Pues desgraciadamente para mi como cliente veterano de las antiguas cajas gallegas, Abanca en su nueva etapa no empieza con buen pie. Hoy entré a su banca electrónica y he recibido un mensaje "tipo" e impersonal diciendome que no tenían justificantes de mis fuentes de ingresos y que para saber en concreto que justificantes eran esos para mi caso concreto que me pusiese yo en contacto con mi sucursal habitual para enterarme, me advierten en ese mismo mensaje también de forma muy educada que, en caso de que no siga las referidas instrucciones, no podré contratar con ellos productos financieros en el futuro.
No tengo ningún inconveniente ni problema en aportar al banco la documentación que marque la ley ya que nada ilegal tengo que ocultar. Sin embargo, llevo más de un cuarto de siglo como cliente de la entidad con la cual tengo: cuenta bancaria, tarjeta de debito, tarjeta de crédito, recibos domiciliados incluyendo cuota SS y pago de IRPF, valores en custodia, pensión etc. En su momento he tenido plazos fijos y subordinadas. Han cerrado dos veces mi sucursal de referencia y me han trasladado a otras oficinas cada vez más masificadas y lejanas. Evidentemente, el actual equipo de mi actual oficina de referencia (siempre saturada con colas) no tiene la más remota idea de quien soy ni de mi existencia, ni siquiera se dieron por aludidos cuando cancelé varios productos con ellos y el recibimiento de la nueva Abanca es: Como no nos aporte documentación no le dejaremos que contrate nuevos productos con nosotros, si quiere averiguar que documentación es ésa póngase en contacto con su sucursal. Lo dicho; nuevo nombre pero viejos vicios de indolencia, burocratismo y prepotencia en el trato al cliente.