Diez títulos en París contra la primera final. El mejor jugador de la historia sobre tierra batida ante un novato en la pelea por un «Grand Slam». Nadal ante Thiem. El más grande en arcilla roja frente al que está llamado a heredar su trono. Carlos Moyá, entrenador de Rafa, y Jordi Arrese, excapitán de la Copa Davis, analizan otra final para la historia en la Philippe Chatrier. Se trata de que Nadal levante su undécimo título en un «Major», algo que sólo logró la australiana Margaret Court en el Abierto de Australia entre 1960 y 1973, o que el austríaco confirme que hay relevo.
Un clásico
Nadal ha cumplido 32 años en París y Thiem tiene 24. Se han medido en nueve ocasiones (6/3 para el español) y todas en tierra batida. Es el duelo más repetido en esta superficie en las últimas temporadas. Jordi Arrese, ex capitán de la Davis, ofrece una explicación más allá del talento de los finalistas: «El jugador de tierra batida es una especie en extinción. En los últimos cinco años ha habido muy poca progresión entre los jugadores en este tipo de superficie. Antes estaban los españoles, algún suramericano y siempre Rafa, pero no salía nadie más hasta que ha aparecido Thiem y, en esta edición de París, Cecchinato. Por esta falta de patrón de juego en la mayoría de jugadores llega uno como el italiano coge confianza y la lía porque sabe cómo tiene que jugar. Hay que manejar el cambio de alturas y los efectos porque ya con eso puedes ganar bastantes partidos. Hoy en día nadie piensa un carajo en el estilo de juego y se va al palo puro y duro». «Thiem sabe jugar, aunque muchos partidos los ha jugado sólo a base de palos y así está lejos de su mejor versión, de la versión que más puede incomodar a Rafa. Va a ser la final más bonita posible porque ambos tienen un patrón de juego que se ajusta a la tierra batida como nadie. Thiem ha sabido corregirse y ahora juega con más temple, acelera cuando debe, da el efecto correcto... se ha corregido», apunta Arrese.
El peligro de Thiem
«Veo la final en un 75/25 para Rafa, pero Thiem tiene un gran potencial de juego y táctico. No creo que para él sea un problema que la final sea larga, la clave para meter en problemas a Rafa es que tenga paciencia y sepa que puede ganar un punto en 15 tiros y también en 5. Si no tiene esa paciencia, se precipitará y será pieza fácil para Nadal. Si Thiem quiere tener opciones no debe precipitarse, tiene que jugar con efectos, con ángulos y rompiendo la bola siempre dentro de la pista. Si se empeña en romperla más allá de la línea no va a controlar a Rafa y éste le va a devolver todas. También le tiene que hacer dejadas para que no esté cómodo a cuatro o cinco metros por detrás de la línea. La clave será que busque ángulos cortos, lo combine con efectos largos y dejadas y que los palos los haga lo más cerca posible de la red», señala Arrese como mayores peligros del austríaco. Y también da claves del juego de Nadal: «Tiene que mandar con la derecha, golpes con altura y buscar los ''winners'' a la mínima oportunidad. También deberá variar sus saques, algo que hace muy bien».
Moyá también tiene su receta: «Hay que alejarle lo más posible de la línea. Es un jugador que asume muchos riesgos y cuanto más forzada sea la posición, más va a fallar. Jugar a un nivel de riesgo tan alto como lo hace Thiem no es fácil y menos ante Rafa». «Rafa llega en un buen momento, sólo ha perdido un set y no ha sufrido mucho desgaste. Siempre se puede mejorar, pero firmaba llegar a estas alturas como lo hemos hecho», confiesa el entrenador del número uno del mundo.
Montecarlo y Madrid
La derrota de Nadal en los cuartos de final del Mutua Madrid Open abrió expectativas para lo que se avecinaba en París. Rafa tenía un rival, pero... el propio Nadal lanzó una aclaración tras la derrota por si acaso alguno lo había olvidado. A la pregunta de si Thiem era su principal amenaza respondió: «Hace menos de un mes en Montecarlo le hice un rosco –ganó 6-0 y 6-2 también en cuartos–». Por eso lo de Madrid puede servir como referencia o no. Las condiciones en París –altitud, bote de la pelota, efectos...– son completamente distintas así que... «En el partido de Madrid ninguno dio su mejor nivel. Fue el peor partido del año de Rafa en tierra, el único día malo que ha tenido en dos meses. Thiem debe saber que si quiere ganar a Rafa no puede jugar como en Madrid a base sólo de palos. Si afronta los peloteos largos con tranquilidad, si hace cambios de altura, si es capaz de romperle el ritmo... entonces su 25 por ciento puede crecer».
Moyá apunta en otra dirección: «Hay que aprender la lección de lo que pasó en Madrid. Thiem tira muy pesado, con un buen físico, con lo que será una batalla bastante dura. Él está evolucionando, está creciendo todavía, ganando experiencia y va gestionando mejor los momentos importantes de los partidos».
Fortaleza mental
«Thiem está preparado físicamente para competir a cinco sets, pero mentalmente puede ofrecer más altibajos que Rafa en un partido largo. Aquí influyen la experiencia y el tipo de juego, que en su caso es de bastante riesgo. Eso sí, a cinco sets la historia dice que Rafa tiene un gran recorrido y es por algo», comenta Moyá.
Arrese apunta que la fortaleza mental de Rafa no es sólo superior a Thiem, sino a todo el mundo con una raqueta en la mano. «Todos los jugadores saben que Rafa ante un nivel normal es muy difícil de ganar y que si hace un buen partido es poco menos que imposible y eso pesa mucho en los demás».