Mi filosofía vital pasa por ser rico en libertad y en tiempo, más que en dinero. Mi cupo de compromisos ineludibles está cubierto y la recompensa monetaria por asumir esos compromisos es más que suficiente.
Así que el blog es un ejercicio desinteresado de aportar y compartir conocimiento e información, no un embrión de negocio. La ventaja es que no “vendo” nada y todo lo que aporte estará libre de los fatídicos conflictos de intereses y de las no menos fatídicas concesiones a la comercialidad y la búsqueda de popularidad. El inconveniente es que al no vender nada no tengo ningún compromiso con el lector, lector que no cliente. No estoy por la labor de entrar en el juego de ser “exprimido”, ni de cambiar mis prioridades personales y profesionales para atender tal o cual demanda.
Espero que lo entendáis. En realidad, por la mayoría de los comentarios y correos que recibo, creo que en general lo entendéis, aunque a veces lo lamentéis.
Además de darse a conocer y conseguir un tráfico de visitas que hipotéticamente se pueda rentabilizar en el futuro, la segunda gran fuente de motivación para los blogs es la búsqueda de popularidad y reconocimiento. Muy probablemente, es el objetivo de la mayoría de los bloggers. Si bien, en el peculiar mundo de los mercados financieros es de sospechar que la proporción está inclinada del lado de los embriones de negociante.
Lo cierto es que tampoco encuentro demasiada motivación en la popularidad y el reconocimiento. Digamos que después de muchos años en Internet, mi cuota de vanidad está cubierta, máxime cuando tengo abierta la puerta a experiencias tan gratificantes en ese aspecto como las charlas del pasado año en Bolsalia y en los Encuentros Rankia. Y lo cierto es que la popularidad a veces es incómoda, no es un tópico, es una gran verdad que se entiende cuando se es popular, aunque el umbral de incomodidad varía mucho según las personas.
Así que la motivación más importante que me queda es que me resulte útil y/o divertido. Útil porque me obligue a ordenar e ideas y conocimientos que bullen en desorden por mi cabeza. Lo que siempre ayuda a su mejora, y a veces abre la puerta a su cuestionamiento a través de la interacción con otras personas. Divertido porque me divierta escribiendo, algo que me gusta y para lo que no creo carecer de talento.
La suma de utilidad y diversión hace viable el blog, aunque será irregular, debido unas veces a la existencia de compromisos prioritarios, y otras a que estoy con actividades alternativas igual de útiles y/o divertidas para mí.
A lo largo de las próximas semanas publicaré dos contenidos muy extensos e interesantes que ya existen previamente y únicamente hay que presentarlos y comentarlos. Uno, la charla en los Encuentros Rankia. Dos, un estudio sobre Jazztel elaborado hace ya algún tiempo, que va más allá de la mera y en buena medida anecdótica visión de una empresa. Además de una abundante información sobre Jazztel, ofrece la explicación para profanos y aplicación práctica de ideas y conceptos utilizadas al analizar una empresa, eso sí desde un enfoque a veces muy personal y poco convencional.
Hay un interés adicional en su presentación en el mismo período de tiempo, el contrastar un enfoque macro, el de los encuentros Rankia con uno micro, el de Jazztel.
Asimismo, y dentro de la enorme multiplicidad de cosas que se pueden abordar, voy a dar prioridad al tema de los planes sistemáticos de inversión. Con ello recojo el sentir y la solicitud de los asistentes a la charla, ya que su uso es la mejor y más consecuente manera de llevar a la práctica las ideas expuestas en el encuentro Rankia.
Además, es un tema que conozco a fondo, y en donde tengo muchas ideas y planteamientos propios, por lo que puedo hacer auténticas aportaciones personales más allá de la mera difusión de ideas.
Y por si fuera poco, es un enfoque que parece olvidado en el mundo de los blogs bursátiles, en donde la oferta habitual va de “adivinar” lo que va a hacer el mercado y “apostar” por tales o cuales valores, eso sí ambas cosas con todo tipo de métodos, estrategias y “carteras modelo”. Por variedad que no quede. Así que, poniéndome en plan charlatán vendedor de burras, “voy a cubrir un hueco existente en la actual oferta…”, etcétera.
Y nada más, manos a la obra. A partir de mañana, con el permiso de la autoridad competente y si el tiempo no lo impide, iré publicando lo prometido más lo que se tercie sobre la marcha.
Sobre el blog