El otro día me comentaba alguien con preocupación que tenía mucho dinero líquido, en cuentas corrientes y en fondos de inversión que le daban poca o ninguna rentabilidad, aunque estos últimos con mínima volatilidad (los depósitos no entran en la categoría de activos líquidos porque rescatarlos suele tener limitaciones económicas o temporales).
Le dije que eso sólo es un problema cuando los principales mercados, sean de acciones o bonos, están inmersos en una tendencia alcista clara y definida. Pero que ahora mismo no veía ningún problema en tener dinero líquido. Más bien al contrario, porque estamos en un periodo de transición y nada como esperar tranquilamente en liquidez a que se definan o reanuden tendencias. No hay ningún problema en perder el primer euro si, a cambio, se sube uno a la ola cuando empieza a moverse, es decir, cuando la tendencia toma consistencia y visibilidad. O cuando un mercado que tiene una buena base alcista ha tenido una corrección significativa.
Siempre me ha llamado la atención lo que
la gente es capaz de esperar cuando va de pesca o de caza y lo que le cuesta esperar cuando invierte. El pescador no tiene inconveniente en poner un anzuelo mayor para evitar que piquen peces pequeños que no le interesan. Aunque usar ese anzuelo o ese cebo suponga esperar horas hasta que se mueva la caña. Y que decir de los cazadores, que salen de noche y esperan quietos – y normalmente congelados – en un puesto, y no disparan al primer conejo que asoma las orejas, sino que esperan pacientemente a que aparezca una pieza que merezca la pena.
Curiosamente, a esas mismas personas les cuesta un mundo pasarse unos meses con un, digamos, 20% de la cartera, en un fondo o un activo que da una muy baja rentabilidad pero que es la munición que te permite disparar y comprar un activo interesante cuando cae de precio. Y las “piezas” buscadas siempre acaban cayendo – corrigiendo – porque los mercados son muy sensibles y un tanto maniaco depresivos. Tarde o temprano se asustan o se pasan un par de pueblos en sus reacciones.
El valor de la liquidez no está su rentabilidad inmediata, sino en la que puedes obtener por estar en condiciones de aprovechar una buena oportunidad de compra.
Un ejemplo muy sencillo lo tenemos el índice Eurostoxx 50 a los largo de los últimos tres años. Los mismos que llevo insistiendo en que Europa saldrá adelante pese a sus políticos (hemeroteca a su disposición). En estos años la tendencia de fondo del Eurostoxx 50 ha sido alcista, pero,, bien por errores políticos, bien por temores financieros, en dicho periodo ha habido hasta cinco ocasiones en los que el índice ha caído más de un 10% para luego reanudar la subida. Ciertamente ha habido que esperar meses – entre cuatro y doce – en liquidez para que el mercado caiga más de un 10%, pero la espera siempre ha valido la pena: un 40% a día de hoy para una posición tomada después de la caída de Julio de 2013 o un 32% desde la de Octubre de 2014, por poner un par de ejemplos. Ha sido como pescar una dorada de cuatro kilos o cazar un venado de 14 puntas. Hubo que esperar y pasar frío – cobrar intereses mínimos – pero se obtuvo un buen trofeo.
No estoy diciendo aquí que haya que tener el dinero bajo el colchón. Y menos en un depósito, que no es líquido. Se puede tener dinero rindiendo más que la inflación – y más en España, donde el IPC es negativo – y que ese dinero esté ahí, totalmente disponible, a la espera de que un activo que consideramos alcista corrija. Y no hace falta comerse mucho el coco: a partir de un 10% de corrección o incluso menos ya se puede uno plantear ir pasando liquidez a un activo como la renta variable europea mencionada anteriormente. Y si lo que buscaos es otro – bonos corporativos – por ejemplo, sólo tenemos que ver el gráfico correspondiente y valorar que tipo de corrección es suficiente para plantearse la entrada.
Y ya que hablamos del Eurostoxx 50: ha corregido un 6,8% desde los máximos alcanzados a primeros de abril. Mi sugerencia para quién tenga liquidez es que vaya metiendo una bala en la recámara o comprobando que hay cebo en el anzuelo. En una semana – máximo un mes si consiguen sacar un conejo de la chistera, como el de usar las reservas “griegas” en el FMI - sabremos que pasa con Grecia, lo que o bien nos permitirá entrar con más del 10% de descuento – si sale del euro habrá reacción bajista pero luego el mercado se dará cuenta de que la eurozona se ha quitado un lastre importante – o, si hay acuerdo, perderemos el primer euro, pero entraremos con el camino despejado para que se reanude la tendencia alcista.
Que tengan una buena semana.
PD.: El próximo día 15 estaré hablando de estrategia de inversión en Valencia. La charla de Diciembre se llamó precisamente “2015: la hora de Europa y del dólar”. Y por el título pueden ver que no ha ido nada mal. Vamos a revisarla, actualizarla y ver si han surgido nuevas oportunidades, así que, si les apetece pasarse, pueden apuntarse
haciendo clic aquí, donde encontrarán toda la información necesaria.