Me voy a mojar, al igual que hizo Manolok, y sé que me la estoy buscando sin necesidad, pero creo que no se trata de eso, la cuestión es situar las cosas en lugar, o al menos dejar constancia de la opinión de uno que colaboró con “la guía” pero a la vez entiende que no todo es blanco o negro, hay muchos matices, dicho esto hay que indicar que hay situaciones y que la separación de las mismas no es clara, no hay clientes de un tipo o de otro, o bancarios de un estilo u otro, a menudo las situaciones se solapan y puede que muchos os veáis identificados en uno poco de todas. El comentario no es para que alguien me diga “yo no soy de estos, mi situación es de aquello”, no, mi idea no va por ahí, ella es para que cada uno reflexione y le sirva de alguna forma para su estrategia de reclamación, sabiendo dónde está y que pudo ocurrir.
Vamos a ver, y esto no es nuevo, las preferentes o subordinadas en principio (y de esto hace ya tiempo) tenían una rentabilidad superior a cualquier depósito tradicional, recordemos que todas, absolutamente todas están referenciadas en cuanto a rentabilidad, por encima del Euribor, si bien algunas solo en porcentajes muy bajos, hay algunas con el Euribor mas 0,10 puntos. Y convendremos todos, o casi todos, que hace 2, ó 3 años no había imposición tradicional con precios ni siquiera rayando el Euribor, las entidades se guardaban de ganancia entre 0,50 y 1 por ciento, y algunas de las grandes entidades al ser consideradas por el mercado como algo más solventes, en ocasiones más de un 1%, y esto es normal, la banca es un negocio de intermediación (mediar entre un dinero del cliente y uno que se presta a otros, y en medio “intermediación” quedarse con un lícito margen comercial, al igual que cualquier negocio de compra-venta. Recordemos banco = “colmado” que compra y vende dinero).
Seguimos, y esto ya lo he indicado en varias ocasiones, los más viejos del lugar seguro que lo recuerdan, ante la demanda de crédito a largo plazo, hipotecario, pero también empresarial, resulto que con los depósitos de los clientes no había suficiente, demanda en parte creada por y para el ladrillo, todo hay que decirlo, y como sea que España tenía un pedigrí muy alto como “buen pagador” y además cumplía con los criterios de convergencia de la Unión Europea, deuda inferior al 60% del Producto Interior Bruto (PIB), cosa que no cumplía ni Bélgica, ni Italia, menos todavía Grecia, y no sé si Portugal, en los mercados internacionales había leches para prestar a un país de la calidad de España, dónde además el Banco de España era más “papista que el Papa” y obligaba a los bancos y cajas a una dotación de morosidad anti cíclica, o sea una especie de bote o ahorro en forma de reservas contables para cubrir los problemas de morosidad en caso de crisis, que supongo al sector financiero no gustaba nada, pero que se ha demostrado que si no tuviéramos esto, probablemente lo del FROB actual sería mucho mayor. Entonces los bancos de otros países que en lugar de faltantes de dinero para prestar, lo tenían era sobrantes de dinero para invertir y ganar intereses, prestaban a bancos españoles, y además barato por la solvencia y el “pedigrí” de antes, los bancos y cajas españoles tomaban este dinero a 3, 4, 5 o en ocasiones puede a 7 ó 10 años, y lo prestaban a los clientes a 25, 30 ó 40, sabiendo que como había ocurrido en décadas, que al vencimiento de esta deuda internacional se renovaba y punto, ningún problema ante tan excelente pagador y un país poco endeudado, tal vez diga una barbaridad pero cuando Italia estaba sobre el ciento y algo por ciento del PIB, aquí por debajo del 50%, si bien no hay que olvidar que la estructura Italiana está más asentada en términos de creación de riqueza que la española, estructuralmente es mejor, pero al final la deuda es un problema en todas partes, en las casas particulares también, como lamentablemente se está demostrando.
Llegó la crisis, y nuestra solvencia como país cayó en picado, se demostró que éramos la octava economía del mundo, pero con unos pies de barro, porque nuestra riqueza era momentánea y apoyada en el ladrillo, no en empresas que crean valor añadido, o de tecnología que pueda aceptar vender a pesar de que los salarios son caros en relación a economías emergentes o a los nuevos estados de la unión europea, y entonces medio mundo que nos prestaba dinero o a nuestras entidades financieras, se empezó a acojonar, no como para no prestarnos, no hemos llegado a este punto, ni probablemente lleguemos al mismo, pero si al punto por el cual a las renovaciones de la deuda bancaria estos estados o entidades financieras con sobrante de liquidez piden (exigen) un mayor precio (%) para cubrir el riesgo, es como todo a menor riesgo menos precio, y a mayor (o sensación de ello) mas rentabilidad.
A partir de aquí la espiral ya nos la imaginamos todos, y algunos la comprueban en sus propias carnes, los bancos tienen que pagar más por el dinero que captan, porque a pesar de todo siempre será algo más barato que pedirlo a un banco chino (por ejemplo) y aunque fuera al mismo precio, es más fácil “lidiar” con clientes que depositan 30, 40 ó 50.000 € que con el director financiero de un banco chino, que además de hablar chino mandarín, inglés por supuesto, “sabe latín” y esto no interesa al que tiene que pagar.
Las participaciones preferentes o la deuda subordinada que siempre pagó por encima del Euribor se encuentra con una referencia (Euribor) por los suelos, unas imposiciones a plazo que pagan mejor en todas partes, que tienen además la garantía del FGD, y una liquidez en 24 ó 48 horas, y el mercado de estos híbridos financieros (preferentes, subordinadas, etc.) se hundió, llegados a este punto hay que hacerse las primeras preguntas:
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