Bueno, bueno como está el patio.
Una clienta que tiene conmigo los seguros de salud, lleva dos meses con una “incidencia” en su cuenta bancaria, por la cual no sabe porque le devuelven los recibos del seguro de salud. El primer mes, quedó todo en un mal entendido. Al segundo, la clienta ya mosqueada decide ir a su sucursal bancaria y pedir explicaciones, el despacha cuentas le deriva al director. Este le atiende muy amablemente y le da una respuesta clara, sencilla, concisa y corta
“Solo pagamos los seguros que hacemos nosotros, si no los hacemos no los pagamos”
Si exacto, esa misma cara se me ha quedado a mí, a la clienta, y a todo aquel que le cuente.
Pero no todo el monte es orégano, así que la clienta, que ha demostrado tenerlos bien puestos. Se ha marchado y ha vuelto con una persona. El director en un acto de “chulería” le ha repetido textualmente lo mismo. Lo que no sabía el señor. Es que esta mujer ha llamado a un amigo que es policía para que haga de testigo.
Después de esta conversación se ha ido a la caja y a presentado una reclamación firmada por los dos. Evidentemente el director ha salido escopeteado hacia la caja. Pidiendo disculpas y diciendo que no volvería a suceder.
La clienta ha “aceptado” esto, guardando la reclamación, pero a cambio de que no “tiene” que tener ningún seguro con ellos sin ningún tipo de incremento en la hipoteca.
En este caso, final feliz, y el director de la sucursal con el culo escocido cada vez que ve a la señora, pues ante cualquier cosa, puede presentar dicha reclamación y hacerle un traje a medida.
Las cosas han cambiado y ahora es el cliente quien tiene el control. Por eso animo a todo el mundo a presentar reclamaciones, que no sabemos cuándo puede sonar la flauta.
Un placer escribiros pero un placer aun mayor que me leais