El 18 de agosto de 1930, las fuerzas progresistas firman el pacto secreto de San Sebastián enlace, cuyo objetivo era acabar con la monarquía de Alfonso XIII. Por lo tanto, antes de la llegada de la II República, los partidos de izquierda, intentaron un golpe de estado contra la monarquía el 12 de diciembre de 1930. Consecuencia del Pacto de San Sebastián fue el famoso pronunciamiento de Jaca. enlace.
Más bien fueron los monárquicos los que permitieron la llegada tranquila y pacífica de la república. Las elecciones de abril de 1931 que trajeron la república, no eran unas elecciones plebiscitarias, sino una elecciones municipales que curiosamente fueron ganadas por los partidos de derechas por amplia mayoría, aunque es verdad que perdieron en la mayoría de las capitales de provincia, lógicamente en democracia este resultado electoral nunca debería haber posibilitado en España un cambio de régimen. enlace. Es decir, los monárquicos permitieron presentarse a las elecciones de abril del 31 a los republicanos y socialistas, tan sólo cuatro meses después del fallido pronunciamiento de Jaca, 12 de diciembre de 1930.
De todas formas, el resultado fué que los monárquicos entregaron el poder a sus rivales sin ninguna resistencia. Es decir, el líder monárquico Miguel Maura, protagonista de la reinstauración, finalmente traicionó a la monarquía y se puso en los brazos de sus enemigos. Por lo tanto, la propia oligarquía abrió el Estado Español a la República, por segunda vez La segunda república no llegó democráticamente, más bien llegó por un doble golpe de estado; pero fuera ilegítima.
Sorprendentemente fue el PSOE, el partido socio de Alfonso XIII durante la dictadura (Pablo Iglesias fundador del PSOE, colaboró con la dictadura de Primo de Rivera, aceptando el cargo de Consejero de Estado enlace) los que declararon al Rey fuera de la ley y confiscados sus bienes, alegando colaboración con la Dictadura de Primode Rivera …. Increíble pero cierto.
El 11 de mayo de 1931, al mes justo de la instauración de la II República, las fuerzas progresistas iniciaron una brutal persecución anticatólica: gran quema de conventos, iglesias, escuelas, bibliotecas, centros de formación profesional, obras de arte … todavía la derecha no había tenido la oportunidad de mostrar alguna hostilidad en contra del nuevo régimen. Fue una fanática explosión antidemocrática, anticatólica y anticultural. enlace. Esa historia de la quema de conventos hizo reflexionar a muchos republicanos . ¿Dónde va la República?
La postura del gobierno progresista fue la de mirar al tendido y aceptarlo como algo inevitable. Mal empezó su camino la II República Española, fue como la noche de los cristales rotos, pero en España y protagonizada por las fuerzas supuestamente democráticas.
Como consecuencia de esta persecución religiosa, luego vendría el genocidio de Paracuellos, 8.000 muertos; los monárquicos empezaron a conspirar en el ejército. Es cierto que en Navarra los carlistas se organizan en el Requeté; pero la inmensa mayoría de los conservadores quedaron agrupados en la CEDA (como el PP actual) tomando una actitud completamente pacífica y legalista. Es verdad que la CEDA no era republicana ni demócrata (tampoco lo eran el PSOE y el PC), pero sí aceptaba la legalidad, su líder, Gil-Robles (como Mariano Rajoy) poseía una cualidad que hubiera permitido la convivencia ciudadana y el funcionamiento del sistema, la moderación.
Prueba de ello es que la rebelión de Sanjurjo quedó casi completamente aislada en la derecha, aunque algunos sectores simpatizaran con ella. Hay que reconocer que incluso Sanjurjo, siendo Director General de la Guardia Civil, desempeñó un papel determinante en la pacífica instauración del régimen republicano. Rechazó que la Guardia Civil actuara contra las manifestaciones en la calle después de las elecciones de abril de 1931 y como consecuencia de esta inhibición de las fuerzas de seguridad, poco después Alfonso XIII abandonaba el poder y oficialmente era proclamada la Segunda República
A diferencia de los sindicatos y partidos del Frente Popular, la CEDA no organizó ni checas ni milicias, nunca animó a la violencia, ni respondió a los atentados sufridos por la violencia de las milicias progresistas de izquierda.
La verdad, en el inicio del régimen republicano, no se percibe ningún peligro fascista. La Falange y los monárquicos constituían grupos minoritarios. Recordemos que en las elecciones de 1933, la derecha moderada liderada por la CEDA obtuvo más de 190 escaños en las Cortes, mientras que los monárquicos de ambas ramas no pasaron de 36, incluyendo el del falangista José Antonio.
Cuando la izquierda, liderada por el PSOE, se levantó en octubre del 34 contra la Segunda República ( Revolución de Asturias) , la CEDA que acababa de incorporarse al gobierno, tuvo la oportunidad de dar un contragolpe, pero no lo hizo. Muy al contrario, se empeñó en mantener la legalidad republicana, y una vez controlado el intento de golpe de estado, ni siquiera pidió ilegalizar a los partidos rebeldes . Se volvía a repetir lo ocurrido después del pronunciamiento socialista de Jaca de 1930.
Como escribió Madariaga, quedó clara la falsedad de las acusaciones de fascismo hechas a Gil-Robles. Los monárquicos pensaron en aprovechar la ocasión para derribar el régimen, se lo propusieron a Franco, pero este no aceptó.
Después de que el gobierno en el que participaba la CEDA lograra neutralizar la rebelión, llegó el Agitprop comunista para acusar ahora al gobierno de la CEDA de un genocidio inexistente. Pero las izquierdas se negaron a investigar las supuestas atrocidades de Asturias, a pesar de que Gil-Robles insistiese en ello. Esta campaña, orquestada por la izquierda, sobre la represión en Asturias creó un clima de odio y revancha antes inexistente, y se convirtió en el banderín de enganche de la alianza de partidos conocida por Frente Popular.
¿Por qué la derecha estando en el gobierno defendió la legalidad republicana en octubre del 34 y en cambio se sublevó contra ella en inferioridad de condiciones en julio del 36?
El levantamiento militar de julio del 36, realmente no fue la culminación de un proceso de acoso a la República, sino como una rebelión in extremis ante una situación insostenible: "media España se resiste a morir a manos de la otra media". Además, la sublevación militar de julio del 36 fue rápidamente asumida como propia por gran parte de la población civil española. Realmente los fundamentos de la sublevación no están en la Republica, los primeros manifiestos de los rebeldes terminaban con ¡Viva La República, sino en los sucesos posteriores al triunfo del Frente Popular, en febrero del 36.
Después del triunfo del Frente Popular, terminó la legalidad de la II República y comenzó la III República, pero ya Revolucionaria. Hay multitud de datos que corroboran esta afirmación. La situación era caótica, como reconocen los socialistas Prieto y Besteiro, el republicano Martínez Barrio, etc.
El 1 de mayo en Cuenca, Indalecio Prieto pronunció estas palabras:
“¡Basta ya! Basta, basta. La convulsión de una revolución, con un resultado u otro, la puede soportar un país; lo que no puede soportar un país es la sangría constante del desorden público sin finalidad revolucionaria inmediata; lo que no soporta un país es el desgaste de su poder público y de su propia vitalidad económica, manteniendo el desasosiego, la zozobra y la intranquilidad. Podrán decir espíritus simples que este desasosiego, esta zozobra, esta intranquilidad la padecen sólo las clases dominantes. Eso, a mi juicio, constituye un error”
Los datos fueron expuestos públicamente en las Cortes por Gil-Robles y Calvo Sotelo enlace, sin que nadie los contradijese. Durante la dramática sesión parlamentaria del 16 de junio de 1936. Gil Robles denunció:
" ..... Desde el 16 de febrero basta el 15 de junio, inclusive, un resumen numérico arroja los siguientes datos: Iglesias totalmente destruidas, 160. Asaltos de templos, incendios sofocados, destrozos, intentos de asalto, 251. Muertos, 269. Heridos de diferente gravedad, 1.287. Agresiones personales frustradas o cuyas consecuencias no constan, 215. Atracos consumados, 138. Tentativas de atraco, 23. Centros particulares y políticos destruidos, 69. ídem asaltados, 312. Huelgas generales, 113. Huelgas parciales, 228. Periódicos totalmente destruidos, 10. Asaltos a periódicos, intentos de asalto y destrozos, 33. Bombas y petardos explotados, 146. Recogidas sin explotar, 78. .." Gil Robles 16 de junio 1936, Diario de las Cortes
La violencia social culminó cuando las fuerzas de seguridad del Estado y algunos elementos socialistas, secuestran y asesinan al líder de la oposición, Calvo Sotelo. No había transcurrido un mes de este discurso cuando fue asesinado por Agentes de Seguridad del Estado.
Largo Caballero dejo claro sus intenciones en el artículo publicado en El Liberal, de Bilbao, 20 de enero de 1936:
“Quiero decirles a las derechas que si triunfamos colaboraremos con nuestros aliados; pero si triunfan las derechas nuestra labor habrá de ser doble, colaborar con nuestros aliados dentro de la legalidad, pero tendremos que ir a la guerra civil declarada. Que no digan que nosotros decimos las cosas por decirlas, que nosotros lo realizamos” .