Continuando con mi observación, solo quisiera resaltar de manera muy breve, el hecho concreto de que en España es "rogada" la Justicia. Esto quiere decir, sencillamente, que si nadie recurre una Sentencia emitida previamente, a un Tribunal Superior de Justicia (entiéndase el Tribunal Supremo), esta se dará como firme y se aplicará en virtud de cómo el Tribunal competente que la emitió, considere.
Así, en el caso al que mi observación se refiere y que es la Sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, concretamente, se puede decir que esta no es firme, pero solo por haber sido recurrida ante el Supremo, por la propia Afinsa, únicamente.
¿Qué implicaciones prácticas puede tener entonces este hecho, realmente? Paradójicamente y para lo que ya ha sido sentenciado, ninguna. Dos resultados escuetos, son los únicos que podrán suceder. Uno, que el recurso interpuesto no sea ni siquiera admitido y por tanto, rechazado totalmente. Otro, que sea aceptado y resuelto lo que pide la parte, favorablemente.
Aun así, en este último caso, nunca supondrá una variación sustancial que pueda satisfacer las mezquinas tesis, defendidas a "capa y espada" por los detractores de Afinsa. Más bien todo lo contrario, realmente. Esto es tan sencillo de entender, como lo es suponer que aquello por lo que ha recurrido Afinsa, ha sido para reforzar los postulados que desde siempre ha sostenido. En el extremo opuesto de este favorable resultado (para Afinsa), quedaría que se mantuviera íntegramente, sin más, lo que la Audiencia Provincial de Madrid ya ha dispuesto.
Lo malo es que les supondría otro varapalo igual, a quienes aún pretenden que cambien a su favor, las teorías obcecadas que desde el principio han tenido sobre todo esto. Con ello, el cerco en torno a esos obstinados se estrecha cada vez más, por lo que solo es cuestión de tiempo que reciban el "golpe de gracia" en su dinero y su orgullo, tal vez de un modo similar a un "tajo" en la mismísima "frente" o a una soberbia "patada" que les rompa hasta el último "diente". Lamentablemente y cuando llegue ese momento que ya no debe tardar, solo se les podrá decir con pesar que pese a las advertencias, ellos mismos se lo han buscado.