Cuando la subasta pública de su casa fue anunciada en el periódico La Vanguardia, hace más de catorce años, Mario no podía imaginarse que iba a tener que vivir con esa losa el resto de sus dias, pero lo cierto es que el diario digitalizó su hemeroteca y desde entonces cualquiera que consulte en los buscadores puede enterrse de su pasado de moroso. ¡Vaya putada!
Por que, quien está libre de tener multas de tráfico o problemas puntuales en los juzgados. Todos estos asuntos se publican en edictos oficiales y son susceptibles de ser indexados por los buscadores. No hay más que hacer la prueba con nuestros propios nombres.
Pero el caso es que Mario no se ha conformado con esta situación y reclama su "derecho al olvido". Cualquier otro se habría conformado con la situación, pero a Mario le acomplejaba su pasado hasta el punto de cambiarse los apellidos en sus tarjetas de visita e iniciar una lucha que le ha llevado incluso hasta el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, donde se celebró una vista el pasado martes 26 de febrero. La sentencia será importante pues creará jurisprudencia.
En España, la Agencia Española de Protección de Datos afirmó que la información está publicada lícitamente por parte de La Vanguardia y que la responsabilidad del problema reside en Google, cuyos abogados manifiestan que el buscador se limita a facilitar al ciudadano el enlace con la información que está buscando.
Es difícil dar una opinión al respecto pues se pueden defender fácilmente ambos puntos de vista, por un lado el ex-moroso que reclama su "derecho al olvido" mediante la obligatoriedad de la cancelación de datos y por otro lado Google que considera que lo único que hace el buscador es hacerse eco de la información que se publica en internet y traslada la responsabilidad a los editores de los medios de comunicación, quienes tienen medios de sobra para impedir que el buscador rastree e indexe la información que no desean que aparezca.
Si me tengo que mojar, yo estoy con Google. Si la información está ahí, que Google me pueda encauzar hacia ella. Y si la información no debe ser exhibida, que la quiten los que la han colgado.
POSTDATA (25 de junio de 2013): Europa da la razón a Google: no tiene por qué borrar información de los usuarios. Así que por ahora Google 1, derecho al olvido 0. Al menos por ahora.
NUEVA POST DATA (14 de mayo de 2014): Finalmente el Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha fallado en contra de Google y a favor del derecho al olvido, en una sentencia histórica que va a traer mucha cola.