De acuerdo con las propias previsiones del BCE, en el mejor de los casos la inflación de los próximos cinco años se moverá en el entorno del 1,8 %. Y digo en el mejor, porque actualmente es del 3 % y los programas de estímulo monetario y económico van a relanzar el crecimiento de la eurozona a niveles muy superiores a los que había antes de la pandemia. De hecho, el propio BCE en su última revisión proyecta un crecimiento del 5% en 2021 y del 4,6% en 2022.
Ciertamente, cuando acabe el efecto del estímulo volveremos a la euroesclerosis, la que traen la burocracia, los excesos regulatorios e impositivos europeos, pero, mientras tanto, con esa lluvia de dinero e inversión pública - esperemos que no haya que llamarle sólo gasto público- está casi garantizado que crecimiento e inflación serán superiores a lo que eran antes de la pandemia.
Si según el BCE la inflación será del 1,8% de media en los próximos 5 años ¿Quién compra un bono español a 5 años con rentabilidad negativa del - 0,35 % ?
La pregunta es evidente: si el propio Banco Central europeo considera que la media de inflación de los próximos dos años será del 1,8 % - y es una previsión conservadora – ¿cómo es posible que alguien compre un bono español con vencimiento a 5 años con una rentabilidad negativa – insisto, negativa - del - 0,35%? Y encima estando España - y toda Europa - mucho más endeudada que antes de la pandemia.
La respuesta es que, salvo que sea para especular con movimientos de corto o medio plazo o por puro despiste, nadie en su sano juicio compra un bono por el que tiene que pagar cuando la inflación va a ser como mínimo del 1,8% en los próximos cinco años. Y con el riesgo añadido, en el caso del bono español, de que las primas de riesgo vuelvan a realizar su trabajo diferenciador, tan pronto deje de manejar el mercado el BCE.
Y si nadie en su sano juicio está comprando bonos europeos, salvo por despiste o especulación a corto ¿Quién lo está haciendo? Pues el BCE. Y esto no es una opinión, es un dato. El BCE es el mayor comprador de bonos europeos en general y casi el único de bonos italianos y españoles.
Y si nadie en su sano juicio está comprando bonos europeos ¿Quién lo está haciendo? Pues el BCE. ¿Y que pasará cuando cierre el grifo?
La cuestión es ¿qué pasará cuando los inversores especulativos o despistados que todavía compran bonos europeos abandonen definitivamente el mercado ante la inminencia de que el BCE va a dejar de comprar? Porque una cosa es especular o estar despistado y otra quedarse con el jarrón cuando el BCE cierre el grifo.
Al paso que vamos, la respuesta es que podríamos llegar a la situación surrealista en la cual el BCE sea literalmente el único comprador de bonos europeos. Por supuesto que compraran los bancos, porque donde manda capitán no manda marinero, pero los bonos europeos dejarán de ser una inversión para inversores normales, ya sean particulares, fondos de inversión o planes de pensiones y todo lo que salga al mercado será compra institucional del BCE y los bancos de la eurozona. Con el BCE manteniendo el precio para que no se arruinen los bancos. Vaya espectáculo. Y, sobre todo: qué difícil se le va a poner la cosa al BCE para dejar de comprar.
De hecho ya tienen ese problema. Ni ellos se creen que la variante Delta tenga tanto efecto en la economía como para justificar que sigan comprando bonos a mansalva. Es una excusa como otra cualquiera para ganar tiempo y buscar la forma de salir del atolladero. Supongo que en la sede del BCDE están haciendo novenas para que se moderen la inflación y el crecimiento, porque si no van a tener un serio problema para justificar sus compras. Como dijo el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, la P del programa de compra de bonos se refiere a la palabra “pandemia”, no a “permanente”
Como dijo el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, la P del programa de compra de bonos se refiere a la palabra “pandemia”, no a “permanente”
Todo esto invita a que los inversores españoles reflexionen, especialmente los que tienen planes de pensiones o les están gestionando la cartera en un banco o sociedad de valores. Por el motivo que sea, en ambos casos la presencia de deuda pública española de medio y largo plazo es todavía muy importante y puede llegar a ser un problema serio para la rentabilidad de sus carteras en los próximos años.
En los mercados ciertamente es difícil predecir el futuro y tiene justificación el error ante lo impredecible, pero no lo tiene ante lo que es un anuncio a voces. Y en letras mayúsculas cuando es por escrito.