CCOO dice que la reforma laboral del PSOE es "muchísimo peor" que el "decretazo" de 2002
Cuelgo esto para debatirlo
Ramón Górriz, secretario de Acción Sindical de CCOO.
Los sindicatos critican las enmiendas
La reforma laboral del Gobierno socialista es "muchísimo peor" que cualquier otra reforma anterior, incluida la que presentó el PP en 2002, en opinión del secretario de Acción Sindical de CCOO, Ramón Górriz.
En declaraciones a EFE, Górriz dijo que "nadie se había atrevido a plantear lo que hace el Gobierno, totalmente dirigido por los mercados", incluido el PP con su reforma de 2002 con el "despido exprés y la eliminación de los salarios de tramitación" (los dejados de percibir por el trabajador desde la fecha del despido hasta la de notificación de la sentencia).
Estas cuestiones, señaló Górriz, podrían haberse corregido pero en estos momentos se han empeorado "al alentar el despido exprés y suprimiendo el despido nulo, cuestiones que nunca se habían atrevido a tocar otros gobiernos".
En referencia a la intención del Gobierno, según explicó hoy el ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, de rebajar de 100 a 30 días el periodo que tienen los parados para rechazar ofertas de empleo y formación desde que comienzan a percibir la prestación, Górriz acusó al Gobierno de "criminalizar" a los trabajadores.
En este sentido, señaló que "nunca de forma tan directa" se ha trabajado tanto por parte de un gobierno para conseguir "la mayor involución o retroceso en el conjunto de los derechos de los trabajadores".
El secretario de Acción Sindical de CCOO insistió en que los parados no son los culpables de la crisis y que el origen de ésta no está en el mercado laboral, por lo que el Gobierno y el ministro de Trabajo "harían bien en aplicar políticas que reactiven la economía, generen empleo y no se dediquen a labores policíacas".
Para Górriz, la reforma es mala para los trabajadores pero "empeora" con las enmiendas.
Preguntado sobre lo que considera más negativo del texto de la reforma, respondió que en su conjunto es una "agresión durísima" porque abarata, hace más fácil y consigue que el despido sea la alternativa de cualquier empresario, aumenta bastante el poder de la empresa y convierte el paro, "esa lacra", en negocio privado y además, debilita la negociación colectiva.