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Lecciones de unas elecciones

Bueno, bueno, bueno ¿así que no podía ganar Trump eh? A mi lo que ha pasado en EE.UU. - y hace poco en el Reino Unido - me recuerda a un moderno mito de la caverna: nuestra visión de las cosas es una visión mediatizada – nunca mejor dicho – por la información que publican los medios de comunicación. En este caso primero los norteamericanos y luego los europeos. Vemos lo que los medios quisieran que pasara, no lo que realmente está pasando. Y como – creo que con razón – a los medios no les gusta Trump, entonces se deduce que a los electores tampoco.

Nadie se para a pensar cual puede ser la opinión de los norteamericanos sobre la señora Clinton. Y les aseguro que incluso los que la votan lo hacen tapándose la nariz. Allí lo de la corrupción se lo toman muy en serio. Y lo que digo de los medios se puede ampliar a las redes sociales. A ver que “tuitero” tiene las narices de ser políticamente incorrecto y hablar bien de Trump. Nadie quiere que le acusen de machista, racista, etc., Así, las redes sociales se convierten en una realidad paralela en forma de “trending topic”.

Pero la realidad muerde. Y si vamos a invertir más vale que seamos realistas. En el mundo actual la corrección política se acaba en la cabina de votaciones. Ahí el votante esta sólo con sus intereses, sentimientos, resentimientos, ilusiones y expectativas. Y es ahí donde entra en juego el político populista que tan bien sabe llegar a ellas. Y quien no asuma esto seguirá equivocándose cada vez que haya unas elecciones o un referéndum. Como dijo un economista (Charles Tiebut) “la gente vota con los pies”.

Aparte de que la corrección política no sirve para acertar en los procesos electorales o los referéndums, de esta historia podemos aprender que hablar del ascenso del populismo como una amenaza es hablar en pasado. Estamos ante el ascenso del populismo, el nacionalismo y el voto con los pies. Ahora. Prepárense para Francia y Alemania. España va a ser un mar de tranquilidad política comparada con estos países. En la primera nos puede salvar que Le Pen no se haya dado cuenta que si dejara de decir que quiere abandonar el euro ganaba por mayoría absoluta. Y en Alemania es triste decirlo, pero es EL país con mayúsculas para que crezca el populismo y el nacionalismo. Y ya se está viendo en las elecciones de los “länder”

Sobre las consecuencias para los mercados ya les dí mi opinión antes de las elecciones, que es cuando hay que mojarse, haciendo incapié en como serían si ganaba Trump, porque era algo que, como escribí entonces sin corrección política alguna, era perfectamente posible que ocurriera (aparte de que si ganaba Hillary iba a haber pocos cambios). Lo tienen en “¿Preparado para Trump?” Sólo resaltaré lo que decía entonces de que el verdadero perdedor serían los bonos – ahí tienen la caída, de la que, contrariamente a las acciones, no se han recuperado - y que el gran ganador sería la volatilidad. Esperemos que en lo segundo no haya acertado.

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Publico todas las semanas mi visión sobre los mercados y los cambios que realizo en mi cartera. Si quieres saber más y estar al día de mis reflexiones, suscríbete a mi blog.

  1. #3
    11/11/16 10:33

    Muy acertada su reflexión.

    Efectivamente vivimos en un mundo mediatizado y diría que "idiotizado" donde nos preocupa más la imagen que proyectamos que lo que en realidad somos o pensamos.

    Trump simplemente es otro reflejo más (Brexit, racismo, nacionalismo, etc) donde la gente parece una cosa pero en realidad piensa otra. El mundo se ha convertido en un gran teatro donde los que se ponen delante de las cámaras hasta los que ponen detrás, todo son actores.

    Los problemas importantes se podrán tapar con basura mediática o con ejercicios de buenismo pero lo cierto es que, tarde o temprano, afloran y además lo hacen en el peor momento.

  2. #2
    11/11/16 09:26

    Y por cierto, detrás vienen Francia, Alemania, Italia, Austria, ... mientras seguimos jugando a poner etiquetas, la cosa avanza.

  3. #1
    10/11/16 15:10

    Lo que está en auge es la rabia social y las ganas de la gente de que haya cambios. No me gusta llamarle a eso populismo porque desvirtúa los debates. ¿Es populista Trump por proponer el muro con Mexico, o Clinton por hablar de 'tender puentes'? ¿Es populista Rajoy cuando promete garantizar la pensión a los jubilados? Las palabras populismo, xenofobia, racismo, se usan como armas de los bienpensantes para imponer la corrección política y establecer temas de los que ni siquiera se pueda hablar.