Oportunidades de inversión en el mercado europeo de deuda pública.
En las últimas semanas se ha producido un cambio en la percepción de los mercados sobre la orientación de la política monetaria de los principales bancos centrales. Mientras que hace tan solo unos meses la opinión predominante entre los inversores era que los bancos centrales se comprometían a mantener los tipos de interés oficiales en niveles elevados durante un largo periodo de tiempo con el fin de reforzar la caída de la inflación; las expectativas del mercado apuntan ahora a un largo ciclo bajista.
Dentro del escenario que actualmente puede considerarse "de referencia" o el "más probable", hay varios elementos que respaldan la expectativa de una política monetaria acomodaticia.
En primer lugar, los últimos datos publicados en las principales regiones económicas confirman que el ciclo desinflacionista ha concluido y que la inflación se acerca ya a los objetivos. En Estados Unidos, por ejemplo, incluso los componentes básicos muestran una tendencia a la baja nítidamente definida. En segundo lugar, el mercado laboral, a pesar de su volatilidad característica, muestra algunos signos de desaceleración, como ponen de manifiesto la evolución de la tasa de desempleo y la ralentización del crecimiento salarial, factores típicamente asociados a fases recesivas.
Así, estos factores refuerzan las expectativas de un ciclo de relajación monetaria, que inevitablemente se desarrollará a distintas velocidades e intensidades en función de las respectivas regiones económicas.
En paralelo y volviendo a EEUU y la zona del euro; ambas zonas han visto descender la inflación hacia sus niveles objetivo y, durante el tercer trimestre de 2024, se espera que la economía siga creciendo, aunque a distintas velocidades. Más concretamente, los modelos de previsión utilizados por Eurizon estiman un crecimiento superior al 2% para EEUU, mientras que en la zona euro se espera un crecimiento ligeramente inferior al 1%.
De cara al futuro, el descenso de la inflación europea debería apoyar una recuperación del poder adquisitivo de los consumidores y tener efectos positivos en el sector industrial. Sin embargo, es probable que el mayor apoyo a la economía europea proceda del BCE, que podría mostrarse más firme a la hora de aplicar un ciclo de relajación ante un entorno cada vez más desinflacionista.
En Estados Unidos, la Reserva Federal parece igualmente dispuesta a responder a la evolución macroeconómica, pero en las próximas semanas deberá tener en cuenta la incertidumbre que plantea el resultado de las elecciones, que podría provocar cierta volatilidad en los mercados. De este modo, a pesar de la incertidumbre que envuelve el desenlace final de estos comicios, es probable que las elecciones estadounidenses no tengan un impacto significativo en los mercados. Ninguno de los programas parece contener actualmente elementos tan radicales o perturbadores como para provocar un cambio significativo del ciclo económico o aumentar los riesgos para el crecimiento o la inflación.
De manera adicional, en el escenario de referencia, el mercado europeo de deuda pública sigue ofreciendo atractivas oportunidades de inversión. El atractivo de estos activos se pone de manifiesto por los importantes flujos de entrada en los fondos de renta fija europea en los últimos meses. De cara al futuro, esta tendencia positiva podría continuar, ya que actualmente no hay indicios de cambios a corto plazo en los factores que la han apoyado hasta la fecha.