Bueno, pues a pocas horas del término del período voluntario de canje, escribo este mensaje con el propósito de justificar mi decisión. Padezco el síndrome de Rajoy. Donde dije digo, digo Diego.
Pero espero seáis capaces de perdonarme. Mi última intención siempre ha sido recabar el máximo de información. Información fiable y contrastada. Si no dispongo de la misma, no se me puede hacer responsable de tomar una decisión errónea.
Allá voy.
Finalmente, y a pesar de mis dudas hasta última hora, motivadas - insisto - por la desinformación, he decidido no canjear.
¿Estoy convencido de ello? No. ¿Estaría convencido si hubiera canjeado? Tampoco. Hasta este punto de no retorno nos han empujado los sinvergüenzas del Sabadell y los organismos que hipotéticamente nos tutelan y trabajan para salvaguardar nuestros derechos.
Aún así ¿cuales han sido mis razones para tal determinación?
Por un lado, el convencimiento casi total de que Banco CAM y Sabadell se fusionan antes de finalizar el año. Todas las noticias y declaraciones apuntan en ese sentido. La propia Comisión Europea obliga a este punto.
Por otro, la casi total certeza de que Sabadell-CAM va a declarar beneficio distribuible, ergo pago de cupón. Tan sólo les queda por provisionar 700 millones de euros. En este semestre han declarado 90 millones de beneficio, provisionando cerca de 1.300 millones de Euros. Lo lógico hace pensar que, sumado el beneficio del canje, a finales de año presenten unos beneficios más que significativos.
Otra razón, la casi absoluta seguridad de que Sabadell-CAM no va a requerir ayudas europeas, eliminando al fantasma de la quita. Así lo ha declarado en multitud de ocasiones Oliu. Y así lo dejan entrever los informes de Credit Suisse y Merrill Lynch.
Con todo lo anterior, lo lógico es que empecemos a cobrar cupón el año próximo. Con la consiguiente alza en la cotización de las preferentes en el SEND. Una vez ocurra esto, no hay más que hacer números. Tantos cupones he cobrado, tanto nominal he recuperado, tanto me queda por recuperar. A tanto cotiza la preferente en el SEND. A tanto he de venderlas. Idéntico a las acciones.
Con la diferencia, y al menos esto es lo que yo entiendo, de que el SEND es un mercado más reducido y más objetivo que la bolsa. Un mercado no inmune, pero sí menos vulnerable que la bolsa a ataques especulativos y movimientos absurdos de capital. En el SEND, los inversores contemplan el entorno económico general y la solvencia presente y probable futura de la entidad emisora. Punto. A partir de ahí, el producto es más caro o más barato. Aunque también es menos líquido, todo hay que decirlo.
Y aunque no se venda en el SEND, siempre nos quedará esa última bala en la recámara, que es la amortización por parte del garante. Estoy convencido que el call no se hará en 2014. Ni de coña. Pero hemos de dar gracias a Basilea III. Cada año que transcurra, nuestras preferentes les computarán un 10% menos en el core. El año que viene no les picará. Ni al otro. Ni posiblemente al otro. Aún pagando ese pedazo de cupón de Euribor + 5'9% mínimo 6'8%. Pero cuando ya entremos en descuentos superiores al 40% ó al 50%, empezará a escocerles el culo. Y quién sabe qué puede ocurrir. El horizonte temporal que os planteo es semejante al del canje. Cuatro años. Quizá algo más.
Volviendo al tema del cupón, otra cosa que me tranquiliza mucho es pensar que, si nosotros no cobramos, los accionistas tampoco cobran dividendo. No me quiero ni imaginar qué ocurriría con la acción del Sabadell si se suspendiera el pago de dividendo. Supongo que todos os hacéis una idea de lo que pasaría con su cotización.
Es por ello por lo que nuestro destino está entrelazado. Preferentistas o accionistas, vamos de la mano, unidos por nuestro querido Sabadell.
He dejado para el final mi última motivación. No es la más importante. Pero también pesa. Hablo de mi conciencia. Está mucho más tranquila con esta decisión. Algo me dice, dentro de mí, que he hecho lo correcto. Antes de ayer, cuando pensaba canjear, la desazón martilleaba mi pecho. Ayer, cuando decidí no canjear, sentí cómo me liberaba. Sí, puede parecer una chorrada completamente absurda. Pero es lo que hay. El aspecto subjetivo también cuenta. "Si me hubieran hecho objeto, sería objetivo. Pero me hicieron sujeto."
Esas son mis razones - mías - y espero que las entendáis. Tal y como escribí antes de ayer, vuelvo a decir que no pretendo convencer a nadie ni para una cosa ni para la contraria.
Aquí somos todos mayorcitos para saber qué es lo que tenemos que hacer.