A ver si nos explican qué quieren decir con eso del impacto en el PIB. Aunque poco cabe esperar de quien afirma semejante burrada:
El traslado social no implica ningún cambio operativo para la empresa, pero el fiscal sí exige que se trasladen las juntas y parte de la gestión operativa a la nueva sede.
¿Por que siguen dejando estas materias en manos de los becarios?
El plan de Carles Puigdemont de modificar el reglamento del Parlament para su investidura a distancia se ve frustrado por la propia normativa de la Cámara catalana.
En concreto, el artículo 60, que regula la denominada ‘comisión de Reglamento’, la que en ese caso se encargaría de estudiar el cambio, advierte de que tendrá carácter de comisión legislativa.
Hay que irse al artículo anterior para comprobar, en efecto, que la constitución de esa comisión supone un revés para Puigdemont: en el mismo, se establece que las comisiones legislativas se constituirán en sesión plenaria, en la semana siguiente a la investidura del presidente de la Generalitat, por mayoría absoluta, y a propuesta de la Mesa y de la Junta de Portavoces.
Esta regla de la mayoría-68 diputados- complica además extraordinariamente el futuro del ex presidente. El bloque independentista-Junts per Catalunya, ERC y CUP-suman 70 diputados, pero hay que tener en cuenta que ocho de ellos no pueden votar, por estar en prisión o exiliados en Bélgica.
Ello obligaría a que estos diputados renunciasen a su acta, para que hiciesen correr la lista. Pero aún así, el procedimiento de esa renuncia exigiría, en primer lugar, adquirir la condición de parlamentario.
Entre esos diputados están los encarcelados Oriol Junqueras, Joaquim Forn y Jordi Sánchez, que confían en salir de prisión el día 4 de enero, cuando el Tribunal Supremose reúne de nuevo para valorar su situación preventiva. En ese caso, sí podrían votar.
No ocurre lo mismo en el caso de los fugados, con Puigdemont a la cabeza, y que sumarían un total de cinco bajas. Cualquiera de ellos, si pone pie en territorio español, será detenido.
Así las cosas, cualquier modificación de reglamento forzada y al margen de la propia normativa del Parlament sería impugnada por los grupos, y, previsiblemente, carecería de toda validez. A eso se añade que, como
informó OKDIARIO, en Moncloa ya se trabaja sobre la idea de recurrir al Tribunal Constitucional esa reforma. La mera admisión a trámite implicaría su suspensión, que puede extenderse por un máximo de cinco meses.
El reglamento deja abierta la posibilidad de que dos grupos parlamentarios, o la quinta parte de los miembros del Parlament, soliciten la disolución de una comisión. Esto permitiría, por tanto, que Ciudadanos, PSC y PP lo reclamasen. No obstante, la impugnación tendría que ser aprobada en el pleno del Parlament y por mayoría absoluta, algo que se vuelve en contra del constitucionalismo, con 65 diputados.
La posibilidad de que Puigdemont sea investido a distancia es rechazada categóricamente por los partidos de la oposición.
“No le voy a dar una respuesta jurídica sino de sentido común. Es absurdo pretender ser presidente de una comunidad viviendo en el extranjero”, consideró este viernes el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en el habitual balance del año, en La Moncloa.
Desde el PSOE, el secretario de Organización, José Luis Ábalos, calificó de “absurdo” y propio del “delirio” independentista que el ex president pueda recuperar su cargo por vía telemática.
Carlos Carrizosa, diputado de Ciudadanos en el Parlament, ya avanzó que su grupo no reconocería una investidura de este tipo porque “no sería normal ni legal”.
El coordinador general de IU, Alberto Garzón, se ha sumado también a las críticas. “Honestamente lo veo difícil pero estamos dispuestos a ver cualquier cosa”, dijo en los últimos días.
En resumen, Soraya, PP y "pro-consul" de Catalunya, es quien ha liderado estos primeros contactos informales, echando mano de agenda personal.
Por una parte, Soraya -> Campuzano (...-> dirección PDCat OK), ///> No JxCat
Por otra parte, Soraya -> Tardà, que indica Soraya -> Rovira, y ERC OK.
Leyendo entrelineas, tanto ERC como la dirección del PDCat (Artur Mas & Marta Pascal) están de acuerdo con el PP (Gobierno), en al menos iniciar conversaciones (discretas) para ver si sería posible una negociación.
A la vista tanto de las declaraciones como de los silencios de C's, está claro que es una acción consensuada/impuesta, ante la que solo han reivindicado un premio de consolación simbólico (la presidencia del Parlament).
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!
Date cuenta que a estos le dan igual las normas del parlamento, visto la experiencia se pasaran las normas por el aro
#367
Re: Elecciones en Cataluña (21Dic.2017)
El mayor problema para estas negociaciones es Puigdemont.su presencia lo complica. Debería dar un paso al lado. Quizás así lleguen a un acuerdo las fuerzas catalufas.
Ahora lo que tendrian que hacer los 3 grandes partidos es modificar la constitucion para incluir un texto que diga claramente que todo partido que tenga en sus programas el separarse de españa y cosas por el estilo sea ilegalizado inmediatamente.
Solo que estamos en una democracia parlamentaria (supuestamente), y como dijo aquel: "Es el vecino el que elige el alcalde"
Todo apunta a que como los catalanes hemos votado mal, nos van a hacer repetir las elecciones, a ver si aprovamos en "Constitucionalidad y sumisión".
(Nota: de hecho el problema o asunto Puigdemont tiene un arreglo sumamente fácil, solo que desde el españolismo inquisitorial no están dispuestos. Tan sencillo como que su señoría del Supremo de carpetazo al asunto, al no observar los elementos materiales tipificadores de los supuestos ilícitos que el ya fallecido inquisidor general apreció. En pocas semanas el souffle Puigdemont quedaba desinflado. No así con los millones de catalanes indepes, pero esa es otra cosa...)
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!
#371
Re: Elecciones en Cataluña (21Dic.2017)
Como su señoría del Supremo no va a hacer eso, qué nos queda?
Puigdemont un pasito atrás....
O baila como hizo Mas o nuevas elecciones por enfrentamiento entre las fuerzas de la revolución de las sonrisas que no saben llegar a acuerdos.
Lo primero, haría falta transformar los electos de JxC (Llista del President), en un grupo parlamentario de PDCat. Hay mucho "carlista" en JxC, que no son nada afines al arturmasismo. Un solo pasito atrás no bastaría, harían falta varias dimisiones en cadena.
Lo segundo, ERC, en solidaridad, debiera proceder de manera similar, dejando al grupo parlamentario "limpio" de encausados.
A partir de aquí, que ya es complicado, se podría hacer el pacto clásico de la política española: Catalunya es para los "nacionalistas", a cambio de su civilizada participación en la gobernanza general. El resto de fuerzas políticas españolas debieran callar la boca. El PP en Catalunya, de facto ya lo hace, por haber quedado disminuido a tamaño pitufo. El PSC es experto titulado en silencios y traiciones varias a petición del PSOE. Quedan los de C's. Y saben que a cambio de tanto dimitido, el nacionalismo pediría para ellos el silencio, pero el silencio de los corderos degollados.
El resultado es que tendriamos a las fuerzas políticas catalanas nacionalistas descabezadas, pero de verdad, por suicidio inducido. Y a las fuerzas politicas españolas en Catalunya desaparecidas en combate. Como organizaciónes coherentes solo quedarían los consensos y hábitos del alto funcionariado, y las marginales CeCP y CUP.
Lo veo poco plausible, así que más bien la cosa irá hacia repetición electoral,que además, tenemos ejemplos cercanos en el tiempo. Aunque me da que los catalanes seguiremos votando mal.
la plus belle des ruses du Diable est de vous persuader qu'il n'existe pas!
Tras cuatro décadas de envenenamiento nacionalista, ¿cabría esperar de los catalanes una traición a la patria por treinta monedas?
La célebre opinadora Karmele Marchante ha declarado hace unos días que ella ya se considera ciudadana de la república catalana presidida por Puigdemont desde el exilio:
–¿Y qué te ha cambiado al vivir en una república catalana? –inquirió su imperturbable entrevistador.
–Ha cambiado lo que es la afectividad y lo que son las emociones y la emotividad. Y para mí lo que tenía ilusión era estar en una república catalana libre, independiente, feminista y laica.
No hace falta acudir a la célebre sentencia de Churchill para advertir que el mejor argumento en contra de la democracia es una conversación de cinco minutos con el votante medio. Ni a las de tantos que, en toda época y lugar, han advertido del grave problema con el que se encuentra la Humanidad desde que, para tomar decisiones políticas, se pasó de pesar las opiniones a contarlas.
Ortega y Gasset, por ejemplo, aconsejó a sus contemporáneos no hacer caso de la opinión de la gente, pues la razón no suele tener mucho que ver con ello: "Fijaos y advertiréis que la gente no sabe nunca por qué dice lo que dice, no prueba sus opiniones, juzga por pasión, no por razón". Y el insigne representante del liberalismo español de la primera mitad del siglo XX, Gregorio Marañón, señaló en la misma dirección:
La multitud ha sido, en todas las épocas de la historia, arrastrada por gestos más que por ideas. Una idea, es decir, un razonamiento lógico y frío, jamás ha movido a la masa humana. La acción de un hombre aislado sí puede tener por motor una idea. Mas la muchedumbre no razona jamás. Es un hecho fundamental de su psicología el que, en ella, lo es todo la emoción.
En pocas ocasiones se ha podido comprobar este emotivo fenómeno con tanta claridad como en las últimas elecciones catalanas. Vaya por delante la evidencia de que las elecciones no son el terreno de los argumentos, sino el de los eslóganes, los gestos y las emociones. Los argumentos hay que desarrollarlos antes, todos los días que median entre votación y votación, y en mil lugares y ocasiones. Y la desigualdad de condiciones para argumentar existente entre los separatistas y los que no lo son es precisamente lo que ha definido la Cataluña de los últimos cuarenta años. Pues el régimen totalitario construido por el honorable Pujol ha conseguido que los medios de comunicación, la escuela, la universidad, la iglesia y prácticamente cualquier ámbito social estén monolíticamente entregados y alineados con los gobernantes separatistas. ¡Milagros de las modas ideológicas y de la subvención! Por eso han vuelto a vencer en las urnas: con educación y medios monopolizados durante cuarenta años se forjan mayorías que no se desmontan en dos meses de articulitos descafeinados y dos semanas de campaña electoral, sino en muchos años de libertad.
Dadas estas condiciones, aberrantes en un régimen que se tiene por democrático, la razón, la mesura, el conocimiento, los argumentos no tienen el camino fácil en la Cataluña clónica. Pero, aparte de este mínimo común denominador, permitido e incluso alimentado por todos los Gobiernos del PP y el PSOE, estas últimas elecciones se han distinguido por su excepcional irracionalidad. Recuérdese simplemente el Icetatón, portentosa imbecilidad elevada a la categoría de argumento político. Aunque la palma se la lleva indudablemente la sentimentaloide maniobra de los lacitos amarillos –y mil gestos más, como el del votante disfrazado de plátano– para protestar contra el encarcelamiento de unos presos políticos inexistentes. He aquí una prueba irrefutable de la inutilidad de los argumentos: a quienes su pasión nacionalista les ha convencido de que los Jordis y compañía son presos políticos no habrá manera humana de explicarles que están entre rejas por haber cometido delitos tipificados en el Código Penal, no por sus ideas. Patología de larga tradición en España: ¿acaso el mundo nacionalista vasco no sigue teniendo por presos políticos a quienes están en chirona por extorsiones, secuestros y asesinatos?
La irracionalidad también se ha manifestado, y sigue manifestándose, en las curiosas interpretaciones que cada uno hace de los resultados de la votación. Unos dicen que a ellos les han votado los cultos y a los otros, los iletrados. Otros, que han acumulado el voto urbano frente al rural de los adversarios. Otros, que los jóvenes están con ellos y los viejos se agolpan con los de enfrente. Y otros, que a ellos les han votado los catalanes de pata negra mientras que a los partidos enemigos les han votado ésos a los que llaman "colonos". Estos dos últimos argumentos, por cierto, llevan a los separatistas a prometérselas muy felices para próximas votaciones, sabedores de que los jóvenes están mayoritariamente de su lado y confiados en que, una vez fallecidos los llegados de otras partes de España en la gran emigración de hace medio siglo, sus charneguísimos hijos y nietos, ya nacionalistizados, votarán por dejar de ser españoles. ¡Hermosa confesión del proceso de lavado de cerebro al que les han sometido! Sólo este dato bastaría para suspender cualquier votación en Cataluña mientras no se haya extirpado hasta el último tentáculo del régimen totalitario que ha provocado semejante aberración.
Además, ¿qué sentido tienen, en un régimen democrático, esas jerarquizaciones de votos por estudios, comarcas, barrios, profesiones, edades o proveniencias? En los réprobos reaccionarios como servidor, que confiesa maldecir 1789 todas las mañanas antes de desayunar, quizá pudiese responder a cierta lógica. Pero entre fanáticos demócratas es indignante. ¿No habíamos quedado en el sacrosanto principio igualitario de "un hombre, un voto"? ¿A qué vienen ahora tantas ínfulas, tanta distinción, tanto aristocratismo, tanto desprecio?
Y para terminar, una sinrazón económica. Algunos se sorprenden de que los catalanes, tras el éxodo empresarial, insistan en el separatismo. Por ejemplo, unos vecinos de San Sadurní de Noya, capital del cava, votando mayoritariamente a unos partidos separatistas cuyo triunfo no parece convenir a la prosperidad económica de la comarca. Pero, tras cuatro décadas de envenenamiento nacionalista, ¿cabría esperar de los catalanes una traición a la patria por treinta monedas? Ábrase un libro de historia y échese un vistazo a la reacción de los proletarios socialistas franceses, rusos y alemanes, aparentemente confabulados para negarse a ir al frente a defender las patrias de los burgueses, cuando estalló la gran tragedia de 1914. ¿Prestamos atención a las enseñanzas de la historia o a las de Mariano Rajoy, insigne ideólogo marxista y autor de la inmortal "Lo importante es la economía"?
Porque, lamentablemente, ya no nos encontramos ante unintercambio de argumentos, sino ante una lucha de vísceras.
Me parece que esos contactos se reducen a cuestiones formales (fechas, etc) pero no veo rumorología de asuntos de fondo. La lideresa dando mítines en Jerez no parece que se tome las cosas en serio.