En la serie de frases que a fuerza de repetirse, han tenido la gran virtud de pasar de medias verdades a verdades absolutas, la frase “son las empresas las que crean empleo”, ocupa un lugar de honor.
Soy perfectamente consciente de que quizás este post levante muchas ampollas, pero hay veces en que tenemos que dejar las cosas claras, y desde luego esta es una de ellas, aunque vaya en contra de lo que todos los formadores de opinión nos muestran.
Lo primero que me gustaría dejar claro es lo básico; sé que al final aburriré, recordando la definición de economía, que aún a pesar de ser lo más básico de todo, suele ser continuamente olvidado. La economía es la ciencia que estudia el sistema económico, y este no es más que el sistema que trata de convertir recursos escasos en bienes para el consumo.
Dicho de otra forma, estamos ante un círculo, (ya explicado), en el que nos encontramos con las personas trabajando y vendiendo por tanto uno de los recursos que obtienen, de tal forma que obtienen ingresos derivados de la venta de este recurso, (los sueldos), que a su vez destinamos a pagar los precios de los bienes producidos por las empresas, las cuales a su vez, para satisfacer esa demanda, demandan a su vez recursos (materias primas, bienes de inversión y trabajo), pagando por tanto los precios.
Es muy fácil ver que esto es un circulo donde las rentas y las relaciones fluyen una y otra vez; Por supuesto desde el punto y hora de que la economía es un círculo, podemos fijar la vista en cualquiera de los puntos del círculo y entender que ese punto es la clave del sistema.
La aplicación práctica de ampliar las miras, y tomar en consideración el sistema financiero en su conjunto está en que asumiremos como premisas que existen numerosas frases que sin ser falsas, serían completamente incapaces de explicar la realidad por sí solas.
En este sentido podemos decir que las empresas son las que crean empleo, asumiendo que las empresas son las que contratan y pagan a los trabajadores. Pero por la misma regla de tres podemos decir que son los clientes los que crean las empresas, porque son las que contratan y pagan a las empresas. Podemos decir así mismo que son los trabajadores los que sostienen a las empresas debido a que en definitiva, son los que ponen una parte de los recursos que sirven para conseguir la producción final, (que es con lo que se pagan los beneficios e inversiones). En definitiva, podemos poner tantas frases, como fases en las que pongamos el acento. Y como todas y cada una de las afirmaciones ciertas, pero que olvidan interesadamente una parte significativa de la realidad, son al final manipulaciones.
Lo triste es que al final las empresas no son más que instrumentos de la sociedad dentro del contexto de un sistema financiero. De hecho bancos, trabajadores, empresas, clientes e incluso gobiernos, no son más que partes de un sistema que funcionará en tanto en cuanto funcione todo el sistema.
Realmente, las empresas son las que contratan los recursos del sistema económico y los convierten en productos para su consumo, por los dueños de los recursos. Es tan apropiado por tanto decir que las empresas son las que crean trabajo, como decir que las empresas son las que crean el acero.
Quizás sea conveniente aclarar que para cualquier empresa un trabajador es y así debe ser un proveedor de un recurso, habitualmente conocido como “trabajo”, recurso que es necesario y que usará para su actividad productiva, y que en consecuencia contratará única y exclusivamente cuando sea necesario. En este sentido debemos tener en cuenta que la necesidad de trabajadores, dependerá de que logre vender sus productos o servicios.
En este sentido, lo que debe hacer el gobierno, (y lo que los ciudadanos debemos exigirle), es que se debe ampliar el enfoque y tratar de entender que este es un sistema económico; independientemente de campañas y trabajos de lobby, que tienen como objetivo confeso el tratar de influir en la opinión pública, para atraerla a los intereses del grupo en cuestión, (ya he hablado sobre esta campaña en particular y he colocado el link al documento de la CEOE donde aparecía con meridiana claridad el link que lleva al documento donde se establece esta propuesta), el gobierno ha de mantener un análisis desde el punto de vista de la sociedad.
Es el sistema económico el que crea el trabajo, y las empresas tienen su particular función en el sistema, y no es la de crear recursos, sino la de usarlos. Dicho de otra forma, no es crear empleos, sino usar y retribuir adecuadamente los recursos disponibles, para producir los bienes que los dueños de los recursos han de pagar con los rendimientos distribuidos a partir de la empresa.
La sociedad, las empresas, los sindicatos, los trabajadores, y en general todo tipo de agentes económicos, han de comenzar a abandonar la idea de ciertos paternalismos, que se traducen en campañas como la que al final acaba degenerando en la idea de que las empresas son las que crean los puestos de trabajo, frase desde la cual subyace una idea de un fin social de las empresas, que compensa todos los esfuerzos posibles.
Seamos serios y entendamos que realmente todas las personas tenemos nuestros intereses particulares, y lo que ha de conseguirse es que el sistema permita que los distintos intereses de cada uno de los agentes económicos sean coherentes, sean compatibles e intervenir en el caso de que existan desequilibrios en los distintos mercados, incluido el del trabajo.
Y en este sentido tendremos que entender que las empresas contratarán si logran vender, y lograrán vender si hay mercado, y habrá mercado si funcionan los mercados correctamente, y si hay clientes. Y habrá clientes si existen personas con ingresos suficientes y confianza suficiente para comprar. Es así de sencillo.
Se trata de decidir si estamos en una economía de mercado o no, y en este sentido se trata de intervenir en todos y cada uno de los mercados para equilibrarlos y que se aproximen a una situación en la que nadie tenga el poder. Y nos guste o no, todas y cada una de las políticas en los últimos años, han ido a incrementar el poder de la oferta en los mercados de bienes y de la demanda en los mercados de trabajo. Y eso es lo que hay que corregir si se quiere crear empleo.
Por supuesto, esto me lleva a aquella parte de lo de “abaratar el despido o flexibilizar el mercado laboral lleva a la creación de empleo”. Esta frase es un subproducto, o una consecuencia de la anterior y en consecuencia lleva sus defectos incorporados. Lo cierto es que pueden dar las vueltas que quieran, pero hoy no hay problema alguno para contratar mediante contratos temporales, de forma que ese no es hoy el problema. El problema es un desequilibrio en el mercado de trabajo que se traduce en que no hay clientes. Así de sencillo. Profundizando en el desequilibrio, se ponga como se ponga quien sea, jamás se solucionará el problema.