El título es altamente desafortunado porque nadie en España llamó cobarde a mi marido cuando vino con su dinero a España. No tengo pensado ninguno de esos países.
Nunca mejor dicho el refrán: "Dame pan y llámame can".
Creo que un asesor financiero me ayudará a ver mis soluciones más facilmente. Gracias.
Me quedo con el comentario de YO mismo: "la segunda es que todo esto no era imprevisible, sino que era inevitable. y negarlo no sirve para otra cosa que para empeorar la situación...". O por ejemplo este otro: "Uno. A ver si nos centramos un poco. No es un tema de histeria colectiva, ni un tema de exhuberancia irracional. Se trata de ser realistas.
dos. Nadie puede saber lo que va a pasar, porque no se sabe cuales son las decisiones que se van a tomar, pero independientemente de que no se sepa que va a pasar, si es cierto que existen escenarios mucho más probables que otros.
tres. Me parece muy bien que no te dejes arrastrar por la histeria colectiva. Yo tampoco lo pretendo. Ahora bien, lo que yo tengo claro es que no criminalizaría a quien saque dinero del banco, (no me vale esto de que fue causa de la "Gran Depresión", porque traslada sutilmente la culpa y además es mentira). Y por supuesto, yo trataría de mandar un mensaje de precaución y prudencia. Por que no tiene sentido ninguno que digamos que los mercados valoran correctamente, que los inversores extranjeros se retiran porque tienen miedo y que al españolito medio que siga al pie del cañon con patriotismo barato.
cuatro. Es muy fácil entender que el euro está muerto, y es muy sencillo entender que el corralito es inevitable. Otra cosa es que debemos entender que esto no es equivalente a la tercera guerra mundial. Es decir; el problema no está en que sea catastrofista decir que vamos a salir del euro, (que no va a ser una catastrofe). Lo realmente grave es identificar la salida del euro con una catastrofe porque no le interesan a unos cuantos que nos dicen que esto llevará a guerras, plagas y demás.-..."
Un saludo cordial
Si un amigo es de verdad, su amistad perdura en el tiempo y con la distancia.