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Rajoy el serio

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Rajoy el serio
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#916

Re: Rajoy el serio

Entre otros puntos el jefe del Gobierno, Mariano Rajoy, en su cambio de impresiones este martes al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que España está en las mejores condiciones para ser un interlocutor de su país en Europa e Iberoamérica, así como en el Norte de África y Medio Oriente. El propio Rajoy ha realizado un comentario en su cuenta de Twitter en el que califica la charla de “cordial” y dice que ha servido para “seguir fortaleciendo las relaciones en beneficio de nuestros pueblos. Somos -añade- países aliados”. Trump se ha interesado de forma especial por la situación de la economía española.saludos

#917

Re: Rajoy el serio

En serio Rajoy está en las mejores condiciones para ser un interlocutor en Europa? Jajajaja me destornillo... menuda ocurrencia... que gracioso el percebeiro.

Por otro lado parece ser que desde América Latina ya le han contestado a Rajoy.
http://elmon.cat/noticia/187087/evo-morales-a-rajoy-america-llatina-no-necessita-interlocutors

Como decimos en Catalunya "que el moqui la iaia"

#918

Re: Rajoy el serio

Pues bien, si según Evo Morales ahora son tiempos distintos y no desea que Mariano Rajoy sea interlocutor, lo que si, Evo Morales sabe que las relaciones entre Washington y sus vecinos del sur del continente americano se han tensado por la orden de Trump de construir un muro en la frontera con México para frenar la inmigración ilegal, el crimen organizado y el terrorismo. Rajoy llamó por teléfono el pasado día 1 a su homólogo mexicano, Enrique Peña Nieto, y le trasladó la necesidad de "aunar esfuerzos en favor de un arreglo justo, sensato y razonable que permita superar la actual coyuntura".

La charla entre Rajoy y Trump, que duró unos 15 minutos, se encuadra en la ronda de contactos que el líder republicano está llevando a cabo con líderes internacionales desde su toma de posesión, el pasado 20 de enero con los países socios de Estados Unidos.

#919

Re: Rajoy el serio

Rajoy confirma a Cospedal como secretaria general y advierte: "Todavía puedo dar mucho más"
MARISOL HERNÁNDEZ | MARISA CRUZMadrid
0
"He dado todo lo que he podido. Hoy quiero deciros que estoy en condiciones de decir que todavía puedo dar mucho mas y estoy absolutamente convencido de ello".

#920

Re: Rajoy el serio

Rajoy o la utilidad del cero
Pedro J. Ramírez
@pedroj_ramirez
12.02.2017


Helo aquí, supérstite de todos los naufragios, incólume a todas las lanzadas, impune por todas las corrupciones, ilegalidades y mentiras, apalancado en la Moncloa, dizque traidor, seguro inconfeso y encima mártir, llegando hoy ab intestato al podio de la Gigantomaquia, entre dos filas de cadáveres cuyas huellas y bigotes se diluyen en la memoria de esas playas.

Nada puedo añadir a la entomología del estafermo –esta tampoco es una lección de anatomía-, pero sí tratar de explicar la clave profunda de su éxito o más bien de su prevalencia contra todo baremo de justicia, ética, mérito o esfuerzo. No sólo como explicación de una carrera política sino como regla de tres de esas flagrantes analogías -quién no conoce un caso así- que a todos nos han dejado alguna vez atónitos en la vida.


Porque Rajoy es al liderazgo del PP, lo que zutano fulánez mengano es a la cabecera de X, trátese de un grupo editorial, una empresa del IBEX o una asociación sin ánimo de lucro. Y al margen de las habilidades de cada uno de sus beneficiarios en la administración de venenos o el manejo de cuchillos, la catapulta de la mediocridad siempre funciona por algo o para algo.

El más celebrado de los chistes apócrifos, malvadamente atribuidos al probo Fernando Morán, nos señala el camino. Lo que nos hace sonreír cuando decimos “Cero grados, ni frío ni calor” es esa excepción absurda en la que el significante contradice al significado. No hará ni frío ni calor, pero esa es la temperatura del yermo de las almas.

Exactamente ahí, y por igual razón, encontramos al Rajoy que ni sube ni baja porque está inmóvil, que ni suda ni tirita porque no tiene sangre, que ni siente ni padece por falta de capacidad emocional. Al Rajoy que permanece porque no existe, que está porque no es.

Fijémonos en el cero. Una de las principales funcionalidades del último guarismo incorporado a nuestro sistema numérico es servir de partición entre las dos opciones de una escala, como la quieta raya de tiza de una competición de sokatira en perpetuo movimiento. Así es Rajoy, pantocrátor dentro de su óvalo, no por neutral sino por neutro.

El cero es lo que está entre el 1 y el -1, un portal vacío entre el primer piso y el sótano. Su inutilidad al aplicar las cuatro reglas aritméticas es patente: no suma, no resta, anula todo valor en una multiplicación y ni divide ni puede ser dividido. Eso pasa con todos los mediocres a quienes, como escribía ayer David Jiménez Torres, el éxito solo ayuda a empeorar.

Sin embargo la incorporación del cero a nuestro sistema numérico, cuando los árabes lo trajeron de la India en fecha tan tardía como el siglo XII, supuso un progreso inmenso para el desarrollo del cálculo matemático por su versatilidad posicional y representativa. Escrito detrás de cualquier otro guarismo, el cero significa las decenas, las centenas o los millares; delante y precedido de una coma, las fracciones más infinitesimales; colgado diminutamente del alfeizar de otra cifra, el ordinal de una enumeración; rodando por parejas sobre la tabla deslizante de una barra inclinada, los tantos por cientos del circo estadístico.

El cero se emplea para todo porque, como signo que identifica un conjunto vacío, como número que no recoge ni lo singular ni lo plural, no es sino la nada
El cero es la prueba candente de la rebelión de las masas: guarismos escuálidos como el 1 o el 7, guarismos pícnicos como el 6 o el 8, guarismos conformistas como el 2 o el 4, pueden alcanzar cotas siderales si van seguidos de unos cuantos ceros. Pero el orden de factores sí altera el producto: el cero, tan útil como clase de tropa, liliputiza a todo el ejército -véase cómo es hoy el PP- cuando se le promueve al generalato. Nefasto para liderar, óptimo para ser liderado.

El cero se emplea para todo porque, como signo que identifica un conjunto vacío, como número que no recoge ni lo singular ni lo plural, no es sino la nada. Una nada historiada –véase el libro de Robert Kaplan The nothing that is. A natural history of Zero-, una nada con sifón o en el caso político que nos ocupa, una nada con barba y anteojos.

Lo explica muy bien Sartre en El ser y la Nada, la obra que le lanzó a la fama: "Para que podamos interrogarnos sobre el ser, es preciso que la Nada se dé de alguna manera". Sartre escribe "ser" con minúscula y "Nada" con mayúscula porque, desde la perspectiva nihilista del existencialismo, el partido de la Nada lo ocupa todo y domina por mayoría más que absoluta al del ser.

Será discutible en la filosofía, pero la experiencia acredita que esto sucede demasiadas veces en la política. De cuando en cuando las urnas, en el mejor de los casos -un golpe de Estado, una guerra, en el peor-, reparten las cartas del poder; luego las expectativas se frustran y se produce un apagón, un silencio, el vacío, la nada. Así tituló la novela emblemática de la postguerra Carmen Laforet: Nada. Eso es lo que vivieron las generaciones consumidas durante el franquismo viendo pasar el tiempo en vano, lo que parecía que iba a terminar ocurriendo con la perpetuación del felipismo, lo que en grado superlativo percibimos ahora durante el marianismo: nada.

¿Percibimos? De la gran mayoría de la población, alienada por el consumismo, aborricada por la televisión, abotargada en sus rutinas ágrafas, ni siquiera puede decirse eso. La sociedad se divide entre la minoría que cree estar esperando algo –a Godot tal vez- y la mayoría, envuelta, arrullada por la nada, incapaz de plantearse la mera hipótesis de que ese algo pueda suceder.

Al primer grupo pertenecen los políticos, los periodistas y los lectores de artículos como este. Desde hace ya unos cuantos años Rajoy es para nosotros como el protagonista de La bestia en la jungla, ese personaje de Henry James llamado John Marcher que se pasa la vida reservándose para estar a la altura del gran acontecimiento que en un momento u otro tiene que ocurrir. Verás cuando Mariano sea candidato, verás cuando ejerza como jefe de la oposición, verás cuando gobierne, verás ahora que tiene mayoría absoluta, verás cuando deje de estar en funciones... Y al final el lector descubre que el único acontecimiento que se desencadena es la toma de conciencia por parte de Marcher del vacío de la vida que no ha vivido.

"¿Cómo ha de ser este ser con respecto a la Nada para que la Nada advenga a las cosas?". En el universo de la política española podemos responder sin balbuceos: ha de ser como Rajoy
Algo parecido debió sentir el despótico sultán Abdel Hamid II cuando prohibió en los libros escolares toda referencia al agua como H2O, siendo la “O” griega el origen de la representación del cero. Había llegado a sus oídos que algún ingenioso joven turco lo utilizaba como despectiva alusión encriptada - “Hamid II es Nada”- y prefería que se resintiera la enseñanza de la química a que lo hiciera su imagen pública.

La literatura y la historia sirven para mostrarnos que los acontecimientos están dentro de nosotros, que lo que salva al ser del agujero negro de la nada no es aguardarlos sino provocarlos. Pero también ayudan a entender a Sartre cuando alega que puesto que "la Nada no es", solamente "podemos hablar de ella porque posee una apariencia de ser, un ser prestado". Y cuando a continuación nos pregunta: "¿Cómo ha de ser este ser con respecto a la Nada para que, por medio de él, la Nada advenga a las cosas?". En el universo de la política española podemos responder sin balbuceos: ha de ser como Rajoy.

Eso es Rajoy, un agente nihilizador, "un ser prestado" mediante el que la Nada en que flotamos se hace carne e interactúa a diario con nosotros. Si el estilo es el carácter, nadie negará que Rajoy viste como un cero, habla como un cero y se mueve como un cero. ¿Y qué es su método analítico, su planteamiento dialéctico, su apelación recurrente al sentido común como última ratio sino el cero patatero ideológico?

Para examinar el sentido y aportación final de su actuación como gobernante hay que volver a Sartre y en concreto a su teoría de que lo que caracteriza la condición humana es la "interrogación", es decir las preguntas que planteamos a la realidad, aguardando respuestas afirmativas o negativas que nos transmitan el frío o el calor. Según el oráculo de Les Deux Magots, la espera es algo intrínseco a la interrogación porque –fíjense en esto- "el espacio que hay entre la pregunta y la respuesta es el vacío".

¿Qué hizo Rajoy en relación a las preguntas de los españoles sobre el final de los atentados de ETA, la conveniencia del rescate de la UE para superar la crisis o el debate sobre una ley del aborto, a la vez vigente y recurrida ante el TC por quien gobernó con mayoría absoluta sin modificarla, sino prolongar indefinidamente ese "espacio" que debería anteceder a las respuestas? ¿Qué hace ahora en relación a Cataluña, la gestación subrogada o las restricciones de Trump a los derechos humanos y la libertad de comercio sino instalarse estructuralmente en ese silencio propio del "vacío"?

Alguien alegará que junto al estereotipo de este Rajoy indolente que espera que el tiempo decida por él en relación a todo, existe también un Rajoy astuto que mira al calendario político y al reloj de las pasiones mientras cumple con pulcritud sus funciones institucionales y administrativas. Pero la dicotomía Jekyll-Hyde es en este caso un espejismo, en la medida en que "el ser por el cual la Nada adviene al mundo debe ser su propia Nada".

Eso es Rajoy, un agente nihilizador, "un ser prestado" mediante el que la Nada en que flotamos se hace carne e interactúa a diario con nosotros
No se trata pues de que tras su apoteosis de este fin de semana Rajoy vaya a reanudar una acreditada trayectoria de "actos nihilizadores", sino de que siendo esta tarea "una característica ontológica del ser requerido", alguien debe decirles a los dóciles compromisarios del PP -por ejemplo, yo- que están coronando al Dios del Cero de los mayas, al Rey Nada que se bajó de aquel taxi vacío del que Churchill vio salir a Attlee.

No es Rajoy sino la Nada de Rajoy quien se perpetuará otros cinco años. Pero eso tiene grandes ventajas porque seguro que la matrícula de aquel taxi terminaba en cero y, ante la polémica sobre si se trata de un número par o impar, a nadie va a molestarle que circule todos los días "como quien no quiere la cosa" -propongo que este sea el lema de Rajoy-, tal y como ocurrió en Paris cuando en 1977 se introdujeron por primera vez restricciones al tráfico rodado para paliar la contaminación.

Ante dos grandes egos –Rato, Mayor Oreja-, contra dos personajes con proyecto –Aguirre, Gallardón- frente a dos narcisos ensimismados –Sánchez, Iglesias- nada tranquiliza como la fundada modestia del cero. En el crepúsculo del deber, en la muerte de las ideologías, cuando como dice Wittgenstein “de lo que no se puede hablar, mejor callar”, germina la ambigüedad del cero y se vota en silencio por la nada.

Pongamos las cartas boca arriba, aunque el cero sea el joker que se ríe de quien no lo tiene. De igual manera que se testaba la condición de los espectros comprobando si dejaban o no el vaho del aliento en los espejos, sugiero que en la primera rueda de prensa que siga a su apoteosis de este domingo, algún sastrecillo valiente le haga el traje de la cuestión que más puede preocupar hoy a los españoles: “¿Perdone la insolencia, señor Rajoy, pero si usted fuera número, sería par o impar?”.

Y una vez que concluya el “espacio” entre la pregunta y la respuesta, pues oye, tolerancia cero.

#921

Re: Rajoy el serio

Los socialistas quieren que los DNI bilingües se expidan en toda España. El PSOE quiere usar las lenguas cooficiales en todas las instituciones.

#922

Re: Rajoy el serio

Rajoy deja en evidencia a Rufián: «En política no hay absurdo imposible»
S. N..  Barcelona. Hace 27 minutos 99
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha justificado hoy que la Justicia intervenga ante el proceso soberanista en Cataluña ya que supone saltarse la ley, y ha calificado de "absurdo" el planteamiento del portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián.

#923

Re: Rajoy el serio

Rajoy y Puigdemont se vieron el 11 de enero en La Moncloa
S. N.. Madrid. Hace 24 minutos 8

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy insiste en que su objetivo es dialogar sobre los problemas que afectan a los ciudadanos, pero no sobre cómo incumplir la ley.

#924

Re: Rajoy el serio

Mariano Rajoy, el viernes pasado en un acto en el Teatro Real

ESPAÑA /  GOBIERNO DE ESPAÑA

Rajoy, cómodo en la «inestabilidad controlada»

Carmen Morodo.  Madrid. 26/02/2017

Ni una prórroga presupuestaria ni el órdago en Cataluña alterarán su decisión de no convocar elecciones. Lo que más preocupa en Moncloa es que se detenga la recuperación economía



 

#925

Re: Rajoy el serio

Cuando Rajoy se alzó al fin con la investidura, la lógica parecía indicar, contra toda lógica, que comenzaba una larga legislatura. Aunque apostar por la longevidad de un Gobierno que apenas tiene 137 apoyos en un Parlamento de 350 podía parecer algo excéntrico -de hecho a gente más lista que yo se lo parecía-, a mí daba en la nariz que la Oposición iba a hacer todo lo posible para ganar tiempo.

El PSOE tenía que pasar por el astillero y reparar todas sus vías de agua, Podemos acababa de perder más de un millón de votos en seis meses y ya no era el cagaprisas que aspiraba a merecer el cielo sin acumular méritos propios y Ciudadanos necesitaba consolidar una estructura territorial que le permitiera asentarse en la vida política con vocación de permanencia.

Las premisas fundamentales en las que se basaba el análisis eran que los barones socialistas harían valer su ley en el debate interno de su partido y que el Gobierno trataría con afecto interesado a su socio preferente en el Congreso de los Diputados. Esta semana, sin embargo, han sucedido dos cosas que permiten pensar que esas premisas podían estar equivocadas.

Por una parte, los datos que dieron a conocer el viernes los lugartenientes de Pedro Sánchez, el muerto más vivo de la política nacional, apuntan a que el cuarenta por ciento de la militancia socialista, que es la que vota en las primarias, ya ha decidido tomar partido por él. Ni Patxi López ni Susana Díaz están en condiciones de hacer una exhibición de musculatura equivalente. La idea de que Sánchez regrese a Ferraz no es ninguna locura.

Por otra parte, las relaciones del PP con Ciudadanos han entrado en una espiral que conduce indefectiblemente a la ruptura. Lo de Murcia parece ser un ensayo general con todo de la batalla que se avecina. Rivera ha levantado las pancartas de "el PP no cumple lo que firma" y "Rajoy no es de fiar" y los megáfonos de Génova no dejan de repetir, a todo volumen, que Ciudadanos se echa en brazos de la izquierda. Parece el preludio de una batalla campal.

El resultado puede ser que Rajoy se quede, a la vez, sin socio con quien practicar el bipartidismo encubierto que está dándole gas al arranque de la legislatura y sin aliado parlamentario con quien ir trasteando el día a día. Sin Javier Fernández -o alguien de su cuerda- y sin Albert Rivera, lo único que le queda al PP es el refugio de una angosta trinchera de 137 escaños donde resistir todo lo que pueda.

El problema es que podrá muy poco. Antes era un fijo en la quiniela que habría Ley de Presupuestos, la herramienta para gobernar, antes de Semana Santa. Dábamos por hecho que Rajoy guardaba en la chistera los apoyos del PNV y de algún francotirador con los que alcanzar los 176 votos favorables. Ahora, en cambio, ni siquiera está claro que tenga los votos de Ciudadanos. La apuesta por una legislatura larga, en estas condiciones, empieza a ser temeraria.

No se me va de la cabeza que hay algo de disparatada imprudencia, de arrogancia desmedida, en la actitud con que el PP desafía las amenazas que asoman por el horizonte. Parece que quiera dar a entender que no sólo no teme, sino que incluso desea el escenario de la disolución anticipada. Parte de la base de que los resultados de unas nuevas elecciones le darán más margen de maniobra del que ahora tiene para seguir en el poder sin apuros.

¿En qué se basa? Teniendo en cuenta que no ha hecho nada para reconciliarse con sus electores prófugos, que ha celebrado un Congreso autocomplaciente de culto faraónico al líder, que dice diego donde dijo digo a las medidas de regeneración pactadas con Ciudadanos, que avala la exaltación de Condes Pumpidos al TC, que está obligado a gestionar políticas ajenas por falta de mayorías propias (aunque hacía lo mismo desde el fortín de la mayoría absoluta) y que los tribunales siguen depurando responsabilidades penales por las magancias de muchos de los suyos, la única razón que se me ocurre para entender su optimismo es que se cree el tuerto más guapo del reino de los ciegos. El problema es que también votan los videntes.

#928

Re: Rajoy el serio

Rajoy asegura que en 2017 se recuperará el PIB perdido durante cinco años de crisis

#929

Re: Rajoy el serio

Rajoy sigue la línea dura en el funeral de la tercera vía

  • La desaparición de Unió coincide con la entronización de García Albiol al frente del PP
Rajoy sigue la línea dura en el funeral de la tercera vía
Rajoy sigue la línea dura en el funeral de la tercera vía (Jordi Canyissà)
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JORDI JUAN, Barcelona

Lea la versión en catalán

No deja de ser una paradoja que cuando surgen cada vez más voces pidiendo diálogo al Gobierno del PP para que busque una salida al conflicto institucional con la Generalitat, Unió Democràtica, el partido que se ha caracterizado por apostar más por esta vía, tenga que cerrar el negocio por defunción. La agonía y posterior muerte de Unió ha suscitado más satisfacción y comentarios jocosos en las redes que lamentaciones o análisis más calmados. Como sucede habitualmente en este país, hacer leña del árbol caído es deporte nacional y Unió, y muy especialmente su líder, Josep Antoni Duran Lleida, con todos los errores que pueda haber cometido, es objeto de befa y escarnio. Pesa más la imagen del hotel Palace que toda la labor realizada en los últimos años. Unió ha defendido posiciones que no coincidían con las mayoritarias y ha sido crucificado por una opinión publicada que no está por matices. El tiempo resituará este debate y habrá tiempo para analizar estos años tan convulsos.

De todas formas, el espacio electoral que defendía Unió es muy amplio y muchas novias van a intentar ocuparlo en próximas elecciones. Ciudadanos se benefició claramente en las últimas y se quedó gran parte del votante moderado de CiU que no entendía la apuesta independentista de los convergentes y no creyó en las posibilidades de los democristianos en solitario. En el horizonte aparecerá –el próximo 6 de abril– una nueva formación, Lliures, liderada por Antoni Fernández Teixidó, cargada de buenas intenciones y de una nueva forma de hacer política, y seguirán dos formaciones con aspiraciones centristas, pero netamente soberanistas: el PDECat y los Democràtes de Antoni Castellà.

La agonía y posterior muerte de Unió ha suscitado más satisfacción y comentarios jocosos en las redes que lamentaciones o análisis más calmados. Hacer leña del árbol caído es deporte nacional.

Lo que llama la atención en esta pugna es la actitud adoptada por el PP en Catalunya.  Con la entronización de Xavier García Albiol este fin de semana se confirma la apuesta de los populares por una línea dura en Catalunya. Justamente en el momento en el que una posición más moderada les podría permitir crecer más, gana la apuesta de un dirigente que nunca ha escondido que fue llamado al cargo justamente para dar caña. Qué lejos está este PP de aquella apuesta “aznariana” de intentar ganar terreno al catalanismo moderado con fichajes como Josep Piqué o Anna Birulés.

Pero no se puede negar que Rajoy sea coherente. Las apelaciones al diálogo hechas por el propio  presidente saliente del Tribunal Constitucional, Francisco Pérez de los Cobos, o el toque de atención de  la nota de opinión del Cercle d’Economia no parece que vayan a cambiar su actitud. El líder del PP ha mantenido una línea dura, sin concesiones, convencido de que los partidos soberanistas estaban en un callejón sin salida y que ya habrá tiempo para negociar. No es cierta la imagen de un Rajoy indolente. El presidente del Gobierno tiene muy claro a lo que se enfrenta, tal y como reconoció en su intervención en las Cortes en la última sesión de investidura: “El reto más grave que tiene España en estos momentos afecta a su unidad, a la soberanía nacional y a la igualdad entre todos los españoles. Me refiero al desafío secesionista que algunos están planteando en Catalunya”. Claro y directo.

La apuesta del PP por Albiol se produce justo en el momento en el que una posición más moderada les podría permitir crecer más

Así, seguimos estando donde estábamos. El acto organizado mañana por el Gobierno en Barcelona para hablar de infraestructuras no supondrá un punto y aparte en esta estrategia, aunque bienvenido sea. La foto del momento: entronización de García Albiol confirmando la línea dura del PP, entierro con jolgorio para los amigos de la tercera vía y las cúpulas de ERC y PDECat barruntando cómo hacer el referéndum para provocar un error grave en las filas del Gobierno central que les dé más munición para la independencia. Es decir, nada nuevo bajo el sol.

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