El valor en la renta fija
Llevo meses escuchando lo de que “no hay valor en la renta fija europea”. Estamos ante un ejemplo claro de cómo el mercado se mueve por sus propias reglas: no habrá valor, pero se sigue y se va a seguir ganando dinero si se elige bien donde se invierte. Ahí van algunos de los argumentos que se utilizan en relación con este asunto y que creo puede ser de gran ayuda matizar o explicar.
El QE ya está descontado en los precios.
Cierto, todo el mundo sabe ya que el BCE va a comprar bonos europeos públicos y privados. Lo que no está descontado es que todavía tiene que comprarlos. Y a razón de 60.000 millones de euros al mes. Posiblemente va a comprar caro – aunque luego veremos que eso también es relativo -, pero tiene que comprar. Y eso significa que va a haber más “dinero” que “papel” en el mercado, como se decía antiguamente en las mesas de contratación (no sé si todavía se usa esa terminología o si esta pasada de moda) Y hablamos de mucho dinero y poco papel, porque 60.000 millones al mes es un “pastón” para un mercado relativamente pequeño como es el europeo – especialmente el de bonos corporativos de grado de inversión - y cuando, como consecuencia de las políticas de austeridad y la bajada de tipos, la emisión de deuda pública neta va a disminuir en Europa. Sí, lo sé, el BCE no comprará en el mercado primario, pero al final la cuestión es la misma: papel versus dinero, oferta versus demanda.
Rentabilidad negativa en un bono significa que se pierde dinero
No es cierto. Hace ya tiempo que para tener bonos alemanes con vencimiento a menos de 5 años no sólo no se cobra cupón, sino que se paga. Y no sólo alemanes. Pero resulta que en los bonos el beneficio puede venir tanto por el cupón – la famosa “renta” fija – como por la plusvalía que se obtienen si el bono se revaloriza. Y revalorizarse es lo que ha hecho en el último año: un 10% de media en ese tipo de títulos. Así son los mercados: se ha ganado dinero porque la gente compra y sube el precio. Punto pelota. ¿Qué son tontos por comprarlo? Depende como se mire. Si piensas si has comprado por encima del nominal y te los quedas hasta el vencimiento ciertamente lo eres, porque te van a devolver el nominal. Pero si piensas venderlos antes con una buena plusvalía, la cosa cambia.
¿Y cómo es posible esto? Sencillo. Entre tener el dinero debajo de un colchón o confiárselo al Estado, sobre todo si es el alemán, mucha gente prefiere lo segundo. En casa te lo pueden robar. O puede arder la casa. Por muy alemana que sea. Es más: si eres una compañía de seguros o un gran inversor institucional alemán tendrías que comprar una fábrica de colchones. Bromas aparte: tendrías que construirte una gigantesca caja fuerte (que también pueden robar) Y si resulta que en manos del Estado haces una plusvalía y encima nadie te lo va a robar ni va a arder, pues casi mejor eso que la caja.
Leídos los dos puntos anteriores me dirán que todo lo anterior huele a burbuja financiera de las buenas. Cierto. Una cosa es que no se pueda ganar dinero invirtiendo actualmente en bonos – que no es cierto, como acabamos de ver – y otra que el que no salga a tiempo las puede pasar canutas.
La importancia del concepto de rentabilidad “real”
Hace mucho que insisto en esto de la rentabilidad “real”. El valor es un concepto relativo. Si, por poner un ejemplo, Europa se tirara un par de años con IPC negativo (deflación) la rentabilidad real de un bono que no de ningún tipo de cupón sería positiva para el inversor en términos de poder adquisitivo. Del bolsillo, vaya. Si el IPC es negativo significa que los precios de lo que compro lo que hacen es bajar, no subir. Ni permanecen estables. En ese escenario mi poder adquisitivo aumenta y eso compensa que el bono no de un cupón. A efectos de poder adquisitivo me da igual que me den un 1% de cupón con un IPC del 1% que si no me dan cupón y los precios bajan un 1% anual, como ocurre actualmente en España. El resultado para mi bolsillo es el mismo.
Me dirán que para eso mejor un depósito. No, y menos en España donde los bonos todavía pagan cupón (todos). Pero es que en deflación pueden generar plusvalía, como ha ocurrido hasta la fecha. Los depósitos cada vez dan menos y pronto no darán nada o casi nada. Al tiempo. Y tampoco se escandalicen con lo del par de años que he puesto como ejemplo de periodo deflacionista: en Japón han estado muchos más (con algún rebote inflacionista puntual)
Y muy importante: si la deflación fuera a más – aunque pese a haber sido de los primeros en hablar de ella hace ahora cuatro años no lo creo, aunque sí que se quede una temporadita – el valor de los bonos seguiría subiendo. Si no me creen, vean Japón: hace diez años un bono japonés con vencimiento a diez años daba un cupón del 1,5% anual. Quién lo compró ha visto cómo su bono subía de valor según el tipo del bono japonés bajaba hasta el 0,3% que ha llegado a tocar en enero de este año, ya que el precio de los bonos se mueve a la inversa que los tipos de interés de los mismos. Es lógico: un bono que da un 1,5% a diez años no vale lo mismo que uno que da un 0,3% al mismo plazo. En otras palabras: los bonos pueden generar plusvalía tanto tiempo como dure el proceso deflacionista y el QE que se utiliza para intentar darle la vuelta (ya hemos perdido la cuenta de cuantos ha tenido que hacer el Banco de Japón)
El valor, por lo tanto, un concepto relativo. Algo vale lo que esté dispuesto a pagar alguien por ello. A veces es el comprador el que se equivoca, a veces el vendedor. Es muy importante tener esto en cuenta para saber cuándo entrar en un activo. Pero mejor evitar los dogmas: un activo es interesante en la medida en la que se puede ganar dinero invirtiendo en él, lo cual depende, a su vez, de las circunstancias económico-financieras del momento. Eso sí, sean cuidadosos: cuando ganar en un bono depende exclusivamente de la plusvalía estamos entrando en un terreno arriesgado, porque no tenemos un cupón que nos garantice rendimiento hasta el vencimiento. El resumen de la situación actual es que, valor o no valor, se puede seguir ganando invirtiendo en bonos europeos porque el viento sopla a favor. Pero hay de quién no sea capaz darse cuenta de cuando cambie el viento (recuperación consistente en Europa y fin del proceso desinflacionista): se encontrará compuesto y sin novia (con una minusvalía y sin cupón). Afortunadamente, mi impresión es que para eso queda bastante tiempo.
Que tengan una buena semana.