Tres palabras ha dicho el señor Draghi el jueves que parecen haber pasado desapercibidas en prensa, redes sociales y comunidad inversora. Era su cumpleaños – literalmente - y debió tomárselo muy bien, porque su mensaje fue un regalo para los mercados. Qué pena que los chinos sean más bien lentos de reflejos y no le hayan seguido el juego, porque se habría acabado la corrección bursátil. Llegan a decir algo al día siguiente parecido a lo de Draghi (estaban a lo suyo, de desfile militar) y la fuerte subida de bonos y acciones europeas habría tenido continuidad global en lugar de desinflarse al día siguiente. Pero ya nos vamos dando cuenta de que cuando los chinos pretenden manejar los mercados carecen de la experiencia y sutileza florentina de don Mario. El método chino va más de encarcelar a quién vende acciones sin permiso. O en gastarse un pastón en comprar acciones para que dejen de bajar (con resultados muy pobres). Les falta un hervor en estas lides.
El primer regalo de Draghi ha sido el hecho de que haya hablado tan claro y tan pronto. Cuando hace unas semanas escribía en otro medio – y en @AlvargonzalezV que me iban a matar por decirlo, pero que no podía evitar pronosticar que Draghi iba a ampliar el QE – por algún motivo la gente se toma como algo personal que el BCE suba, baje o mantenga la masa monetaria -, lo que no imaginaba es que la predicción fuera a cumplirse tan rápido. No ha dado tiempo ni a que me critiquen.
Acostumbrado a escuchar a Weidmann – presidente del Bundesbank - alertar sobre los peligros de la inflación – a saber dónde la habrá visto el hombre - y ponerle trabas a Draghi, como se nota que esta vez los mayores perjudicados de los nuevos vientos que vienen de China son las empresas exportadoras alemanas. Que calladito está el adalid de la ortodoxia monetaria ante el anuncio de D. Mario de que está dispuesto a actuar rápido y de forma contundente ante la nueva amenaza deflacionista a la que se enfrenta Europa. Porque no lo duden: vienen vientos deflacionistas. Es la tormenta perfecta: petróleo todavía más barato, materias primas más baratas y todo lo que se importe de China o emergentes, de rebajas. Ya me van a contar si eso no afectará al IPC.
Por supuesto que para la economía no tiene por qué ser malo que casi todo lo que importamos salga más barato. A quien hace polvo es al BCE, cuya existencia se basa únicamente en el mandato constitucional de mantener la estabilidad de precios en la euro zona “definida como una inflación ligeramente inferior al 2%”. Anda que no le queda mili, considerando que en los últimos 12 meses el IPC acumulado es del 0,2%.
Pero hay algo más interesante en las palabras de Draghi: ha dicho que está dispuesto a modificar en “tamaño, composición y duración” el proceso de estímulo monetario, más conocido como QE (Quantitative Easing”)
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Eso es fácil de entender. Si ahora compra 60.000 millones de euros al mes en bonos, pues comprará más. Y ya saben lo que pasa cuando se compra mucho de algo: que sube de precio. Aunque va a tener que comprar mucho para compensar las ventas de los chinos, que necesitan dinero para solucionar su desaguisado. Pero el BCE tiene mucho dinero y, si no, lo fabrica (literalmente). Hablando en plata: la “renta fija” europea, es decir, los bonos, tienen un comprador muy fuerte asegurado. Durante mucho tiempo. Tanto como dure la presión desinflacionista en Europa. La inflación ya no la ve ni le espera nadie durante mucho tiempo. Ni siquiera Weidmann.
Composición
Esto es importante y creo que no lo ha pillado mucha gente. Haciendo breve una historia larga: seguramente va a comprar más bonos de empresas que hasta la fecha, porque, como ha añadido, lo último que quiere ver es que se pongan dificultades al crédito empresarial. Eso le va a venir de cine a los bonos corporativos, pues es un mercado más pequeño que el de deuda y, por lo tanto, más sensible a una mano fuerte compradora. Pregúntenle a su asesor sobre fondos de renta fija corporativa de mediana calidad crediticia. Esos son los que “molan” (cupones en el entorno del 3% en empresas que van a pagar principal e intereses)
También ha insistido Draghi en que “no hay límites especiales a las posibilidades que tiene el BCE a la hora de llevar a cabo su política monetaria”, lo que a mí me suena a “si me tocan mucho las narices puedo comprar hasta acciones en bolsa”
Ya sé que mucha gente se va a echar las manos a la cabeza. Pero mi misión no es hacer juicios de valor: eso queda para tertulianos y personas que no están en la arena inversora. Yo me limito a tratar de prever que puede subir y que puede bajar. Trabajo para cuidar y a ser posible incrementar el valor de los ahorros de la gente, no en la Academia de Ciencias Morales. O en las redes sociales. Aquí estamos en el campo de batalla y nuestra misión es ganar – o no perder - dinero, no sentar cátedra.
La duración
Draghi puede estar haciendo referencia al tiempo que mantenga en vigor sus medidas – que claramente va a ser más del previsto – o a la amortización media de los títulos que compre. Da igual. Lo que importa es que tenemos QE para rato.
Asustados con China, los mercados no se han percatado de que todavía se pueden fijar tipos de interés interesantes en las carteras, que se verán como muy buenos cuando el banco te diga que ese depósito te lo renueva al “cero coma” (o directamente no te da nada, ya hay países en los que se paga por tener un depósito). Están Uds. a tiempo de garantizar una rentabilidad razonable a sus ahorros gracias a la incompetencia de lo chinos. No la desaprovechen.
Que tengan una buena semana.