Re: El PSOE se hunde....
Sigue siendo habitual en "decir una mentira mil veces y convertirse en verdad".
Sigue siendo habitual en "decir una mentira mil veces y convertirse en verdad".
asi es en eso elpsoe es un fenomeno
Fernández Vara abre la puerta a pactar una investidura con el PP
«Las decisiones se pueden revisar si aparece un escenario distinto», sentencia respecto al Comité Federal del PSOE
El PSOE no ve más salida que las urnas y convocará primarias el día 30
No se convocarán hasta la semana que viene. El comité federal pondrá fecha a la elección del candidato a la Moncloa.
Mar García Vaquero, mujer del ex presidente del Gobierno Felipe González, gestionó una cuenta en Suiza a través de una sociedad radicada en un paraíso fiscal antes de que conociera al líder del PSOE, según los papeles de Panamá, que han sido difundidos por varios medios simultáneamente, entre ellos los españoles El Confidencial y La Sexta, y a los que ha tenido acceso el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ), que es el que ha realizado la investigación. Los documentos del despacho de abogados de Mossack Fonseca indican que la cuenta se abrió en octubre de 2004 a nombre de Carmigo Ltd en Niue, islote del Pacífico Sur conocido por su secretismo fiscal.Según las fuentes consultadas por El Confidencial, la mujer de González en esos años participaba en una empresa dedicada a la construcción de barcos de vela y un cliente exigió realizar el pago 'offshore'. Esa, apuntan dichas fuentes, es la razón de que se creara la estructura financiera con origen en el islote de Niue y fin en una cuenta bancaria en Suiza.
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La firma de Mar García Vaquero figura en la documentación para abrir la citada cuenta bancaria y la sociedad opaca se creó un mes antes, en septiembre de 2004. La cuenta se cerró dos años después y la sociedad, cuatro después.En aquellos años, García Vaquero coincidía en muchos de sus negocios con el constructor Luis García Cereceda, amigo de Felipe González y autor de la urbanización de lujo 'La Finca', en Pozuelo de Alarcón, en Madrid. La empresa International Marina Tarragona, propiedad de Procisa, inmobiliaria de García Cereceda, y en cuyo consejo se sentaba García Vaquero (entonces administradora de Sea Zalata) ganó en concurso público en 2003 para construir un complejo de yates de lujo en el puerto de Tarragona, pero en cuatro años ya se vio que sería un proyecto fallido. Un tribunal declaró "ilegalizables" las pretendidas instalaciones, lo que después ratificó, en 2009, el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) puesto que no había licencias de obra. En esos años, en mayo de 2008, la sociedad en Niue, Carmigo Ltd, fue inactivada.No es la primera persona cercana al ex secretario general del PSOE y ex presidente del Gobierno español que está salpicada por los 'papeles de Panamá'. Jesús Barderas, "amigo íntimo" de Felipe González, aparecía en los documentos como "persona políticamente expuesta" (PEP). Barderas, según se dijo en su momento, fue el organizador de la fiesta en la discoteca Pachá, donde se empezó a rumorear que García Vaquero, entonces asesora fiscal de Banca Privada de La Caixa, y González mantenían una relación.Barderas, residente en la República Dominicana, está considerado uno de los clientes preferentes del despacho de Mossack Fonseca mediante el que gestionaba más de medio centenar de sociedades.
..."antes de que conociera al líder del PSOE"
...no ha lugar.
una cosa es cuando se caso y otra desde que es su novia...je je
todavia hay esperanza....
Jordi Sevilla dice que el PSOE no pactará con Podemos sea cual sea el resultado el 26-J
menos mal llega la sensatez al PSOE
Susana Díaz descarta que el PSOE vuelva a intentar un gobierno anti-PP
La presidenta de Andalucía subraya en un foro que su partido no puede formar gobierno si no gana las elecciones generales
«Están las cosas como para acercarse por Madrid. Ni loco». La frase, según fuentes fiables, pertenece al presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, que durante toda la semana pasada buscó convencer a Ferraz de su necesidad de pactar con Podemos y Compromís para acudir juntos a las elecciones al Senado. El barón del PSOE llevó su órdago al extremo incluso de ausentarse de la puesta de largo de Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno. Y es que a Puig no haber obtenido esa luz verde del Comité Federal de su partido le puede generar un problema de primera magnitud, pues gobierna en coalición con unos y gracias al apoyo externo de los otros. Total nada. El temor extendido en el PSPV pasa por el desencadenamiento de turbulencias que afecten al delicado equilibrio de su jefe. Saben de la necesidad que tienen para amarrar a sus socios si quieren tener una legislatura tranquila. De ahí las quejas amargas de Ximo Puig, su apuesta guerrera, el hacerse notar, sin despreciar envolverse hasta en la señera. Al final, otra vez más, lo que importa es hacer bien visible su discrepancia y lo de menos, la posición desairada en la que dejan a su líder.
En Madrid, en cambio, la visión de los acontecimientos naturalmente resulta bien distinta. Un destacado miembro del círculo de Sánchez me advertía: «Que se deje Puig de sacar los pies del tiesto. Tiene bien amarrado el sillón. Cualquier moción de censura pasa por sumar PP y Podemos. Impensable». En el caso del presidente de la Generalitat Valenciana su disidencia se explica además ante la necesidad de tapar su propio boquete, es decir, disfrazar sus debilidades. La entente Compromís-Podemos ya obtuvo en las pasadas generales 9 escaños frente a los 7 de los socialistas. El PSPV dejó de ser la referencia de la izquierda frente al centro derecha en la región. En esta ocasión, el «sorpasso» puede ser aún más llamativo y, de ser así, la tropa se le puede revolucionar. Y es que el Gobierno de coalición en la Comunidad Valenciana parece estar pasando factura al PSPV mientras, por contra, dispara a sus socios, y lo mismo ocurre además tanto en el ejecutivo autonómico como en distintos ayuntamientos a lo largo y ancho de la comunidad. De ahí que el incendio pueda estar servido sin anestesia para la calle Ferraz, sea quien sea su inquilino después del 26-J. Sólo hay que escuchar las voces internas en la Comunidad Valenciana, seguramente como una fórmula de salvación dando un salto hacia adelante, que exigen mayor autonomía respecto a las siglas del PSOE. Quieren ser algo al estilo del PSC. Así las cosas, es fácil prever que la tensión, de momento contenida, vaya a más en las próximas semanas. La pérdida de votos tiene estas consecuencias. Todo es posible en el PSOE, hasta que las margaritas destronen a su tradicional símbolo de la rosa, como ha ocurrido en la proclamación de Pedro Sánchez como candidato a la presidencia del Gobierno. Lo que pretendía ser el pasado sábado un guiño al fichaje estrella, Margarita Robles, inundando por miles de margaritas el escenario principal del auditorio Los Rosales de Móstoles, y de paso proyectar el florecimiento del PSOE en la nueva carrera hacia el 26-J, en realidad, al final, ha resultado la plasmación de que la rosa de siempre del socialismo español se marchita. Como bien se sabe, a perro flaco todo son pulgas.
Hace tiempo que el socialismo entró en la UCI, pero su estado a muchos observadores políticos les parece ya irreversible con Unidos Podemos comiéndole el espacio y levantando ilusiones en buena parte del electorado más tradicional del PSOE. Cada cita ante los suyos de Sánchez se asemeja a una reunión de caras serias, de gentes comentando cómo se masca la próxima derrota. Lógico: están para pocas jaujas. Todo lo más, se dedican a pedir agónicamente, como se viene haciendo, unidad. Eso es lo que necesita el secretario general de los socialistas: que no se le rompan las filas, porque una dispersión en plena campaña electoral significaría inevitablemente la muerte.
Y ése es el aviso continuo que sale de las cocinas de Ferraz. Ciertamente lo último que faltaría a Pedro Sánchez para cerrar su ejercicio sería dejar como herencia un partido troceado.
Leer más: La caída del PSOE en los sondeos aviva la crisis con Puig http://www.larazon.es/espana/la-caida-del-psoe-en-los-sondeos-aviva-la-crisis-puig-quiere-que-el-pspv-sea-como-el-psc-HA12651161?sky=Sky-Mayo-2016#Ttt1axg1shj5tCIW
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"No levantaremos cabeza económica en España hasta que no volvamos a levantar pisos con normalidad". Si esa frase la hubiera escrito un cualquiera en el suplemento Mercados de El Mundo no hubiese merecido que se le prestara la menor atención. Pero resulta que la firmó quien pudiera ser el próximo ministro de Economía del Reino de España, el socialista Jordi Sevilla. Da miedo pensar que los miembros de la élite tecnocrática de los partidos, la pequeña minoría de quienes se supone que saben de verdad, esos que como Jordi Sevilla diseñan en la trastienda, siempre lejos del ruido y de los focos, las líneas programáticas que después defenderán en los platós de la televisión los líderes y candidatos, puedan tener esas ideas rondándoles por la cabeza; ideas que no se diferencian en casi nada de las simplezas que sientan cátedra en las barras de los bares. Y es que en España, por mucho los tipos de interés de las hipotecas horaden el suelo y anden a punto ya de ser negativos, puede ocurrir cualquier cosa en el futuro inmediato, salvo que se produzca una nueva burbuja inmobiliaria. La generación de los que ahora estamos vivos no verá nunca más otra fiebre del sector inmobiliario en España remotamente similar a la que alcanzó su punto álgido a finales de la primera década del siglo.
Ergo, nos plazca o no, tendremos que levantar cabeza sin levantar más paredes de ladrillo. Sería bonito, claro, que la fantasía de Jordi Sevilla tuviese alguna posibilidad de encontrar acomodo en el mundo de la realidad. Pero no la tiene. Sería bonito porque el millón y medio de trabajadores del sector que envió al paro el pinchazo de la burbuja en 2009, muchos de ellos de imposible reciclaje profesional, podrían volver al andamio, lo suyo de siempre. Pero no volverán. Nunca más volverán. Contra lo que cree el principal cerebro económico del PSOE, la construcción nunca más ejercerá de locomotora del crecimiento español. Y ello por una razón obvia, tan obvia que causa asombro que una persona con la formación de Jordi Sevilla no haya reparado todavía en ella. Me refiero a la demografía. Parece que se nos ha olvidado que las casas se construyen para que habite gente en su interior. De hecho, únicamente se construyen con ese fin. Por tanto, si no hay gente nueva, no hacen falta casas nuevas. Y resulta que en España no hay gente nueva desde 1974. Esa fecha es importante porque marca el punto de inflexión de la pirámide demográfica de nuestro país. Desde aquel año, aquí no nace casi nadie.
La burbuja inmobiliaria que se inició a finales de los 90 fue posible porque a los alumbrados antes de 1974, la innúmera legión del baby boom de los sesenta, les tocaba emanciparse y abandonar el hogar paterno. De ahí que, con la misma moneda, los mismos tipos de interés y similar legislación urbanística, en Alemania no hubiese burbuja y en España sí. Alemania ya era vieja en 1995 y España aún era joven en 1995. No hay otro misterio. Al cabo, solo habría una manera, una sola, de que esa querencia de Jordi Sevilla pudiese materializare: que decidieran instalarse en España un par de millones de inmigrantes (como mínimo) atraídos por las colas ante las oficinas del INEM. Entonces sí que harían falta grúas en cada equina. Pero solo en ese caso. Porque en las playas del Mediterráneo ya no cabe un turista más. Y tampoco parece que esté el patio como para que otros dos millones de asalariados piensen a estas horas en una segunda residencia… Y Sevilla es de los que saben.
No es negativo como pretende usted buscando el conflicto y la diferencia y por eso los que piensen así, son los culpables de la ingobernabilidad.
Albert Rivera asegura que no pactará con PP ni PSOE
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El voto util puede cambiar.
Un tonto y un camino van juntos, pero se acaba el camino y el tonto sigue.
Un saludo
lo que no te has dado cuenta es que ciudadanos no es importante para gobernar y solo hay una posibilidad como ha insinuado la presi andaluza un gobierno del PP con la abstencion del PSOE ya lo veras te lo dice el tonto que sigue...je je
sanchez es historia el 26 de junio le pegaran una patada ya veras mister NO sera pasado y es que en el PSOE gracias hay gente valida y con sentido de estado...
saludos populares
El excesivo celo y la particular forma de instruir de la juez Mercedes Alaya, la primera de los cinco jueces por cuyas manos ha pasado esta causa, sumada al peregrinaje judicial de aforados por el Supremo y Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), los palos en las ruedas del gobierno autonómico y el duelo interno en el juzgado de los ERE han complicado una fase de instrucción que ha golpeado a las estructuras de la Junta de Andalucía. Ésta es la crónica de los obstáculos que esta causa ha tenido que sortear a lo largo de estos años.
La investigación de Alaya: Meticulosa, pero eterna
Desde que cogió las riendas del caso hasta que envió la causa al Supremo con los indicios incriminatorios contra nueve aforados pasaron más de tres años y medio. Alaya estuvo de baja seis meses y, además, rechazó los jueces de refuerzo que le ofreció el TSJA para las macrocausas que tenía entre manos: Mercasevilla, los ERE y el Betis. Su investigación fue meticulosa, cuasiobsesiva y, sobre todo, eterna, porque lejos de ir cerrando vías de investigación, Alaya iba abriendo nuevas ramas sin llegar a terminar ninguna. Para desesperación de la Junta, de los imputados que tardaron en algunos casos más de dos años y medio en ser llamados a declarar, de la Fiscalía Anticorrupción, y del TSJA, que expresó su preocupación por estas dilaciones en repetidas ocasiones. Incluso el presidente del Poder Judicial, Gonzalo Moliner, dijo que no veía «normal ni aceptable» que los imputados aún no hubieran declarado.
Las trabas de la Junta: ataques personales y demoras
En su empeño por encontrar a los máximos responsables de la trama, la juez ha soportado presiones de todo tipo para cortocircuitarla. Tuvo que lidiar con dos intentos de recusación para apartarla de los casos Mercasevilla (el germen de los ERE) y Betis. Ha sufrido un escrache de sindicalistas a las puertas del juzgado, que obligó a ponerle escoltas. El Gobierno andaluz presumía de colaborar con la justicia al mismo tiempo que demoraba la entrega de los expedientes que le requería y expurgaba documentación comprometida en la Consejería de Empleo durante un fin de semana. La Junta le echó un pulso (y lo perdió) en el Supremo para no darle las 480 actas de los Consejos de Gobierno. El PSOE recrudeció su campaña contra de cara a las generales de 2011, cuando el exdiputado Alfonso Guerra insinuó que había «una relación fuerte personal entre la juez y Zoido», entonces exalcalde de Sevilla.
Seis jueces, un caso. Viaje de ida y vuelta al Supremo
Si bien durante más de tres años el caso ERE siempre estuvo en las mimas manos, la investigación a aforados (tanto autonómicos como nacionales) y la decisión de la juez Alaya de marcharse a la Audiencia de Sevilla contribuyó a ralentizar aún más la instrucción. Durante unos meses la investigación abierta a los expresidentes de la Junta, y a los exconsejeros Gaspar Zarrías y José Antonio Viera, el foco informativo se trasladó a Madrid, y la de los diputados autonómicos, al TSJA. Los aforados nacionales tuvieron que declarar ante el juez del Supremo Alberto Jorge Barreiro, que les imputó un delito de prevaricación administrativa (en el caso de Viera, también malversación). Los aforados por el Parlamento andaluz, los exconsejeros Antonio Ávila, Carmen Martínez Aguayo, Manuel Recio y Francisco Vallejo, desfilaron ante el instructor Miguel Pasquau Liaño. Dentro del juzgado, la causa ha pasado por las manos de Alaya, Iván Escalera (que la sustituyó durante su baja por enfermedad), María Núñez Bolaños y ahora el juez Álvaro Martín.
El duelo interno. El CGPJ toma partido
El aterrizaje de la juez Bolaños como titular del juzgado de Alaya no contribuyó a la estabilidad ni al avance de la causa de los ERE, paralizada durante meses porque el Poder Judicial se resistía a ratificar el plan de actuación que para ese juzgado había acordado la Sala de Gobierno del TSJA. Ese reparto pasaba por que la nueva juez titular se ocupara del juzgado junto con Álvaro Martín y Alaya, quien, a su vez, había pedido quedarse, mediante una comisión de servicios, para concluir la instrucción de esta macrocausa. La pelota del futuro de Alaya pasó así durante meses del tejado del TSJA al CGPJ y de este órgano de nuevo al TSJA, que acabó despachando a Alaya con el argumento de que la convivencia entre las dos juezas iba a ser imposible. El punto de inflexión lo marcó un escrito sin precedentes que la juez sevillana mandó al CGPJ cuestionando la capacidad de Bolaños, que era juez de Familia. para investigar la trama y en el que recordaba que esta juez y su marido son muy amigos del consejero andaluz de Justicia, Emilio de Llera.
División de la causa polémica. Anticorrupción y partes recurren
No llevaba ni mes y medio en el juzgado cuando Núñez accede a la petición de la Fiscalía, rechazada siempre por su antecesora, y divide la causa de los ERE con el objetivo de acelerar la investigación y ir cerrando piezas para su enjuiciamiento. Ha dado prioridad a la rama centrada en el procedimiento irregular de concesión de las ayudas que afecta a los ex altos cargos. Pero su modo de trocear la causa matriz ha desconcertado a las partes. La Fiscalía, varias defensas y acusaciones han recurrido el auto de división del caso por defectos de nulidad. «No cumple ni en la forma ni en el fondo, en términos de estricta corrección procesal, como garantía del adecuado ejercicio de los derechos de defensa de las partes», argumenta la Fiscalía.
Dinero perdido y prescripción. El delito queda impune
La Fiscalía ha hecho sonar en varias ocasiones la alarma por la caducidad de delitos. Cinco años después, va camino de hacerse realidad. Empiezan a fallecer los imputados (dos, el pasado mes de enero) y la Junta continúa sin recuperar ni un céntimo del dinero defraudado.