratio, por tanto, es de una VTC por cada 2,3 taxis. De hecho, mientras los ayuntamiento fijan un número limitado de taxis, no hay barreras para las VTC, ya que para trabajar solo necesitan aprobar un examen y una serie de controles para recibir un permiso. Además, sus tasas administrativas no pasan de 200 euros, frente a los más de 100.000 que se pagan en el mercado de compra-venta de licencias de taxis.
- Portugal: operan 13.000 taxis bajo licencia, mientras que el número de VTC ronda los 3.000. La ratio, por tanto, es 1/4.
- Reino Unido: en Inglaterra y Gales las licencias de taxi alcanzan los 80.600 vehículos, mientras que los VTCs rondan los 210.000, arrojando así una ratio de 2,6 VTCs por cada taxi. Además, en Londres las diferencias son aún más llamativas, con 20.701 licencias de taxi frente a 87.513 de VTC, quintuplicando, por tanto, al tradicional gremio.
- Bélgica: aquí operan 2.175 empresas de taxis con licencia para un total de 10.089 vehículos entre conductores autónomos e independientes, lo que representa un ratio de 0,39 taxis por habitante. Asimismo, el número de VTCs alcanza los 5.631. Por otro lado, Bruselas está desarrollando un nuevo plan para eliminar progresivamente la venta en negro de licencias, de modo que los permisos se otorgarán gratuitamente a todos los conductores registrados, si bien su número seguirá limitado.
- Alemania: el número de taxis ronda los 56.000, mientras que no se conoce una cifra concreta de VTCs. Desde 2014, operan varias plataformas, como Uber y Taxify, aunque no en todas las ciudades. Este negocio está regulado tras una sentencia de la Audiencia Territorial de Fráncfort de 2016 que, en gran medida, equipara los VTCs a los taxis. Todos sus conductores necesitan obtener una licencia de transporte de pasajeros, que certifica su capacitación, y sus empresas precisan una concesión de taxi, cuestión que regulan los estados federados.
- Italia: se estima que trabajan unos 40.000 taxistas, pero la cifra de VTC es el doble, con cerca de 80.000, según datos de la Asociación de Categoría de Vehículos con Conductor. Uber llegó a Italia en 2013, con no pocas controversias, y tras su intento de operar en distintas ciudades del país, en la actualidad sus conductores solo están presentes en Roma y Milán, con el servicio Uber Black, con vehículos de alta gama.
Uno de los países más restrictivos de la UE
España es uno de los países más restrictivos en materia de VTC a nivel europeo. Tal y como publicó
Libre Mercado, la Comisión Europea criticó de forma abierta las limitaciones que imponen algunos países de la UE a este tipo de vehículos. "En varios Estados miembros no existe una revisión periódica del marco regulador que, a la luz de la llegada de nuevos e innovadores proveedores de servicios, parece estar obsoleto", según advierte un
estudio comunitario sobre el sector del transporte.
Bruselas también incide en que "establecer un límite absoluto en el número de taxis que pueden operar en un área es el enfoque más restrictivo que han adoptado los reguladores, con el consiguiente impacto negativo en la competencia y sus beneficios". Por ello, la Comisión concluye que estas normas deberían ser objeto de un "examen por las autoridades de competencia y de transporte para garantizar que el interés público de la movilidad urbana se fomente de la mejor manera posible".
Asimismo, en materia de taxis, si bien es cierto que casi todos los estados miembro exigen algún tipo de licencia, la gran diferencia es que en España está limitado su número de forma muy estricta. En países como Suecia, Irlanda, Eslovenia, Eslovaquia, Polonia, Holanda, Lituania, Letonia, Hungría, Estonia, República Checa, Croacia o Austria no aplican ningún tipo de límite. Por su parte, en Chipre, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Grecia, Italia, Luxemburgo, Malta, Portugal, Rumanía o Reino Unido establecen ciertos criterios socioeconómicos para contener su crecimiento.
Por su parte, la legislación en materia de VTC también difiere según el país, siendo España uno de los más intervencionistas. A grandes rasgos, se pueden distinguir tres modelos en Europa, tal y como detalla un
estudio de Analistas Financieros Intenacionales (Afi):
- Ride-sharing (desplazamiento/viaje compartido entre particulares): en algunos estados miembros la regulación permite que los particulares puedan operar sin necesidad de licencia (Polonia, Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, Lituania, Rumanía, Estonia).
- Países que exigen licencias de transporte, pero no fijan límite al número: situación que sucede en la mayoría de los países europeos. En todos ellos, el transporte lo debe conducir un profesional con licencia y la ley no contempla el transporte entre particulares.
- Países que exigen licencias de transporte y que limitan su número: es el caso de España. Aquí, además, la normativa prohíbe a los VTCs circular por las vías públicas o permanecer estacionados para contratar directamente con los clientes, obliga a alquilar la totalidad del vehículo, restringe geográficamente la libre prestación del servicio en territorio nacional y establece un número mínimo de coches y otros condicionantes sobre las características de los vehículos a los operadores, más allá de la obtención de la correspondiente licencia VTC, por la que también hay que pagar entre 40.000 y 60.000 euros debido a la escasez de permisos.