Hola indignación. Decir que respetas mi opinión y a continuación manifestar que te da igual mi opinión, supone sin duda una curiosa forma de respetarla.
Intento aportar cosas desde mi punto de vista, que coincide en un 90 % con el vuestro, pero me he permitido un 10% de discrepancia, -que habéis convertido en disidencia- que al parecer no admitís en vuestro círculo. En Roma, el valor del testimonio en juicio de determinadas personas tenía tasado un valor menor que el de otras. Tengo la sensación de que habéis decidido tasar mis opiniones, por culpa de esta discrepancia que he hecho pública, con el valor más bajo de todos, pues jamás replicáis mis argumentos sino sólo mis intenciones.
Igual que tengo claro que mis intenciones son buenas, no pienso lo mismo sobre mis argumentos, que pueden estar equivocados o mal fundados respecto a vosotros, pero que no puedo enmendar ya que habéis decidido no rebatirlos. Partiendo de que estáis en vuestro absoluto derecho de no hacerlo, yo estoy en el mío de seguir manifestando mi desacuerdo con vuestra estrategia, que tiene como último y errático eslabón el comunicado de estafabanca sobre adicae.
Enzarzarse en una guerra con una asociación que aglutina a miles de afectados en España, intentando poner a unos afectados contra otros, no me parece bien, ni tampoco inteligente. Me diréis que eso mismo pretendía adicae con su comunicado anterior. Pero que otros hayan cometido una estupidez antes, no transforma en inteligente esa misma estupidez cometida un poco después.
Además, esta inquina especial contra adicae y sus afectados y ese intento de captarlos para estafabanca, estando tan poca clara la estrecha relación que esta última mantiene con un despacho de abogados, me hace ser suspicaz sobre el objeto de esa inquina. Si resulta evidente que cualquier división es negativa para los afectados, no resulta menos evidente sospechar que todos aquellos que se empeñen en atizarla están sujetos a intereses distintos de los que dicen defender. Y esto no lo digo sólo por estafabanca, sino también por adicae.
Y por último, vuelve a ser de nuevo indignante y aberrante, la justificación que se hace en el comunicado de las coacciones, de la falta de respeto y el ataque a la libertad de expresión cometida por miembros de la plataforma hacia unas personas que cometieron el delito,- quizá incluso no lo cometieron, pues no les dejaron expresarse- de no pensar como ellos. Adicae me ha dado muchos motivos para no unirme a ellos, pero no creo que ninguno del calado que me ha dado estafabanca ,capaz de justificar, con su silencio y su arrogancia, la vulneración de uno de nuestros derechos más sagrados, el de la libertad de expresarnos libremente.